Según acaba de publicar la cabecera alemana Bild am Sonntag, el jefe de Desarrollo de Motores de Porsche desde 2011, Jörg Kerner, ha sido detenido a petición de la Fiscalía de Stuttgart. Las informaciones apuntan a que Kerner ha ingresado en prisión preventiva por riesgo de fuga.
La cosa se pone fea pero Porsche lo niega todo
Durante el curso de los recientes registros por parte de más de 30 fiscales y 160 policías, se procedió a registrar un total de 10 instalaciones de la filial del Grupo Volkswagen en el marco de la investigación aún abierta por el escándalo Dieselgate. También el despacho de Kerner y en su propia casa.
Al recibir una llamada de aviso por parte de un familiar, el jefe de Desarrollo dio media vuelta, y, en vez de continuar la marcha que había emprendido hacia la sede en Stuttgart, se dirigió a su domicilio. Este movimiento fue interpretado por los investigadores como un intento de fuga, por lo que fue arrestado.
El organismo judicial alemán cree que Kerner jugó un papel clave en el caso de la manipulación del software, y considera que también están implicados un miembro del consejo de administración, un alto directivo y un exempleado que ahora trabaja en Audi.
Por su parte, el CEO de Porsche, Oliver Blume, se ha defendido afirmando: "Porsche no desarrolla ni produce ningún software diésel. La Fiscalía acusa a Porsche de que se instaló un equipo de control inadmisible. Rechazamos esta acusación".
Kerner compartirá cargos con Giovani Pamio, antiguo jefe de Desarrollo en los motores de Audi y considerado uno de los responsables del Dieselgate. Ha sido acusado formalmente de fraude y publicidad desleal, al igual que Kerner.
El verano pasado, el ministro de transportes alemán, Alexander Dobrindt, anunció una llamada a revisión para los Porsche Cayenne equipados con el motor 3.0 litros diésel por equipar un software de gestión motor potencialmente ilegal en relación a las emisiones del modelo. Los motores, fabricados por Audi, hicieron que las sospechas recayeran en la firma de los cuatro aros.
Las oficinas de Audi y de su CEO, Rupert Stadler, también fueron registradas en busca de documentación.