Y yo que pensaba que la escultura del neumático era otra cosa… Una de las claves del neumático es la durabilidad pero, en definitiva, su vida útil, que se estima de forma estándar en unos cinco años siempre que no hayamos hecho el cabra con las cubiertas, un día u otro llega al fin.
A partir de ahí es cuestión de elegir: o dejamos que transformen las que fueron nuestras gomas en polvo para asfalto, o las dejamos como combustible para manifestaciones… o las dejamos en manos de Yong Ho Ji para que cree arte a base de ruedas. Y eso tenemos aquí: una escultura realizada en neumáticos viejos con un motivo que le viene que ni pintado: ¿Buda transmutado en Bibendum?
No es su única obra. El artista, de 29 años, trabaja en Chelsea, Nueva York, y en su estudio hay un montón de hienas, caballos y extraños seres que parecen haber escapado de una oscura película épica pseudomedieval, todos realizados con neumáticos. Pero si hay una figura que me subyuga es esta que sigue, que podría coronar los capós de una prestigiosa firma británica de titularidad india:
Su pasión por el neumático poco tiene que ver con la pasión por el automóvil. Es una cuestión de parecidos razonables. Yong Ho Ji ve en el neumático la posibilidad de recrear músculos y piel, mucho mejor que otros materiales con los que experimentó antes. Y tal y como están las cosas, la goma puede dar mucho de sí. A él le dio de sí hasta 145.000 dólares que recibió por la escultura de un tiburón.
En el enlace que hay ahí abajo tenéis toooda una colección de imágenes que no se os borrarán del recuerdo así como así. La materia prima ya sabemos cuál es, pero el resultado es realmente sorprendente. ¿Qué escultura de las que salen en esa recopilación meteríais vosotros en el jardín, en el balcón o hasta en una maceta colgada de la barra de la ducha?
Vía | Taringa!