La semana pasada salió un estudio de la organización de consumidores OCU acerca de la calidad del servicio del Taxi en España. Me enteré a través del telediario, donde los conductores profesionales declararon sentirse ofendidos y que ellos afirman ser muy honrados y que las prácticas denunciadas son minoritarias.
Sin embargo, los datos arrojan otras conclusiones. La OCU hizo un estudio como este en 2001, y no consideran que las infracciones hayan disminuido. Es más, se ha notado un incremento de los precios en un 58% de media adicional, pero hay que aclarar que los taxistas no suben el precio cuando les dá la gana.
Las tarifas están reguladas a nivel de Ayuntamiento, y se supone que deberían cumplirse siempre. No ocurre así. Es más, la OCU denuncia que el 24% de los taxistas analizados no disponían de las tarifas y suplementos al día, o no estaban en una ubicación visible. Se han analizado los taxis de 13 ciudades españolas.
Los taxis más caros, los de Madrid
La capital está a la cabeza de las tarifas más caras, especialmente el kilómetro, 0,98 euros. Contrasta mucho con los 0,66 euros que pagan los bilbaínos por kilómetro, o los tinerfeños, a 0,54 euros. Por otro lado, en Madrid no hay una carrera mínima, pero sí tiene la bajada de bandera más cara (2,05 euros) por detrás de Tenerife (2,15 euros).
La OCU ha analizado tres tipos de carreras (corta, intermedia y larga), 193 recorridos en total. Han detectado 523 infracciones, lo cual nos da una media de 2,71 infracciones por trayecto. Es curioso, porque oyendo a los taxistas en la tele juraría que son el colectivo más honrado del Mundo, donde nadie estafa nunca a nadie.
Del montante de 523 infracciones podemos ir desglosando:
- 146 faltas por información de matrícula, número de licencia y DNI del conductor poco visibles
- 23 faltas por cobro de cantidades indebidas (falta muy grave)
- En el 11% de las carreras se dio un rodeo (más kilómetros, sin necesidad). La OCU recuerda que el cliente elige el recorrido, es su derecho, y si no lo ejerce, el conductor debe escoger el trayecto óptimo.
- Solo 23 recibos del total eran correctos y tenían todos los datos necesarios
¿Los taxistas son realmente honrados?
A ver, deberíamos pensar por inercia que sí, y que es una minoría la de las manzanas podridas. Nunca he oído a un taxista reconocer abiertamente que estafa a sus clientes o que le bailan las cifras haciendo cálculos, pero es evidente, a la vista de los resultados, que en el sector no siempre hablamos de trigo limpio.
¿Cuál es la solución? A bote pronto, se me ocurre que habría que hacer inspecciones sorpresa. Es decir, inspectores que no tengan aspecto de tales, que parezcan clientes del montón, y que anoten las infracciones. Al finalizar la carrera, lectura de cartilla y si procede, sanción.
El consumidor no siempre es consciente de los derechos que le asisten, y tiene unos cuantos. De acuerdo, el servicio del Taxi no es especialmente económico, pero tiene una serie de derechos y deberes tanto para el profesional que presta el servicio como para el cliente que lo recibe. Es un componente más de la tarifa.
La OCU recomienda que siempre pidamos un recibo en nuestros desplazamientos, y que en ellos deben figurar los datos que identifican al conductor y al vehículo. Si detectamos cualquier irregularidad, hay que pedir el Libro de Reclamaciones. Es deber del conductor llevarlo, si carece del mismo, hay que avisar a la Policía.
Es recomendable indicar al taxista la ruta a seguir, o si somos familiares con el recorrido, estar pendiente de las posibles desviaciones para corregirlas. El cliente también tiene el derecho de regular el volumen de la música o elegir la temperatura del climatizador. Lo suyo es conocer las tarifas del lugar donde nos movamos.
Si estas prácticas fraudulentas van desapareciendo, el cliente tendrá una mejor impresión del servicio, que no es de los más populares. El estudio completo se podrá leer en la publicación “Compra Maestra” el mes que viene.
Fotografía | Tonio Mora (I), Reservasdecoches (II), Javier Costas (III), BMigulski (IV)
Fuente | OCU