La lucha por ser el más rápido del mundo sobre ruedas: ¿Y ahora qué?
Ahora que la barrera del sonido ya ha sido superada, no pensarás que todo queda ahí. Actualmente ya son tres los equipos que se preparan para establecer un nuevo récord de velocidad. Un equipo norteamericano, uno británico y otro australiano se preparan para batir un nuevo récord de velocidad sobre tierra.
El equipo norteamericano, compuesto por estadounidenses y canadienses, lo hará con el North American Eagle, mientras que los británicos con el ya famoso Bloodhound SSC y los australianos con el Aussie Invader 5R. Sin embargo, sólo dos de ellos se han propuesto un hito todavía mayor, superar la barrera de las 1.000 mph (1.600 km/h).
North American Eagle
Las ambiciones del equipo del North American Eagle (EE.UU. y Canadá) son más modestas. Se preparan para batir el récord absoluto de Andy Green (763 mph), pero sin la pretensión de superar las 1.000 mph. Su proyecto es más pragmático y más barato, pues consiste grosso modo en un caza F-104 sin alas y mejorado (motor General Electric LM - 1500 Turbojet de 52.000 CV).
La idea inicial de este proyecto partió de Ed Shadle, un piloto de coches y motos amateur decidió batir el récord de velocidad a sus 70 años. Para ello compró un viejo Lockheed F-104 Starfighter por 25.000 dólares y que fue acondicionando en su garaje para convertirlo en un coche de récord.
Y Ed está convencido que o logrará, pues ha descubierto que el número de su F-104, cuando servía en la base de Edwards (California), era el 763. Casualmente, es el récord actual de Andy Green (763 mph).
Junto a Ed Shable, Jessi Combs también pilotará el North Amerucan Eagle. La presentadora y petrolhead ya tiene el récord de la mujer más rápida del mundo. A los mandos del North American Eagle obtuvo una media de 393.954 mph (632 km/h).
Actualmente, el coche sigue en fase de pruebas subiendo cada vez más el listón de la velocidad registrada; ya han superado las 512 mph.
Aussie Invader 5R
El Aussie Invader es el proyecto personal de Rosco McGlashan, el australiano más rápido del mundo. Como muchos otros, esa obsesión por ser el más rápido le viene de muy atrás. Rosco tenía 12 años cuando Donald Campbell visitó Australia con el Blue Bird CN7 en su intento de récord de velocidad. El récord de Campbell (403 mph) le impactó tanto que decidió dedicar su vida a ser el más rápido del mundo.
Poco a poco se hizo un hueco en las competiciones de dragster y vivió de ello durante muchos años. Eso le permitió ir adquiriendo notoriedad con cada nueva máquina y récord loco que se proponía. Entre sus creaciones está una motor con motor V8, un kart propulsado por cohete (con récord del mundo para el kart más rápido) y una serie de coches propulsados por cohete.
En 1993, Rosco y su equipo de 25 voluntarios, fabricaron el Aussie Invader II con el objetivo de batir el récord de velocidad australiano establecido por Donald Campbell en 1964. El Aussie Invader II equipaba un reactor de Mirage con una potencia de 36.000 CV. En una pasada alcanzó las 450 mph, pero el mal tiempo le impidió realizar otra pasada por lo que el récord no se pudo contabilizar. Al año siguiente, con una versión mejorada, lograría un récord de 500 mph. Con este éxito, se propuso superar el récord de Richard Noble, pero el equipo de Andy Green con el Thrust SSC rompió la barrera del sonido y truncó sus ambiciones.
Quizá por eso ahora se apuntado también a intentar superar las 1.000 mph. El Aussie Invader 5R es, simplificando, un cohete con ruedas. Mide 16 m de largo y pesa 9,3 toneladas con los depósitos llenos. El motor quemará 2,8 toneladas de carburante (una mezcla de peroxido de hidrógeno y keroseno) en 20 segundos. El equipo calcula que la velocidad máxima será de 1.050 mph, es decir, 1.689 km/h o Mach 1,3. Con una potencia máxima estimada de 200.000 CV (28.100 kg de empuje) es el más potente de los dos pretendientes a superar las 1.000 mph.
Actualmente, el Aussie Invader está todavía en fase de construcción y desarrollo, pero lo importante es que siguen adelante. De todos modos, a este nivel es mejor ir desapcio y seguro en el desarrollo que precipitarse.
Bloodhound SSC
El objetivo del proyecto Bloodhound SSC, dirigido por el propio Richard Noble y con Andy Green como piloto, es superar la barrera psicológica de las 1.000 mph (1.600 km/h), aunque inicialmente sólo era pasar de las 800 mph para batir un nuevo récord. Para ello, el coche pilotado por Andy Green contará con la propulsión de un motor a reacción (Rolls-Royce Eurojet EJ200 que tomaron prestado de un Eurofighter Typhoon) y de un motor de cohete diseñado ex profeso para el Bloodhound SSC.
A este nivel, las dificultades técnicas no se centran sólo en el coche (aerodinamismo, ruedas, motores, etc) sino también en el lugar escogido para intentarlo. Sencillamente, no había ningún sitio en el planeta apto para ello por lo que han optado por acondicionar la "paella" de Hakskeenpan, al este de Sudáfrica y a pocos minutos de Namibia.
El Hakskeenpan, fue elegido tras comprobar más de 20.000 sitios posibles vía imágenes satélites. Aún así, el sitio no es precisamente perfecto. El equipo emplea 317 personas para el acondicionamiento del sitio. Lo que ha implicado remover más de 18.000 toneladas de rocas y tierra durante 120 días.
El coche, que mide 13,47 metros de largo por 3,66 metros de ancho pesa 7,8 toneladas. Con una potencia total estimada de 136.000 CV (212 kN o 23.000 kp), el Bloodhound SSC debería tardar 3,6 segundos en recorrer una milla (1,6 km) cuando estén a pleno gas. Antes de eso, tiene una distancia de 9 km para ir acelerando. El equipo calcula que tardará tan sólo 55 segundos para alcanzar las 1.000 mph.
A esa velocidad, uno de los puntos más cruciales en los dos pretendientes al club de las 1.000 mph (además de conseguir un apoyo aerodinámico bestial para que no despeguen en el intento) es conseguir unas ruedas capaces de soportar una velocidad de rotación extraordinaria. Ningún neumático podría soportar tal fricción, velocidad de giro y temperatura.
Aussie Invader y Bloodhound SSC emplearán ruedas de aluminio forjadas a partir de un bloque de aleación especial, diferente en los dos coches. Y es que, en el caso del Blodhound SSC, las ruedas tendrán que soportar una aceleracón de 50.000 g cuando giren a 10.200 rpm. Cuando alcance la velocidad máxima, cada rueda girará 170 veces en un sólo segundo.
La construcción del Bloodhound SSC finalizó en septiembre de 2015, así como el acondicionamiento del Hakskeenpan. A lo largo de este año se efectuarán las primeras pruebas en aeródromos del Reino Unido (seguramente de la RAF), mientras que las primeras pruebas a gran velocidad se harán en Sudáfrica en 2017. Se harán de forma paulatina, el primer objetivo en 2017 será acreditar una velocidad media de 800 mph.