China es un país curioso. Su legislación y sus habitantes no destacan por ser especialmente considerados en materia de asistencia a los heridos viales y, según puede uno observar como simple visitante, la urbanidad entre conductores y peatones no parece pasar por sus mejores momentos.
Dicen que no es noticia que un perro muerda a un hombre, sino que el hombre muerda al perro. Pero ¿qué hay del hombre que ataca a un perro callejero y este espera hasta el día siguiente para ensañarse con el coche de su atacante? Pues que, si eso sucede en China, ya tenemos noticia para un viernes por la tarde.
De hecho, la noticia estricta sucedió hace más de un año, pero, por algún misterio de esos que tiene la caprichosa memoria de Internet, ahora ha vuelto con renovadas fuerzas, como si no hubiera prescrito y desde luego sin que haya perdido ni un ápice del interés que tuvo en su momento. Homenajeemos, por lo tanto, al perro que involuntariamente devino protagonista de tamaño suceso.
Un hombre propinó una patada al animal en la ciudad de Chongqing. Ocurrió cuando el hombre volvía de trabajar con su coche, el Volkswagen Jetta de color rojo que vemos en las imágenes, y se encontró al can echándose una siesta en la plaza de aparcamiento del humano pateador. Al tratarse de un perro sin dueño, las leyes chinas nunca castigarían al agresor.
Cualquiera que se hallase en la humillante situación sufrida por el perro pateado al despertar habría tirado por uno de estos caminos:
- Morder al tipo que le atacó.
- Huir del lugar con el rabo entre las patas.
- 1 + 2 = 3.
Ah, pero cualquiera de esas opciones le restaría gracia a la historia, así que el animal optó por la cuarta vía: esperó con suma paciencia a que pasaran las horas y al día siguiente regresó... ¡acompañado de sus colegas del barrio! En China, los perros callejeros a menudo acaban siendo pasto de las peleas de perros, poca broma con eso, y en este caso, al menos, los animales pudieron canalizar sus cualidades hacia un fin tan suculento como puede ser la fría venganza.
Total, que los perros se liaron a dentelladas con el coche del humano pateador, castigándole la carrocería y los limpiaparabrisas hasta que el vehículo quedó realmente dañado, como víctima de daños colaterales. Así lo atestiguó un vecino del humano pateador, que tomó las fotos y que le relató los hechos.
Seguramente al tipo que echó a patadas al perro de su plaza de aparcamiento y se encontró el coche mordisqueado no le hayan quedado muchas ganas de reincidir en su actitud agresora. Y es que la violencia sólo engendra violencia. Thug life.
Vía | WIMP < Daily Mail
En Motorpasión | Si me tienen que atropellar, que no sea en China