Todos tenemos un coche favorito, ese coche que siempre vimos como algo especial, un vehículo que para nosotros significa mucho más que un simple aparato que nos permita realizar nuestros desplazamientos diarios. El de James Rogers es un Ford Escort RS Cosworth.
Rogers no compró este coche a un coleccionista, si no que, durante mucho tiempo, gracias a mucho esfuerzo, ha conseguido poner a punto una unidad, que ha personalizado a su gusto con piezas de medio mundo. El resultado final es un coche prácticamente único, cuyo valor puede rondar los 109.000 euros.
La fatalidad quiso que cuando el coche estaba siendo reparado en un taller, unos ladrones forzaran la entrada y se llevaran el Ford Escort RS Cosworth, presumiblemente subiéndolo a un camión. La parte buena de la noticia es que, teniendo en cuenta que es un coche muy reconocible, el difícil que los ladrones intenten venderlo de segunda mano. Por si así fuera, su legítimo dueño ofrece unos 5.000 euros como recompensa para aquel que le ayude a recuperar su coche (si creéis estar en condiciones de ayudar aquí tenéis más información).
La parte mala, es que los ladrones, sabedores de que puede ser difícil colocar el coche en el mercado negro, pueden intentar desmontarlo y vender por separado sus piezas como respuestos, en cuyo caso es más difícil que el Ford Escort acabe siendo recuperado intácto.
Como apasionados al mundo del motor, estoy seguro de que todos nos identificamos con Rogers, cuya pequeña joya le ha sido robada. Estoy también seguro de que ni siquiera está pensando en el dinero que podría haber ganado vendiendo el coche, si no en que le han arrebatado una de sus mayores ilusiones. Personalmente espero sinceramente que esta historia acabe teniendo un final feliz.
Vía | Jalopnik
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