Las Islas Feroe han inaugurado una rotonda submarina, cuya construcción ha tardado tres años. Forma parte de una serie de túneles submarinos de 11 km de largo que conectan las islas de Streymoy y Eysturoy. La estructura, hecha de roca natural y decorada por el artista feroés Tróndur Patursson, se asemeja a una medusa y está iluminada con luces azules y verdes.
La rotonda de las medusas se encuentra al final de un túnel de 11 km de largo, llamado Eysturoyartunnilin, que conecta dos de las islas más pobladas del pequeño archipiélago, Estremoy y Esturoy.
En el lado de la isla de Esturoy, el túnel da servicio a dos localidades, Strendur y Runavik, situadas cada una a una lado del mismo estuario, el fiordo de Skala. Así, debajo del océano Atlántico y en la entrada del fiordo, una rotonda permite a la carretera unir las dos poblaciones entre sí y con el pueblo de Hvitanes, en la otra isla, con un solo túnel.
Las autoridades locales esperan que esta nueva carretera ayude a fomentar el turismo después de que la pandemia de coronavirus disminuya. El tiempo de viaje entre la capital de Tórshavn y Runavík/Strendur pasa así de una hora y 14 minutos a tan solo 16 minutos. Además, la rotonda también parece convertirse en una atracción turística por derecho propio.
Constructora sueca, artista feroés e iluminación española
El punto más profundo del túnel está a 187 metros por debajo del nivel del mar y las pendientes en el interior del túnel no superan nunca el 5 %. Esta obra de ingeniería civil es de la constructora sueca NCC, que también ya está realizando otro túnel para unir las islas de Streymoy y Sandoy, al sur del país.
Si bien la constructora del túnel es sueca, la que se ha encargado de la iluminación es española, de Murcia. Secom es la encargada de iluminar la que es la primera rotonda submarina del mundo. Para ello han utilizado un proyector Esdium RGBW, que incorpora tecnología LED -y por tanto de bajo consumo-, destinado especialmente a iluminar espacios que requieran de grandes paquetes lumínicos a la vez que bajas pérdidas de luminosidad.
Las carreteras y el automóvil como vector de unión
Las Islas Feroe están en medio del Atlántico Norte, a medio camino de Escocia e Islandia. Es un territorio autónomo de la corona de Dinamarca. El archipiélago consta de una veintena de islas y desde que fue posible, las autoridades locales han buscado unir todas las islas por carretera. Conectar todas las poblaciones entre sí, ayuda al comercio interior y al acceso hospitales, por ejemplo.
Así, la construcción de túneles viales a través de las escarpadas montañas de las Islas Feroe comenzó en la década de 1960. El archipiélago alberga ahora un total de 19 túneles. Dos de ellos son túneles submarinos construidos a principios de la década de 2000. Todas las demás carreteras entre las islas están conectadas por puentes y ferris.
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