A la reina Isabel II le gustaban los coches. Estos son algunos de los que marcaron sus casi 100 años de vida
Los 96 años de vida de la Reina Isabel II de Reino Unido dieron para mucho. Fue una de las figuras políticas más importantes de la segunda mitad del siglo XX y parte del siglo XXI, reinó durante 70 años de forma impecable y también condujo multitud de coches. Sí, condujo.
Normalmente, los monarcas viajan en el asiento de atrás, pero Isabel II prefería ponerse al volante siempre que fuese posible. Evidentemente, en muchas ocasiones tuvo que ceder el volante a su chófer, pero eso también le brindó la posibilidad de conocer de primera mano otros tantos vehículos, incluida la carroza en la que fue coronada el 2 de junio de 1953.
Una afición que viene de muy lejos
Desde muy temprana edad se puso al volante de todo tipo de vehículos y lo siguió haciendo hasta sus últimos días, aunque nunca llegó a sacarse el carnet de conducir. Tenía inmunidad. Era la única persona del estado británico que no lo necesitaba.
Su amor por los coches se remonta a la Segunda Guerra Mundial, en la que fue miembro del Servicio Auxiliar de Mujeres y desempeñó la labor de conductora y mecánica. A día de hoy, es la única mujer en la Familia Real británica que ha servido en el ejército a tiempo completo, muy a pesar de su padre, Jorge VI, al que no le gustaba la idea.
Eso no quitaba que fuese muy exigente, como no podía ser de otra manera en una figura de su calibre. Uno de sus requisitos a la hora de elegir sus coches, al menos los que ella conducía, es que fuesen de origen británico. Otros monarcas lo hubieran tenido más complicado, pero si algo han sabido hacer en las islas son coches. O al menos siempre han tenido una industria del motor potente.
Por sus manos pasaron camiones militares, toda clase de todoterrenos, desde el espartano Land Rover Series I de finales de los años 40, hasta los más lujosos Range Rover. Y eso incluye los últimos modelos de la compañía inglesa, como las generaciones más recientes del Range Rover.
También fue testigo directo de la evolución de Rolls-Royce, Bentley y Jaguar, de la misma forma que asistió a la muerte de otras firmas británicas que corrieron peor suerte, como Austin.
Su afición a conducir fue conocida por todas las marcas y no son pocas las que crearon modelos específicos para ella, además de ediciones especiales inspiradas en Su Majestad, como el Bentley Flying Spur V8 creado para el Jubileo de Oro de la Reina.
Carruaje de principios del siglo XX
La Reina Isabel II nació en Londres el 21 de abril de 1926. Desde su infancia estuvo en contacto con toda clase de vehículos y una de las primeras veces que se la fotografió encima de uno fue en un carruaje. No hay más información más allá de la imagen, pero está claro que no era un carruaje tan lujoso como el que utilizó el día de su coronación.
La carroza de la coronación
El 2 de junio de 1953, Isabel Alejandra María fue coronada Reina de Inglaterra contra todo pronóstico. Su tío Eduardo estaba llamado a heredar el trono de Jorge VI, padre de Isabel, pero Eduardo abdicó e Isabel se convirtió en Isabel II.
Para acudir a su ceremonia de coronación en la abadía de Westminster utilizó una carroza de oro con la que después recorrió las calles de Londres, dándose un baño de masas.
La carroza, que se llama Gold State Coach, fue construida en 1762 por encargo de Jorge III. Años después del paseo de coronación, la Reina reconoció que los asientos de cuero no eran muy cómodos. Estaba claro que era más de coches que de carrozas.
Daimler DE 36 Landaulette
En una de sus primeras giras mundiales, la que hizo por Australia en 1954, la Reina Isabel II utilizó un Daimler DE 36 Landaulette, el segundo modelo de la serie DE de Daimler, y también el último. Este modelo tiene el honor de ser también el último coche británico de producción con motor de ocho cilindros en línea.
Además de la realeza británica, utilizaron este modelo la realeza de Etiopía, la de Países Bajos, la de Mónaco, Arabia Saudita y Tailandia. Solo se construyeron 205 unidades y se estima que la que utilizó la Reina Isabel la vio el 75% de la población australiana
Jaguar X Type Estate
Queen drives onto grass verge to avoid young family http://t.co/4monCIyfUA pic.twitter.com/t1hDMM6him
— The Telegraph (@Telegraph) July 20, 2015
A partir de 2006, la Reina condujo en varias ocasiones un Jaguar X-Type Estate, la versión familiar de la berlina de tamaño medio que compartía multitud de componentes con el Ford Mondeo. Uno de los lugares por donde más se movió con este Jaguar fue el Castillo de Windsor y sus inmediaciones.
El modelo británico estuvo en producción desde el año 2000 hasta el 2009, tanto con motores diésel de 2.0 litros y 2.2 litros, como bloques de gasolina V6 de hasta 230 CV. No es el coche más exclusivo que condujo la reina, pero cumplía con el requisito de ser británico. Y para no dejar ninguna duda, la unidad de Su Majestad era de color British Racing Green.
Range Rover
Uno de los modelos a los que la reina era fiel, aparte de su Jaguar X-Type, es sin duda el Range Rover. Disfrutó de todas las generaciones del icónico modelo. Eso sí, las especificaciones habituales eran de lo más clásico para un coche de lujo inglés: verde oscuro e interior en cuero beige con acabado Autobiography.
Otro elemento que no parecía falta en sus coches, como en este Range Rover, es la mascota de capó. En los últimos años solía ser un labrador con un faisán en la boca. Los perros eran otras de las pasiones de Su Majestad, especialmente los corgis y labradores.
El V8 siempre fue el motor predilecto para sus Range Rover. En la imagen, se la ve en 2014 en Sandringham en un Range Rover de antepenúltima generación, que estuvo en venta de 2009 a 2012. Se trata de la serie conocida por la marca como L322, ideada inicialmente cuando la marca era propiedad de BMW. Esta versión actualizada cuenta ya con motores Jaguar y Land Rover.
Bentley State Limousine
No se puede decir que sea el Bentley más agraciado a nivel estético, pero sí uno de los más exclusivos de la historia. Solo se fabricaron dos unidades en 2002, ambas para la Familia Real Británica. La Reina Isabel II lo utilizó en incontables ocasiones, aunque en este caso disfrutó más de la comodidad y el lujo de Bentley que de su comportamiento. Casi siempre viajó en el asiento de atrás.
Bajo el largo capó de esta limusina se escondía un motor V8 biturbo de 6.75 litros heredado del Bentley Arnage R que ofrecía 400 CV. La división Mulliner de Bentley se encargó de crear su carrocería y el fabricante de textiles Hield Brothers se encargó del interior tapizado en tela de satén de lana de cordero.
En 2009 se modificó para utilizar gas como combustible y siempre se ha dicho que cada unidad costó 10 millones de libras esterlinas. A modo de curiosidad, las puertas traseras abren en un ángulo de 90 grados y la carrocería está completamente blindada, como los cristales, mientras que la cabina puede sellarse herméticamente para soportar ataques de gas y los neumáticos están reforzados con kevlar.
Land Rover
Además de confiar en los Range Rover, la Reina Isabel conoció de cerca todas las versiones del menos majestuoso Land Rover, desde el Series 1 de principios de los años 50, hasta el Defender, al menos su primera generación.
Las excelentes capacidades todoterreno del Land Rover en todas sus variantes permitieron a la Reina moverse por cualquier lugar. No ofrecía el confort y el lujo de otros coches, pero tampoco había obstaculo que se le resistiera. Además, es uno de los coches británicos más icónicos, tanto que siempre fue digno de la mismísima Majestad.
Tal fue la relación de Isabel II con el Land Rover que en la película 'The Queen' (2006), dirigida por Stephen Frears, Helen Mirren interpretando a la Reina Isabel II conducía un Defender en una de las escenas.
En el Range Rover LWB Landaulet
Los Range Rover eran uno de los modelos favoritos de la reina Isabel II. Se dice que en total llegó a tener más de 30. Uno de los últimos modelos que usó, sin embargo, fue esta unidad espacialmente fabricada en 2015 para la casa real británica. Se trata de un Range Rover LWB (Long Wheel Base, o chasis largo) híbrido con una carrocería tipo Landaulet, una mezcla entre cabrio y techo solar de tela.
Bajo el capó de este Range Rover LWB Landaulet hay un motor V6 turbodiésel de 3.0 litros asociado un motor eléctrico y una transmisión automática ZF de ocho velocidades. Todo ello en conjunto otorgan 340 CV y 700 Nm de par motor.
La reina solía usar este tipo de coches con techo abierto para ceremonias oficiales en las que es apropiado que ella salude desde un 4x4 británico, se les conoce como coches 'State Review', para pasar revista a las tropas en una ceremonia o saludar al público en un evento importante. Esta era la cuarta vez que Land Rover fabricaba un coche State Review para la reina, el primero fue un Land Rover Series 1 en 1953 que puedes ver más arriba.