Nueve expresiones del automóvil que vienen del francés
Los idiomas se nutren de otros idiomas. Ya sabemos que el castellano es un idioma latino con muchas palabras que proceden del griego antiguo. Pero a lo largo de la historia, de los invasores y de las innovaciones tecnológicas, se van añadiendo nuevas palabras al castellano.
Todos conocemos la expresión ojalá, derivada del árabe Inch Hallah, o tener morriña, que hemos tomada prestada al gallego. En el ámbito del automóvil ocurre lo mismo. Si bien algunas palabras proceden del inglés, como drift, curiosamente algunas de las más usuales provienen del francés.
Cabrio
La carrocería descapotable, conocida como cabrio (o cabriolé, según la RAE) es una de las más apreciadas si te gusta conducir. Cabrio es el diminutivo -también en francés- del término cabriolet. El cabriolet era un tipo de carruaje del siglo XVII: ligero, de dos plazas, dos ruedas y equipado de una capota móvil. El nombre cabriolet, provendría a su vez de la expresión "faire des cabrioles", es decir, hacer cabriolas. Y es que al parecer, esos carruajes eran propensos a dar brincos por los caminos.
Capó
Capó es la adaptación castellana de la palabra francesa capot. El capot fue a finales del siglo XVI un abrigo con capucha y que adquirió su sentido moderno a finales del Siglo XIX por analogía con el tambor cubierto de los barcos de ruedas de palas. El capot y la capota de los descapotables, proceden a su vez del latín caput, que significa cabeza.
Chasis
El chasis procede del término châssis que designa el marco de una ventana y por extensión a cualquier elemento soportado por un armazón. Como los primeros coches con chasis de largueros y travesaños parecían un armazón de acero en el que iba el motor y la transmisión, se usó el término châssis. La alternativa castellana es bastidor.
Chófer
Chófer, el que ejerce el oficio de conducir automóviles, proviene del francés chauffeur. Originalmente, la palabra chauffeur significa calentador y era aquel que se encargaba de mantener el fuego en las forjas o en las locomotoras de vapor. Por extensión se le atribuyó a los primeros conductores de automóviles profesionales, pues debían salir a calentar el motor del coche para poder encenderlo correctamente antes de ir a recoger a su jefe o cliente.
Cupé
Cupé proviene del francés coupé, participio del verbo couper (cortar). La carrocería cupé, de dos o tres puertas, proviene de un tipo de carruaje en el que el conductor estaba sentado fuera y sus dos pasajeros iban en un habitáculo cerrado con dos puertas. Y como daba la sensación de un carruaje cortado, en Francia se le llamó "coupé" (cortado). Con la evolución del automóvil, se les llamó cupé a las carrocerías de dos puertas y dos plazas.
Sin embargo, a los cupés en Francia se les llamaba hasta los años 50 "conduite interieur" (conducción interior, en referencia al mencionado carruaje). Así, el término cupé también podría hacer referencia al hecho que en los años 30 y posteriores los cupés eran más cortos que el sedán del que derivaban, es decir, estaban "cortados". Ahora con el marketing, a una berlina de 4 puertas y 3 volúmenes y a un sedán de 5 puertas fastback se les llama también cupé, pero eso es otra historia.
Pedalier
Designa el conjunto de pedales del automóvil. Es una palabra tomada directamente del francés pédalier, sólo perdió la tilde.
Reprís
Algo en desuso, pues existe la palabra recuperación, procede del francés reprise que significa, justamente, recuperación. Hasta no hace mucho se decía de un motor con mucho par motor que tenía mucha reprís. La RAE no lo recoge como término válido y siempre me sorprendió oírlo en España.
Ralentí
El número mínimo de revoluciones por minuto de un motor cuando no se acciona el acelerador y no está engranada ninguna velocidad. Viene del francés ralenti, participio del verbo ralentir, que significa decelerar, disminuir la velocidad de un mecanismo, objeto o la intensidad de una acción.
¿Tracción trasera o propulsión?
Ya se ha comentado en muchas ocasiones, pero de vez en cuando se insiste en usar la expresión "propulsión" para referirse a la tracción trasera. Aquí, el debate sigue abierto.
Es verdad que, bajo la influencia del francés, algunos tienden a usar tracción delantera para referirse a los coches cuyas ruedas motrices son las anteriores y propulsión cuando las ruedas motrices son las posteriores. Y es que en francés, al igual que en castellano, tracción es la acción y efecto de tirar de algo para moverlo o arrastrarlo. Es decir, si lo arrastras estás delante, como los caballos tiran del carruaje, por tanto sería lógico llamarlo tracción, a secas, como lo hacen en Francia. Ocurre lo mismo con propulsión, la acción y el efecto de propulsar. Dicho de otro modo, la acción y el efecto de impeler o impulsar, es decir "empujar para producir movimiento". Por tanto sería lógico y lícito decir que un coche de tracción trasera es un propulsión, como lo hacen en Francia.
Sin embargo, la segunda definición de la RAE nos explica que la tracción es el "sistema mecánico que aplica la potencia del motor a las ruedas del vehículo". De este modo, lo correcto, consideramos, es seguir usando las expresiones tracción delantera, trasera o a las cuatro ruedas.
Puede que no sea la expresión más lógica, pero sí la que marca la RAE. Y de todos modos, en Francia tampoco lo tuvieron muy claro. No en vano, el Citroën 11 CV se le conoce en Francia como Citroën Traction Avant, con la redundancia del Avant (delantera).