Hace unos días saltó a la red un vídeo en el que un hombre obeso trataba de salir, con bastantes dificultades, de un BMW i8. Casi un minuto y muchos movimientos de contorsionismo fue lo que necesitó para salir de un coche que, si bien cuando lo probamos ya apuntamos que no era el más cómodo para entrar y salir, tampoco nos pareció el más crítico en este sentido.
Este vídeo nos ha hecho pensar en esos coches que no se llevan bien con los que vamos un poco pasados de peso. Por ese motivo, aprovechando que estamos en época de ganar unos kilos con las comilonas navideñas, hemos recopilado los siete coches que no se llevan bien con el sobrepeso salvo que te quieras quedar a vivir dentro de ellos.
BMW i8
Empezamos por el protagonista del vídeo. El BMW i8 es un coche revolucionario en todos los sentidos. Su carrocería parece la de un concept car y su mecánica híbrida es capaz de ofrecer prestaciones de superdeportivo con consumos de utilitario.
Pero uno de sus puntos débiles que destaqué en la prueba es lo complicado que se hace subir y bajar de él, no por la posición de las puertas, sino por lo lejos que queda la banqueta del asiento del perfil exterior del coche. La puerta se abre y se cierra con facilidad por su reducido peso, pero está claro que si vas un poco pasado de kilos te costará entrar y salir.
Alfa Romeo 4C
El Alfa Romeo 4C encarna a la perfección lo que debe ser un deportivo ligero moderno. El precioso modelo italiano, es capaz de ofrecer sensaciones de superdeportivo a pesar de no tener más de 240 caballos.
Una de las claves de este coche es su reducido tamaño. Solo mide 1,18 metros de alto, lo cual hace que vayas sentado con el trasero rozando el suelo para bajar el centro de gravedad. Por desgracia, una vez más entrar y salir de el se convertirá en un suplicio para aquellos a quienes les sobran unos kilitos.
Mercedes SLS AMG
Dicen que una imagen vale más que mil palabras. ¿Véis dónde está la puerta del Mercedes SLS AMG? Muy arriba, ¿verdad? A pesar de ser uno de los superdeportivos más bonitos y elegantes del Siglo XXI, el SLS AMG tenía un handicap importante.
Sus preciosas puertas tipo alas de gaviota en honor al mítico 300 SL Gullwing, quedaba demasiado lejos del puesto de conducción o copiloto y eso obligaba a estar muy ágil a la hora de abrirlas o cerrarlas.
Opel Speedster
Opel se atrevió a poner en el mercado un modelo superligero entre los años 2000 y 2005. Era el Opel Speedster, un modelo que compartía base con el Lotus Elise, de ahí que su altura fuese muy limitada, concretamente 1,11 metros.
Por eso, entrar y salir de este coche se convertía en un auténtico ejercicio de contorsionismo para cualquiera que fuese un poco pasado de kilos o para cualquiera cuya talla fuese un poco más alta de lo normal.
Lotus Elise
Lo mismo que el anterior pero en versión original inglesa y con tapicería de cuadros. Una cucada.
Smart Roadster
Después de lanzar el revolucionario Smart ForTwo, la marca del Grupo Daimler lanzó un modelo biplaza de corte deportivo que era muy divertido de conducir por su reducido peso, motor en posición trasera y tracción al eje posterior.
Aunque hoy en día el Smart Roadster es una codiciada pieza de coleccionista, especialmente las versiones motorizadas por Brabus, por desgracia, una vez más entrar y salir de él era una maniobra complicada para aquellos que iban algo pasados de kilos.
Ford GT40
Hace unos cuantos años tuve la suerte de montar en un Ford GT40 decorado con los colores de Gulf. Jamás pensé que subirme a uno de los coches de mis sueños se iba a convertir en una maniobra tan complicada.
La puerta con su característica forma, ocupa parte de panel del techo, pero queda tan lejos del asiento del conductor que salvar el espacio que ocupan los pontones laterales se vuelve muy complicado y tendrás que tirar, literalmente, el culo al asiento. Además justo encima de la cabeza tenía un hueco para encajar el casco de los pilotos de talla más alta.
Las fiestas navideñas son época de grandes y largas comidas familiares, excesos culinarios que nos pueden llevar a ganar unos kilos de más. Así pues, piensa bien si debes comerte ese mazapán o polvorón en la próxima cena, porque tal vez a partir de entonces sea más complicado subir a tu coche favorito.