Ya han terminado los entrenamientos oficiales del Gran Premio de Jerez en MotoGP, y
las cosas van bien. Después del fiasco organizativo por el que ha habido aceite en la pista (zona de trazada) y de que varios pilotos se fuesen al suelo, la sesión continuó con normalidad. Pudimos ver a Pedrosa por fin en un entrenamiento oficial cronometrado y serio, y lo vimos impresionante. Si recordáis, hace años, cuando Sito Pons entraba en una categoría exclusiva de los australianos y los estadounidenses (500cc), había un respeto increíble a las derrapadas que hacían señores como Kevin Schwantz, o el propio Mick Doohan, y los españoles tenían que contentarse con intentar no caerse cuando la moto comenzaba a deslizar. Hoy hemos visto a este chaval tan pequeñito derrapar el primer día (ojo, el primer día serior de GP) como el que más, apurar al máximo de sus posibilidades e incluso salvar una caida que nos ponía los pelos de punta. No voy a decir que Pedrosa tiene un par de…, pero os lo imagináis. Sexto en la primera parrilla del año, con problemas de agarre en la rueda delantera (más bien exceso de agarre en la trasera), por delante de Melandri y al lado de Elías, en segunda fila pero en el centro de la parrilla.
¡Ah, me olvidaba! Delante de Valentino Rossi.
Sete Gibernau ha estado muy bien, las dos Ducati están en buen momento, y sus pilotos deben aprovecharse de ello. Su experiencia debería permitirles aprovechar la aparente superioridad que han mostrado en estos entrenamientos, y así estar mañana peleando por la victoria, aunque Sete se empeña en decir que está en fase de aprendizaje. No, el que está en fase de aprendizaje es Pedrosa, que lo asume, como dijo Giacomo Agostini al reportero de la tele. También le dijo algo que todos tenemos que tener en cuenta: “La fruta debe madurar”. Tomamos nota, que para esto este señor es quién es.