Seamos sinceros: las expectativas que se habían volcado sobre el Peugeot 2008 DKR para esta edición del Dakar que aún está disputándose eran elevadas. Quizás demasiado. Es cierto que Peugeot había apostado muy fuerte para este Dakar, como ya lo hiciera en su día cuando se puso entre ceja y ceja las 24 horas de Le Mans, pero la realidad ha sido un duro golpe para los franceses, que quizás fueran demasiado atrevidos en su planteamiento.
La experiencia de los últimos años en tierras suramericanas, nos dice que los Mini All4 Racing (4x4 diesel) han sido claramente los dominadores de esta dura competición en todos los sentidos. Plantar cara a su hegemonía con un coche de dos ruedas motrices y de tecnología diesel parece valiente, pero un tanto optimista como para marcarse como objetivo la victoria en su retorno después de tanto tiempo a una prueba de la exigencia del Dakar.
Peugeot ha querido exprimir al máximo las ventajas reglamentarias que la organización confiere a los vehículos con dos ruedas motrices (inferior peso mínimo, recorrido de suspensiones más largos, etc) así como aprovechar las propias características técnicas de su diesel 4x2 (más compacto, consumo un 25% inferior, etc). Sobre el papel, nada que objetar.
Pero nada de eso ha sido suficiente, pues al final, la prueba más dura del mundo ha puesto en su sitio un proyecto que se llevó a cabo con demasiadas prisas y sin apenas tiempo de probar el coche como todo un Dakar requiere. Pero, ¿qué hubiera pasado si este Peugeot 2008 DKR hubiera tenido las horas de test necesarias?
Pues no lo sabremos nunca. Los problemas evidentes de fiabilidad e incluso de prestaciones (aunque Peterhansel dijera que era el coche más rápido que había conducido nunca, en ningún momento rindieron al nivel esperado), han hecho que Peugeot ya esté trabajando en una nueva configuración para asaltar el Dakar en 2016 con mayores garantías.
¿En qué consistirá esa nueva configuración? Pues no lo sabremos hasta más adelante, pero lo que no cabe ninguna duda es que nos enteraremos mucho antes que este año. Porque si una cosa ha aprendido Peugeot en esta edición del Dakar, y que quizás ya hubiera olvidado, es que las prisas, en el raid más duro del mundo, no son nunca buenas.