Hemos tenido la oportunidad de realizar un copilotaje en el espectacular e-CUPRA ABT XE1, el coche eléctrico todoterreno con el que la marca española compite en Exteme E, la nueva competición de coches eléctricos off road. Al volante, una leyenda del automovilismo, Jutta Kleinschmidt para deleitarnos con una experiencia inolvidable.
CUPRA está apostando por las competiciones eléctricas como parte de su programa de marketing, en línea con el desarrollo de modelos de calle electrificados, como el CUPRA Formentor e-hybrid o el CUPRA León e-hybrid y 100% eléctricos como el CUPRA Born que llegará a finales de este año.
Tras el anuncio de su participación en el PURE ETCR, donde además el piloto español Mikel Azcona consiguió la primera victoria de la historia en una carrera de turismos eléctricos, CUPRA anunció a comienzos del pasado mes de septiembre su participación en la Extreme E al asociarse con ABT Sportsline como partner principal del equipo ABT CUPRA XE.
Esta competición creada por los promotores de la Fórmula E, con los españoles Alejandro Agag y Carlos Longo al frente, recorrerá el mundo en un viaje global de cinco eventos, utilizando su plataforma de entretenimiento con el propósito de promover la electrificación, la sostenibilidad y la igualdad.
El plantel de pilotos de CUPRA en este campeonato, en el que cada equipo debe estar compuesto un conductor masculino y otro femenino es de primer nivel. Por un lado Mattias Ekström, ganador del DTM y piloto estrella del rally cross, y por la piloto Jutta Kleinschmidt, que sustituyó a la alemana Claudia Hürtgen tras su accidentado comienzo en el campeonato. Jutta Kleinschmidt es toda una leyenda del automovilismo, y ostenta el hito de ser la única piloto que ha conseguido la victoria absoluta en el Dakar.
Con ella tuvimos el privilegio de montar en un exclusivo copilotaje en el Nasser Racing Camp, el exclusivo complejo que el también piloto de raids tiene en las inmediaciones de Barcelona para hacer pruebas de este tipo y entrenar con sus propios coches.
El e-CUPRA ABT XE1
En esta primera temporada de la competición Extreme E, toda la flota de coches son idénticos. Se trata de todoterrenos construidos sobre un chasis multitubular realizado en aluminio sobre el que se asienta también la jaula antivuelco para proteger a los pilotos en caso de accidente.
La carrocería está fabricada por Bcomp’s utilizando fibras naturales. Los coches llevan dos motores, uno en el eje delantero y otro en el trasero. En total desarrollan 470kW, el equivalente a unos 630 CV de potencia.
Las baterías tienen una capacidad máxima de 54kWh con 40kWh útiles. Las desarrolla Williams Advanced Engineering y serán así durante las dos primeras temporadas del campeonato para luego evolucionar a otras con mayor capacidad.
Las suspensiones con doble amortiguador en cada eje tienen un recorrido máximo de 385 mm. Los frenos se confían a un equipo con pinzas de seis pistones.
Las prestaciones impresionan para tratarse de un coche de carreras de 1.780 kilos de peso. Acelera de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos y el par máximo que desarrolla es de 920 Nm.
Sensaciones únicas en el asiento derecho
Montar en un coche de competición siempre es una experiencia única, pero hacerlo en uno tan especial como el e-CUPRA ABT XE1 lo es más si cabe.
Para subirse al habitáculo del coche es necesario estar ágil, ya que el asiento va situado bastante alto. Una vez que hemos conseguido pasar los paneles laterales de fibra y meter el cuerpo dentro de la jaula antivuelco, nos encontramos sentados en un coche de dimensiones espectaculares.
Mide 4,4 metros de largo. Su anchura es descomunal con 2,3 metros y eso hace que la distancia entre piloto y copiloto sea más que amplia. La distancia entre ejes es de 3 metros. Nos fijan los arneses que nos unen íntimamente al backet de competición y...aquí falta algo.
Así se vive desde dentro la experiencia en el coche de competición eléctrico.
Sí, falta el sonido característico de un motor de gasolina al ralentí como sueles escuchar en un coche de carreras antes de que se ponga en movimiento, y en su lugar lo único que se escucha es el silencio, un absoluto silencio.
"Are you ready?" me pregunta Jutta Kleinschmidt antes de pisar a fondo el acelerador, y salir disparados hacia adelante con inmediatez y contundencia.
La sensación de aceleración sin ruido tan típica de los coches eléctricos es súper extraña. Tu cabeza está acostumbrada a que un movimiento vaya acompañado de un sonido, el de un motor de combustión subiendo de vueltas, y aunque ya llevamos varios años probando coches eléctricos, lo cierto es que todavía cuesta cambiar ese concepto pre concebido.
Llega la primera zona de curvas y lo que también destaca es la ausencia de marchas. Todo consiste en un juego de gas y freno aderezado con movimientos muy rápidos de volante. No hay pedal de embrague y los pies de la piloto alemana se mueven con rapidez entre un pedal y el otro.
Esa ausencia de marchas hace que las frenadas más intensas se sientan especiales. No puedes ayudarte de la retención del motor al bajar marchas para detener el coche y todo se confía a los motores eléctricos y al equipo de frenos.
La capacidad de agarre sobre un terreno como el que estábamos circulando, más barro que tierra, es realmente espectacular. Cuando frena el coche se agarra y se nota cómo el morro se inclina hacia adelante a la altura del tren delantero, mientras cuando acelera el morro se levanta hacia arriba.
Es lógico que así sea porque este coche tiene un equipo de suspensiones muy desarrollado que tiene como objetivo minimizar las irregularidades del terreno, y que apenas afecten a la dinámica del coche. Mantener la carrocería lo más recta posible, que esta ejerza las mínimas fuerzas sobre el conjunto y que así pueda superar cualquier obstáculo.
Y de repente, casi sin darme cuenta, estábamos gas a fondo entrando en una bañera que terminaba en una pendiente ascendente. Sí, Jutta siguió gas a fondo sin dudar ni un solo momento y despegamos.
Desde dentro del coche la volada impresiona, pero lo hace más si cabe si la ves desde fuera. Las ruedas estaban a más de un metro del suelo y lo de forma uniforme, ya que tomó tierra primero el eje delantero que el trasero.
Lo que en un coche con suspensiones duras hubiese sido un golpe dañino para espalda y cervicales, en este no es más que un zarandeo como el que sentirías al superar un badén a alta velocidad.
Superado ese punto, Jutta se esfuerza por meter el coche en las curvas, donde parece tener algo de subviraje a la entrada. Tal vez el peso de las baterías sea el motivo de que el morro tienda a ir hacia afuera más de la cuenta.
La piloto lo corrige con maestría curva tras curva. Tras dejar que se vaya hacia afuera, gira con rapidez el volante hasta hacer tope mientras da gas y espera a que la fuerza del eje posterior corrija la trayectoria, comience a derrapar y apunte con la dirección a la siguiente curva.
En nada hemos llegado al punto de partida. Los 1,2 kilómetros del sinuoso trazado han pasado rápido y los hemos vivido con intensidad. La piloto alemana pisa el pedal de freno sin contemplación y el e-CUPRA ABT XE1 se detiene en solo unos metros, como si estuviésemos frenando sobre asfalto.
Precisamente ayer durante la celebración del IAA en Munich, CUPRA presentaba la primera evolución de este coche en forma de prototipo con diseño propio y nombre CUPRA Tavascan Extreme E Concept, llevando al plano de la competición el ADN del Tavascan, su próximo coche eléctrico tras el Born.
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