Alex Zanardi nos cuenta cómo ha sido el largo camino hasta poder disputar una carrera de 24 horas

Alex Zanardi es un ejemplo de superación. Los sueños son capaces de derribar muros y él los ha echado abajo todos. El piloto italiano perdió las piernas en un accidente en una carrera de la Fórmula CART en el Circuito de Lausitzring. Dos años después del trágico suceso y tras una dura lucha burocrática para conseguir renovar su licencia, volvió a los circuitos.

Lo hizo en el Campeonato Europeo de Turismos con un BMW 320i adaptado a sus necesidades. Desde entonces ha competidos en numerosas categorías en las que además de seguir creciendo como piloto ha podido ir desarrollando los sistemas de conducción que le permiten pilotar.

“Cuando me desperté y me di cuenta de que no tenía piernas, no me pregunté: ¿qué voy a hacer sin piernas?; sino que pensé: vale, ¿qué debo hacer para poder hacer todo lo que quiero hacer sin piernas?"

En las pasadas 24 Horas de de Daytona compitió con un BMW M8 GTE en el montó la última tecnología resultado de años de evolución y perfeccionamiento. Los resultados no acompañaron a su gesta, pero su labor en lo que a integración respecta, es intachable.

Inicios complicados en el ETCC y el WTCC

Antes incluso de tener que pensar en cómo iba pilotar un coche, Zanardi tuvo que lidiar una compleja batalla en los despachos de las federaciones. Una batalla que compartió con Albert Llovera que se encontraba al mismo tiempo tratando de conseguir su licencia en España.

“La gente tenía miedo de que me pasara algo, pero al fin y al cabo, si me rompo una pierna lo único que necesito es un destornillador para arreglarla. Cuando tuve que hacer las revisiones médicas para conseguir mi licencia, los médicos me realizaron innumerables exámenes. Sentí que solo estaban buscando una excusa para decir: ‘Lo siento, no puedes hacerlo’. Cuando me examinaron la cabeza, les dije: “Hola chicos, he perdido mis piernas en el accidente, ¡no mi cabeza!".

Tras recibir luz verde, programó su vuelta a los circuitos para la última carrera de la temporada 2003 del Campeonato Europeo de Turismos (ETCC) en Monza de la mano del equipo BMW Team Italy-Spain con un BMW 320i que modificaron para que pudiese pilotar solo usando sus manos.

"Al principio pensé que tendría que hacerlo todo con mis manos. Con el primer sistema, frenaba con un aro en el volante. Usaba otro aro para acelerar y manejaba la caja de cambios en H con mi mano derecha. Accionaba el embrague con los dedos a través de un botón en la palanca de cambios. Básicamente, conducía usando las falanges de mis pulgares. Pero esto era demasiado. Cuando volví al box tras la primera prueba, le dije a los chicos: “Hago demasiadas cosas ahí dentro: estoy haciendo las vueltas con los brazos y las manos, ¡pero puedes ponerme un cepillo entre las piernas que también podría barrer el cockpit!”.

El equipo se planteó entonces una nueva fórmula por la cual podría accionar alguna de las funciones usando piernas artificiales.

"Los ingenieros eran un poco escépticos, pero estaba seguro de que podría aplicar suficiente fuerza al pedal del freno si mi pierna artificial estaba unida a él y podía usar mis caderas para aplicar presión hacia abajo. Todo lo que teníamos que hacer era desarrollar un pedal de freno que pudiera unirse a mi pierna artificial. Eso demostró ser una solución muy eficiente y desde el primer test noté que podía aplicar la presión necesaria. También me sorprendió lo bien que podía dosificar la frenada y sentir el pedal del freno".

Entre 2003 y 2009 compitió en el Campeonato Europeo de Turismos primero y después en el Campeonato del Mundo de Turismos usando este sistema con un aro en el volante para acelerar y la caja de cambios en H que se manejaban con la mano derecha. En esos años logró subir a lo más alto del podio en cuatro ocasiones.

Un coche adaptado con el que competir con y sin discapacidad

Adaptar un coche para que compita un piloto con discapacidad es relativamente sencillo pero cuando hablamos de compartir ese coche con otro pilotos la situación se complica. En 2014 Zanardi volvió al automovilismo tras unos años alejado de las carreras. Lo hizo a las Blancpain GT Series donde compartió coche con Timo Glock y Bruno Spengler.

"Les mostré a los ingenieros en Múnich mi pierna artificial, que es un tubo hueco, y sugerí que podríamos reemplazar el pedal del freno que usaba hasta entonces, por un sistema en el que se introdujo una especie de perno en la prótesis. Aceptaron la idea y desarrollaron un pedal de freno muy delgado para mí, colocado a la derecha de los pedales. Timo y Bruno utilizaron los pedales normales de acelerador y freno, colocados en el centro".

Una evolución incansable hasta la actualidad

Zanardi y BMW dieron un pasó más allá con el BMW M6 GT3 con el que el italiano compitió en 2016. Con al ayuda de un socio, ZF, desarrollaron un sistema de embrague centrífugo, que sustituía al actuador del embrague, completamente automático que se abría y cerraba automáticamente cuando el motor alcanzaba ciertos regímenes y no necesitaba ser accionado por el piloto.

De esta forma se ahorraban una palanca y además, según el propio piloto descubrió tras probarlo, el mecanismo funcionaba incluso mejor que el convencional.

“Es asombroso lo bien que funciona este mecanismo. Este embrague es extremadamente fiable. El desgaste es mínimo y da menos problemas que un embrague estándar. Desde que lo instalamos en el coche ha funcionado perfectamente. Cuando arrancas después de la parada en boxes es imposible calar el motor. Además, no importa si los neumáticos están fríos o calientes, este embrague puede gestionar el agarre, probablemente mejor que un sistema estándar".

A pesar de todas las mejoras introducidas, a Zanardi le seguía resultado realmente complicado pilotar durante varias horas y por lo tanto, tomar parte en carreras de resistencia. Con las 24 Horas de Daytona como objetivo, volvió a sentarse una vez más junto a los ingenieros de BMW para tratar de nuevo de pilotar el coche tan solo empleando las extremidades superiores.

Gracias al sistema de frenado de mano del BMW M8 GTE, los problemas físicos contra los que Zanardi ha luchado en el pasado ya no son un inconveniente. El pedal del freno fue reemplazado por una palanca de freno montada sobre el túnel de transmisión, que empuja hacia adelante con su brazo derecho. Acelera usando un aro en el volante, que acciona principalmente con su mano izquierda y puede cambiar de marcha usando una leva en el volante. Además, hay un interruptor conectado a la palanca del freno, que le permite reducir marchas en las frenadas antes de una curva.

El camino hasta conseguir un coche adaptado que le sea cómodo a Zanardi no ha sido sencillo. Pero su labor no solo ha servido para ayudarle a él, el sistema de frenado en el BMW M8 GTE también podrá usarse por otras personas.

"Ha sido un largo camino, pero creo que lo que hemos logrado también ha creado nuevas posibilidades para otras personas. Ya nadie pregunta si un piloto discapacitado puede competir. Piensa en Frederic Sausset: le amputaron las piernas y los brazos, y aún así corrió en las 24 Horas de Le Mans en 2016. Billy Monger también es un gran ejemplo. Lo único que la gente quiere saber hoy en día es tu calidad como piloto. Las discapacidades no importan, ya que saben que puedes superarlas con soluciones especiales".

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