Opel planea prescindir de 4.100 puestos de trabajo a través de un programa de baja voluntaria. A cambio, se extendería la protección contra el despido del personal actual. El fabricante alemán lo hará progresivamente. De aquí a 2025 serán 2.100 puestos de trabajo que se eliminarán de forma voluntaria, mientras que el resto se haría en dos tandas de 1.000 hasta 2029. Opel cuenta actualmente con más de 30.000 empleados a nivel global.
El objetivo de PSA, que ya ha eliminado 6.800 puestos de trabajo de los 19.000 empleados con los que contaba la compañía en Alemania al hacerse cargo de Opel, es conseguir un ratio de masa salarial con respecto a la producción del 10 %. Se acercaría así de los estándares del resto de marcas de PSA, un grupo que se caracteriza por vender menos coches y aumentar sus beneficios. En principio, esta reducción se hará en los centros de producción alemanes.
Beneficios a pesar de unas ventas en descenso
Esta reducción de la masa salarial se hace de la mano del sindicato IG Metall, con negociaciones en ocasiones acaloradas en cuanto al porvenir de los operarios e ingenieros de Opel. En todo caso, se habla de programas voluntarios para reducir el personal, como la jubilación parcial y la jubilación anticipada.
Con el uso de la tecnología compartida con PSA y un trabajo de fondo en las factorías con sobrecapacidad de la marca, estas reducciones drásticas de personal han permitido a Opel reanudar con los beneficios en 2018.
En buena parte, esos beneficios se deben a una importante reducción de los gastos, a pesar de unas ventas en descenso. Desde principios de enero hasta finales de noviembre de 2019, Opel vendió 891.000 turismos y vehículos comerciales ligeros en todo el mundo. Es un 6,4 % menos que en 2018.
Y es que si bien PSA ha conseguido devolver a la vida el fabricante, Opel todavía arrastra el legado de General Motors, con los Insignia y Astra, principalmente. En los primeros nueve meses de 2019, las ventas del Insignia cayeron de 55.000 a 39.500 unidades. Moraleja, la factoría de Rüsselsheim, donde se fabrican el Insignia y el Astra, funcionó al 40 % de su capacidad en 2019.
Y no se esperá la producción de nuevos modelos hasta 2021. El año que viene, esta factoría producirá el nuevo opel Astra, cuya comercialización se espera para 2021 en su carrocería de 5 puertas. Y a partir de 2022, se encargará también de la producción del Astra familiar.
Temor ante la fusión PSA-FCA
Opel, en la época de General Motors era para el grupo un importante centro de I+D que servía tanto a Opel como al resto del grupo. Por no mencionar que muchos Opel fueron durante décadas la base de modelos Buick y Holden. Y ahora se cierne sobre la marca la integración de las marcas de FCA.
El problema con la fusión entre PSA y FCA es que el grupo italiano aportaría 18.000 ingenieros y PSA otros 19.000, de los cuales, 4.000 son de Opel. Es más, el centro de I+D de Rüsselsheim con esos 4.000 ingenieros es el mayor centro de I+D de PSA.
Los expertos consideran que al menos un tercio de esos puestos son obsoletos. Y Opel podría perder la responsabilidad del desarrollo para vehículos comerciales ligeros en favor de los de Fiat, que poseen una mayor experiencia y competencia en esta área.
Por otra parte, con estas medidas de reducción de masa salarial, las factorías de Opel, en Alemania y fuera de ella, son más eficientes, exhiben una mejor productividad que cualquier factoría europea de FCA. En ese sentido, las fábricas de Opel corren menos riesgo que los numerosos e infrautilizados centros de producción europeos de FCA.
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