Las investigaciones para mejorar la seguridad al volante nos traen novedades tan extravagantes como una pintura luminiscente para vehículos y carreteras. Algo así como las pegatinas que venían en el Bollycao que tomabas en el recreo, esas que ponías debajo de la lámpara unos minutos y luego corrías a encerrarte en el cuarto de baño para ver cómo lucían.
La base es la misma, sólo que más elaborado para que la duración de la luminiscencia sea de unas ocho horas. Esto que parece ciencia ficción ya está probado, en Holanda tienen un carril bici iluminado con esta tecnología, en la carretera holandesa N329 hay un tramo de 500 metros donde la señalización vial horizontal es luminiscente y Nissan tiene un Leaf luminoso.
Esta pintura tiene una duración estimada de 25 años, está compuesta por aluminato de estroncio y diferentes materiales orgánicos (biodegradables) que absorben los rayos UV de la luz solar y, en ausencia de luz, brilla por sí misma durante ocho o diez horas, sin consumir energía.
¿Y cuáles son las ventajas? Si en carreteras poco iluminadas se aprecia una gran diferencia entre las que tienen la pintura en buen estado y las que están gastadas, imagina la mejora que puede suponer que las líneas de la carretera se iluminen.
En cuanto al coche, aparte de dar la nota y sentirte inmerso en una película del futuro, el objetivo último es el mismo, mejorar la seguridad. Aunque si este tipo de pintura acaba comercializándose, a más de uno le va a faltar tiempo para darle al coche su toque nocturno personal.