Avus Performance es un preparador alemán que aparentemente sólo se dedica a vender e instalar piezas de otras firmas conocidas como Sportec o Vath. Sin embargo, parece que saben acertar justo en el punto adecuado a la hora de reinterpretar un coche.
El Nissan GT-R, que va camino de llevarse el premio al deportivo de la década, es un coche complicado de modificar: la ingeniería japonesa no parece estar diseñada para cambiar ni un milímetro. Lo que sí es posible es darle un maquillaje que cambie radicalmente su aspecto pintándolo de negro mate.
Sus deportivas formas, mezcladas con el aire de brutalidad que le dan las superficies planas con pintura negro mate, crean un crisol de sensaciones que sólo nos dejan la opción de arrodillarnos ante él y llorar de miedo ante tal máquina. Podrá gustar o no, pero la etiqueta de “Peligro, máquina brutal” no se la quita nadie.
Avus Performance también incorpora al Nissan GT-R una importante potenciación de motor que hace pasar su 3.8 V6 de 485 a 580 CV, lo que significa casi 100 CV más. Sorprendentemente, la preparación no resulta demasiado cara:
Pintura negro mate, 2.500 euros
Suspensiones, 1.300 euros
Reprogramación de ECU, 1.900 euros
Escape, 1.000 euros
Pintura de las llantas de 20 pulgadas, también en negro mate, 1.000 euros.
Separadores de ruedas, 350 euros.
Echando cuentas, por 8.000 euros convertimos una bestia en la bestia. Dicen que de noche todos los gatos son pardos, pero si eso es cierto, este es el más pardo de todos.
Vía | Carscoop
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