Durante los últimos tiempos se ha puesto de moda la vuelta a las bicicletas de piñón fijo, ahora llamadas fixies, que suena más cool. Esta nueva tendencia trae consigo un amplio abanico de personalización, ya que la estética es quizá el punto más importante de este tipo de bicis. Colores vivos y llamativos provocan que nuestra fixie sea el centro de atención allá por donde pasemos.
En el mercado de las bicicletas de carretera, en el que reinaban las grandes marcas, con elevados precios, este tipo de bicicleta de piñón fijo ha abierto la puerta a muchos más usuarios, ya que son más asequibles y versátiles. De hecho, las fixies son el medio de transporte de moda en barrios de grandes ciudades, como es el caso de Brooklyn, en Nueva York.
La llamada cultura fixie supone el retorno a lo básico, ya que aunque a día de hoy sea "lo moderno", este tipo de bicis fueron las primeras en extenderse a todo el mundo, hasta la invención del piñón libre. Los expertos aseguran que este tipo de transmisión engancha, ya que permite un mayor control sobre la propia bici y obliga a un ejercicio más constante. Además, el mantenimiento es más barato y sencillo.
Muchos son los fabricantes que ofrecen este tipo de bicicletas, aunque lo realmente importante depende de uno mismo, ya que es la personalización lo que les aporta ese carácter único que cada cliente busca. Cuadros, manillares, llantas, cubiertas, sillines, horquillas, tijas, cadenas, puños, pedales, etc... Todo se puede elegir a la carta. Las posibilidades son infinitas, con decenas de diseños y coloridos acabados. Puedes crear, por tanto, una bici única.
Lo mejor de todo es que, además, hay bicicletas fixie de todo tipo. De aspecto clásico, de paseo, de montaña, de competición. Hay para todos los gustos, y a un precio relativamente asequible, según la marca y el modelo. Si queréis ser lo más cool del barrio, ya estáis tardando en diseñar vuestra propia fixie.