Tras librar una dura batalla en las Galias, donde han conseguido derrotar a XXIV escuadrones de soldados y robarles LXXXI cuadrigas híbridas tracción animal-humana a nuestros enemigos, dos legiones han anunciado su regreso a Roma. Recorren las más de CDL leguas de vías en mal estado a toda velocidad, porque saben que el júbilo de las masas les espera a su llegada por la Grande Vía Máxima si las restricciones en el transporte de lecticas y carros se lo permiten.
Nada más llegar, el mismísimo Emperador les recibirá para ponerles la máxima distinción que reciben los gladiadores victoriosos: el lavrĕa o corona triunfal que lucirá sobre sus cabezas de ahora en adelante, pero ¿sabrán que el mejor laurel para sus coronas es el mismo que usas tú en la cocina?
Así lo ha descubierto una investigación del papyro El Romano, que ha arrojado datos escalofriantes sobre el material empleado en los últimos tres años de mandato del Emperador Tito Mariano para la elaboración de las distinciones concedidas a los generales victoriosos que entraban en Roma tras librar duras batallas por mantener las fronteras del Imperio inalteradas.
Laurus nobilis en vez de prunus laurocerasus
Según los papyri filtrados, durante la Dinastía Flavia se ha comenzado a sustituir el prunus laurocerasus por laurus nobilis para la elaboración de las coronas triunfales, también conocidas como lavrĕa.
De aspecto muy similar, a simple vista de buen romano es casi imposible apreciar las diferencias entre tipo de laurel y el otro, igual que es imposible diferenciar una cuadriga preparada por Maca Lavrĕa, como la utilizada esta temporada por Ferdinandus Alonsus, de la de Mercedes Ibensis, con la que ha competido Levins Hamiltorius.
Todo apunta además a que el oro en el que se acostumbraban a bañar las coronas triunfales, habría sido sustituído por un baño de color dorado elaborado en el lejano imperio chino, que habría llegado a nuestro Imperio a través de un mercader bárbaro llamado Primarkas, usando como vía de entrada la Ruta de la Seda.
Aplicación del artículo 156
En Quadrigapasión hemos investigado para tratar de esclarecer los hechos y saber si los últimos gladiadores que han regresado a Roma lo han hecho portando sobre su cabeza una lavrĕa elaborada con simple laurel de cocina, como el que se utiliza en cualquier insula.
Ante las preguntas hechas a Tito Flavio Vespasiano, este se ha visto obligado a admitir de forma pública que las arcas del Estado estaban en mínimos al tener que acometer las obras de la que está llamada a ser la obra más fastuosa del Imperio Romano, el magnífico Coliseo de Roma.
Dicha edificación requería grandes comisiones a las empresas constructoras para que estas a su vez revertiesen en los dos hijos de Tito Flavio Vespasiano, Tito y Domiciano.
Todo ello llevó a la aplicación del artículo 156 (sí, como la célebre Alfa Romeo Berlina), que aceptaba el uso de laurel común (laurus nobilis) en lugar de laurel real o laurel de cerezo (prunus laurocerasus) para la elaboración de las coronas triunfales o lavrĕa.
Prunus laurocerasus para las próximas coronas
Ante la presión social por el escándalo que esto ha supuesto y el aumento del precio del laurel común, el Senado ha decidido por unanimidad investigar el uso del prunus laurocerasus para la elaboración de las nuevas coronas.
Al parecer esta hoja es mucho más robusta y ligera que el laurel común, y se espera que su demanda se multiplique por cuatro en los próximos lustros. Tanto es así que el proveedor Takataurel ya ha anunciado la construcción de una planta de procesado de prunus laurocerasus en el norte de Tarraco, Hispania.
La nueva medida se ha votado en un pleno celebrado en el Foro Romano, donde ha contrado con el apoyo de Socialisti y Civis, mientras que el grupo de senadores de Posummus ha votado en contra, tratando de impedir la apobación del uso del prunus laurocerasus en favor de la hoja que ellos proponían, el laurocerasus purpura, más acorde con los colores de la formación.
Así pues, podemos confirmar que, durante los últimos años, el laurel que se ha estado empleando para elaborar las coronas triunfales no ha sido otro que aquel que se utiliza habitualmente en la cocina para elaborar el morcillo de ternera estofado con laurel y pimentón o el Bizcocho de naranja y laurel. Todo un escándalo. Se trata de unos hechos muy graves que será conveniente seguir, en espera de cuáles sean las próximas reacciones y consecuencias.
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