Que las marcas automovilísticas están tendiendo hacia la electrificación es más que un hecho una realidad y MINI, perteneciente a BMW, no es una excepción. Si bien la firma lanzará al mercado en 2020 su primer modelo eléctrico, el MINI Cooper SE, también están valorando que la electrificación llegue en un futuro a su modelo más prestacional, el MINI John Cooper Works.
Al menos a ello se ha referido Mike Peyton, vicepresidente de MINI en EE.UU. en una entrevista concedida a Motor Authority, aunque para que ello se haga realidad la tecnología aún debe avanzar sobre todo en lo que toca a la densidad energética de las baterías, a fin de reducir su tamaño y peso. Vital en el caso de un deportivo pequeño como es el MINI John Cooper Works.
No obstante, el directivo norteaméricano también ha dejado claro que, al menos en los próximos años, MINI seguirá manteniendo en cartera motores de combustión, es decir, compaginarán tanto mecánicas electrificadas como térmicas en su gama.
Hay que recordar que día de hoy la firma dispone de una sola opción en clave eco, el MINI Cooper S E Countryman All4 híbrido enchufable, aunque el mencionado MINI Cooper SE está al caer, pues sus entregas comenzarán en marzo del año que viene partiendo de los 33.950 euros.
A la espera de baterías más pequeñas de mayor capacidad
Peyton ha asegurado a esta publicación que el MINI Cooper JCW no tiene porque estar necesariamente asociado a la gasolina o ofrecer un sonido deportivo rugiendo desde el sistema de escape pues, "los clientes valoran en este producto su dinámica o la estética". Asimismo ha comentado que no cree que la gasolina sea exclusiva en términos de prestaciones y rendimiento, en definitiva los MINI deportivos han de ser "ágiles, pequeños y relativamente rápidos".
Además, reconoce que hay potencial tecnológico para que el MINI más deportivo disponga de un tren eléctrico puro alimentado por baterías y reitera que la electrificación no va reñida con la deportividad. Algo que ya ha demostrado Porsche con el Taycan o la propia Tesla, por poner algunos ejemplos.
No obstante, Peyton comenta que, aunque están cerca de dar un paso adelante en lo que toca a baterías, para que el MINI Cooper se pasase a la electrificación pura necesitaría una mayor eficiencia energética. Es decir, ofrecer más capacidad en baterías más pequeñas. Y para ello serán fundamentales las sinergias con BMW.
Hay que recordar que BMW ya participa en la Fórmula E, porque lo el urbano deportivo podría heredar parte de esta tecnología. Además, la marca bávara ya está dando el paso hacia su nueva generación de electrificados donde encontramos al BMW i4, un gran coupé eléctrico que equipa una batería de 80 kWh encargada de alimentar un propulsor de 530 CV (390 kW).
Y es que si el MINI JCW eléctrico quiere mantenerse en la misma línea que el de combustión en términos de prestaciones y dinámica, el peso de la batería no podrá ser muy elevado o por el camino perdería esa agilidad a la que alude como santo y seña Peyton. Otra solución sería que el MINI JWC creciese ligeramente en tamaño, tal y como están demandando los clientes para el MINI Cooper, según reconoce Peyton.
Si nos fijamos en el MINI Cooper SE nos encontramos con un motor eléctrico de 184 CV (135 kW) de potencia y 270 Nm de par, que va asociado a una transmisión de una sola marcha y a una batería de 32,6 kWh. Es buen paso, pero está lejos de los 231 CV del John Cooper Works de gasolina o más aún de los 306 CV que ofrece el último de los JCW en llegar, el GP limitado 3.000 unidades.
En definitiva, y como deja claro Peyton , si el John Cooper Works se convierte en eléctrico no en un futuro cercano, pero la semilla ya está plantada...
Las imágenes utilizadas para ilustrar este artículo corresponden al MINI John Cooper Works GP y al MINI Cooper SE
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