Mercedes-Benz sigue aumentando efectivos en su familia de híbridos enchufables, bautizada como EQ Power, que ya va por la tercera generación. Así a los ya existentes de la Clase C, Clase E y Clase S, se suman nuevas incorporaciones en otros segmentos de la gama de la estrella: los SUV GLC y GLE y la gama compacta Clase A y Clase B. Nos vamos a Frankfurt (Alemania) para conocer a estos nuevos miembros de esta familia de 'enchufados'.
Como carta de presentación, todos los nuevos PHEV, menos el GLC, se destacan por ofrecer una autonomía eléctrica más elevada respecto a los modelos EQ Power que ya se venden en el mercado (gracias a una batería de mayor capacidad) y por disponer de un sistema de carga dual, que permite cargar con corriente tanto continua como alterna.
Además todos equipan, como el resto de híbridos enchufables de tercera generación de Mercedes-Benz, un cargador de a bordo de 7,4 kW que les permite recargar la batería en un tiempo más reducido en comparación al de la generación anterior (3,6 kW).
El objetivo de Mercedes-Benz es tener en cartera más de 20 variantes híbridas enchufables en 2020: a finales de este 2019 ya estarán a la venta más de diez modelos con este tipo de mecánica. Y entre ellos se encuentran los nuevos Clase A 250 e (hatchback y sedán), Clase B 250 e o GLC 300 e 4Matic (todos gasolina), así como el GLE 350 de 4Matic, que opta por el diésel y que es el que más autonomía eléctrica promete: cerca de 100 kilómetros en ciclo WLTP.
Más tarde, llegarán los EQ Power+ extendiendo la gama híbrida enchufable a las variantes deportivas Mercedes-AMG, aprovechando la tecnología utilizada en competición en los monoplazas de F1 de la firma alemana.
Vamos a conocer un poco más de estos nuevos retoños de mecánica alternativa que forman parte de la estrategia de Mercedes-Benz en su compromiso por reducir emisiones y que se articula a tres bandas: la gama EQ Power híbrida enchufable, la gama eléctrica pura o EQ, con el Mercedes-Benz EQC y el recién llegado Mercedes-Benz EQV (el Clase V en versión electrificada), así como los microhíbridos EQ Boost.
Mercedes-Benz Clase A 250 e: casi 70 kilómetros de autonomía eléctrica
El objetivo del fabricante germano es ofrecer variantes en clave eco en todos los segmentos, así sus modelos compactos Mercedes-Benz Clase B y Mercedes-Benz Clase A, tanto de cinco puertas como sedán, se suman a esta gama EQ Power. Todos comparten la misma mecánica: un propulsor gasolina de cuatro cilindros de 1.33 litros y 160 CV, que va combinado con un motor eléctrico de 75 kW (102 CV) y que transmiten su fuerza al eje delantero (la entrega combinada es de 218 CV).
Para ello, Mercedes-Benz ha tenido que adaptar su tecnología híbrida enchufable de tercera generación al motor de combustión transversal que equipan dichos modelos, a fin de asegurar la compatibilidad con el mismo. Así, el propulsor eléctrico, a diferencia del resto de la gama EQ Power, se integra en la transmisión 8G-DCT de ocho relaciones.
Ello se completa con una batería de 15,6 kWh, de mayor capacidad que la que montan los Clase C, S y E, así como el SUV compacto GLC (13,5 kWh) y que se traduce en una autonomía eléctrica más elevada: entre 75 y 77 kilómetros en ciclo NEDC, o de entre 61 y 69 kilómetros en homologación WLTP. Además, los Clase A y B prescinden de motor de arranque: la tarea recae en el propulsor eléctrico.
En definitiva, tanto el Clase A 250 e como el Clase B 250 e han sido concebidos para que los usuarios combinen conducción eléctrica pura en entornos urbanos, con la tradicional de combustión allí cuando se requiere más potencia de forma continuada, por ejemplo para cubrir largas distancias en vías rápidas.
Así, los compactos híbridos enchufables, al igual que ocurre con el resto de efectivos EQ Power, añaden dos nuevos modos de conducción a los clásicos Comfort, ECO y Sport (además de Off Road en el caso de los todocamino): Electric y Battery Level.
El modo Electric permite una conducción eléctrica pura, donde sólo actúa el motor electrificado, mientras que el Battery Level está concebido para ahorrar al máximo la energía eléctrica allí cuando la carga de la batería comienza a desfallecer. No obstante, aunque seleccionemos el modo Electric, si pisamos a fondo el acelerador circulando a altas velocidades, el motor de combustión pasa a activarse.
Con la teoría en la mano, nos pusimos brevemente a los mandos del Clase A 250 e en su variante hatchback, que seguramente le ganará la partida en ventas a la sedán (al menos en el caso de España y Europa). Dado que el recorrido era esencialmente urbano, activamos sólo el modo eléctrico aprovechando que la batería estaba cargada al 100 %. Desde parado, el Clase A acelera sólo con el motor eléctrico, ofreciendo casi todo el par disponible (300 Nm), por lo que se disfruta de esa aceleración excitante propia de los electrificados.
Pero la ruta incluía un kilómetro y medio de Autobahn, así que no dudamos en hundir el acelerador al incorporarnos a la autovía, el motor de combustión entró bastante rápido para hacerse cargo de la entrega de potencia y ahorrar energía eléctrica.
El consumo eléctrico del Mercedes-Benz Clase A 250 e se fija en unos teóricos 15 - 14,8 kWh/100 km y, como ocurre en los EQ y el resto de EQ Power, permite al conductor gestionar el nivel de recuperación energética a través de dos levas ubicadas en el volante, con hasta cinco niveles de recuperación, es decir, de retención: DAUTO, D+, D, D- y D--.
En el primero, el sistema gestiona de forma automática la retención en función de la ruta, su trazado o la distancia con el vehículo que circula delante, mientras que la recuperación es mínima si seleccionamos el D+, siendo ligeramente mayor en modo D. Por su parte los modos D- y D--, retienen mucho el coche y hay que tener cuidado al activarlo, pues se frena notablemente.
Asimismo, también comprobamos la eficiencia del asistente ECO, que regula el empuje en función de cada situación cuando levantamos el pie del acelerador además de hacer recomendaciones al conductor. Y lo cierto es que, de los tres EQ Power que hemos probado, en el Clase A es en el que más se aprecia el nivel de retención en cuanto dejamos de pisar el pedal. Todo para conseguir esos casi 70 kilómetros de autonomía en modo eléctrico puro.
Más allá de la habitabilidad que ofrece el Clase A, la única diferencia que encontramos en el A 250 e respecto a las variantes de combustión es la capacidad del maletero, que se reduce ligeramente. Y es que aunque el sistema híbrido enchufable en la gama compacta, a diferencia del resto de retoños PHEV, permite ubicar la batería bajo los asientos traseros, los cargadores de corriente alterna y continua sí están ubicados bajo el piso del maletero. La marca no ofrece este dato, pero es menor que los 370 litros que cubican las versiones térmicas.
Cerca de 100 kilómetros en modo eléctrico para el GLE híbrido enchufable
El otro gran estreno de la familia EQ Power de Mercedes-Benz lo protagoniza la variante plug in hybrid del más pequeño de los SUV grandes que ofrece Mercedes-Benz. Este GLE 350 de 4Matic es el híbrido enchufable que más autonomía eléctrica ofrece de toda la familia EQ Power: unos teóricos 106 kilómetros en ciclo NEDC, que se convierten en 90 - 99 kilómetros en WLTP.
Para ello, el Mercedes-Benz GLE 350 de 4Matic equipa una batería de mayor tamaño y capacidad (31,2 kWh): para alojarla, la marca ha modificado la parte trasera y el eje posterior, estando ésta colocada bajo el maletero. Por su parte, el cambio viene de la mano de la caja 9G-TRONIC de nueve relaciones que encontramos en el resto de efectivos EQ Power, a excepción de los Clase A y B.
Esto significa que también reduce el volumen de carga en comparación a las versiones térmicas, aunque sigue siendo igualmente muy largo desde el portón hasta los asientos traseros. Mercedes-Benz promete unos 1.915 litros totales de capacidad, siempre que abatamos la bancada trasera, claro. El GLE convencional, recordemos, ofrece hasta 2.055 litros.
El recorrido que hacemos con el GLE híbridos enchufable es exclusivamente urbano, por lo que también optamos por el modo eléctrico puro. Así, en ningún momento entra el motor de combustión, el 2.0 de cuatro cilindros de 194 CV durante nuestro recorrido, por lo que operó únicamente su propulsor eléctrico de 100 kW (136 CV).
Al igual que el Clase A, este todocamino diésel híbrido enchufable dispone de los mismos modos de conducción asociados a la gama PHEV, Electric y Battery Level, sumando el Off Road propio de los SUV de Mercedes-Benz.
Además, también ofrece los niveles de retención mediante las levas del volante para gestionar la energía. Y ello resulta sumamente útil si queremos ayudar a los frenos a reducir la velocidad, debido al notable peso de este gran SUV en clave híbrida, que se ve aumentado por la batería, así como por el sistema híbrido.
En cifras, la potencia combinada del GLE 350 de 4Matic es de 320 CV (235 kW) y el par máximo que ofrece es de 700 Nm. Por su parte, el consumo eléctrico homologado se cifra en 25,4 kWh/100 km y el del propulsor de gasóleo se limita a 1,1 l/100 km.
GLC 300 e 4Matic: hasta 43 kilómetros de autonomía eléctrica
El tercero en discordia que se une a la familia EQ Power de Mercedes-Benz es el GLC 300 e 4Matic, también de tracción total y segundo todocamino de esta gama híbrida enchufable. En su caso, y a diferencia de los Clase A y B, así como del GLE, equipa la misma batería que encontramos en los PHEV de tercera generación ya disponibles en el mercado.
Por tanto, la misma tiene una capacidad de 13,5 kWh, lo que permite al Mercedes-Benz GLC 300 e 4MATIC ofrecer una autonomía eléctrica similar a las berlinas híbridas enchufables de la casa, que están alrededor de los 40 kilómetros.
El Mercedes-Benz GLC 300 e 4Matic combina un motor gasolina de 2.0 litros y cuatro cilindros de 211 CV (155 kW) con uno eléctrico de 90 kW (122 CV) y su mecánica híbrida también va gestionada por el cambio 9G-TRONIC. Como el resto de modelos PHEV de la marca de la estrella, dispone de idénticos modos de conducción (Comfort, ECO, Sport, Electric, Battery Level) así como la opción Off Road para fuera del asfalto.
De igual manera, encontramos la gestión de retención mediante levas con los mismos modos de sus hermanos (DAUTO, D+, D, D- y D--). La ruta que hacemos con el SUV compacto alemán es idéntica a la del Clase A, por lo que también lo llevamos por un corto tramo de la Autobahn. Esto nos permite comparar cómo y cuando entra el motor de combustión al pisar a fondo el acelerador cuando entramos a la autopista, siendo ligeramente más lento respecto a su hermano compacto.
Modo dual de carga: corriente continua y corriente alterna
Si bien todos los miembros EQ Power disponen de cargador de abordo de 7,4 kW de potencia, tanto los Clase A 250 e y Clase B 250 e como el GLE 350 de 4Matic difieren del resto de híbridos enchufables por incorporar un nuevo enchufe dual COMBO para recargar la batería tanto con corriente alterna como continua (los Clase C, S y GLC sólo permiten hacerlo con alterna).
Mercedes-Benz promete que, en sistema de corriente continua y enchufados a tomas de al menos 24 kW, los Clase A y B se cargan del 20 % al 80 % de su capacidad en 25 minutos, mientras que el GLE 350 de 4Matic lo hace en 20 minutos.
En modo de corriente alterna, sin embargo, los tiempos aumentan: los compactos PHEV enchufados a un Mercedes-Benz Wallbox de 7,4 kW precisan de una hora y 45 minutos para pasar del 10 % a 100 %, mientras que el GLE 350 de requiere de 3 horas y 15 minutos para hacer lo propio. Asimismo, si se cargan en una toma doméstica de 2,3 kW, los Clase A y B tardan 5 horas y media en llenar las baterías al completo y el SUV GLE un total de 11 horas y media.
Por su parte y sólo con corriente alterna, el Mercedes-Benz GLC 300 e 4Matic tarda una hora y media en cargarse por completo con una Mercedes-Benz Wallbox y 11 horas y media enchufado a una toma convencional de 2,3 kW.
Los nuevos híbridos enchufables de Mercedes-Benz, en cifras
Clase A 250 e | Clase A 250 e sedán | Clase B 250 e | GLE 350 de 4Matic | GLC 300 e 4Matic | |
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Tipo de combustible | Gasolina | Gasolina | Gasolina | Diésel | Gasolina |
Cilindrada (cc) /cilindros | 1.332 / 4 cilindros | 1.332 / 4 cilindros | 1.332 / 4 cilindros | 1.950 / 4 cilindros | 1.991 / 4 cilindros |
Potencia motor combustión (kW/CV @ rpm) | 118 / 160 @ 5.500 | 118 / 160 @ 5.500 | 118 / 160 @ 5.500 | 143 / 194 @ 3.800 | 155 / 211 @ 5.500 |
Par motor motor combustión (Nm @ rpm) | 250 @ 1.620 | 250 @ 1.620 | 250 @ 1.620 | 400 @ 1.600 / 2.800 | 350 @ 1.200 / 4.000 |
Potencia motor eléctrico (kW) | 75 | 75 | 75 | 100 | 90 |
Par motor eléctrico (Nm) | 300 | 300 | 300 | 440 | 440 |
Potencia combinada (kW/CV) | 160 / 218 | 160 / 218 | 160 / 218 | 235 / 320 | 235 / 320 |
Par combinado (Nm) | 450 | 450 | 450 | 700 | 700 |
Aceleración (seg.) | 6,6 | 6,7 | 6,8 | 6,8 | 5,7 |
Velocidad máxima (km/h) | 235 | 240 | 235 | 210 | 230 |
Velocidad máxima motor eléctrico (km/h) | 140 | 140 | 140 | 160 | 130 |
Capacidad total de la batería (kWh) | 15,6 | 15,6 | 15,6 | 31,2 | 13,5 |
Consumo mixto combustión (l/100 km) | 1,5 - 1,4 | 1,4 | 1,6 - 1,4 | 1,1 | 2,5 - 2,2 |
Emisiones mixtas combustión (g/100 CO₂) | 34 - 33 | 33 - 32 | 36 - 32 | 29 | 57 - 51 |
Consumo eléctrico mixto (kWh/100 km) | 15 - 14,8 | 14,8 - 14,7 | 15,4 - 14,7 | 25,4 | 17,8 - 16,5 |
Autonomía eléctrica WLTP (km) | 60 - 68 | 61 - 69 | 56 - 67 | 90 - 99 | 39 - 43 |