Hace unos días que Mercedes-Benz nos adelantó que estaban trabajando para recuperar el Mercedes-Benz SL, un roadster que había sido discontinuado y que renacerá utilizando la misma base de chasis y motores que el Mercedes-AMG GT.
La recuperación de este concepto de descapotable grande de lujo supondrá que la marca alemana cubrirá un abanico amplio en relación a su competencia, y precisamente por eso, para evitar solaparse, los Mercedes-Benz Clase S Cabrio y Coupé van a desaparecer en el cetálogo de la casa germana.
El nicho no conquistado por Mercedes-Benz
Dentro de unos días conoceremos a la generación W223 del Mercedes-Benz Clase S, y en esta ocasión todo apunta a que la gama se va a simplificar notablemente, quedándose limitada a la berlina y berlina de batalla extendida. Se prescindirá de las carrocerías descapotable y coupé que hasta ahora sí estaban disponibles; tampoco para las versiones Mercedes-AMG.
Por lo tanto, 2020 será el último año en el que las carrocerías de dos puertas se vendan dentro de la Clase S, dejando al S 560 (Cabrio y Coupé) como el último de su estirpe, con un motor 4.0 V8 470 CV y una versión AMG S 63 de 612 CV. El motor V12 también desaparecerá tanto de la Clase S con el Mercedes-AMG S 65 Final Edition como del futuro Mercedes-AMG SL, pues no está previsto que el doce cilindros en uve tenga continuidad en la gama.
La desaparición de este tipo de carrocerías estaría motivada por el escaso éxito cosechado en un mercado tan competido como el de los coupés y descapotables de superlujo, donde Mercedes-Benz incluso intentó hacerse un hueco con su división más prestigiosa, Maybach, sin el éxito que les hubiera gustado. Competir contra opciones como el Bentley Continental GT o el inalcanzable Rolls-Royce Dawn no es una tarea sencilla.
Este habría sido el motivo por el que la casa de la estrella habría reconducido sus objetivos, replanteando el retorno del Mercedes-Benz SL como un coupé-descapotable de gran tamaño creado sobre el chasis del Mercedes-AMG GT, con un planteamiento más deportivo y motores de seis cilindros en línea y ocho cilindros en uve con la caja de cambios sobre el eje trasero.
Sería un planteamiento más deportivo pero también más enfocado a competir contra sus verdaderos rivales. Una constelación de opciones que irían desde las opciones más GT como el BMW Serie 8 (coupé o cabrio) a las de corte más deportivo como el incombustible Porsche 911.
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