Probamos el Mazda CX-30: el equilibrio entre los SUV de Mazda destaca por su completo equipamiento tecnológico
La firma nipona desveló en el Salón de Ginebra este año al tercero de su familia SUV, el Mazda CX-30 y, ahora, acudimos a su presentación oficial, donde ya hemos podido probar las mieles de este todocamino compacto que llega para acompañar al CX-3 y al CX-5, partiendo de un precio de 27.575 euros.
Bautizado por Mazda España como el "coche más importante" de su gama, al que consideran su "producto estrella en términos de volumen y ventas", el Mazda CX-30 desembarca este mes de septiembre en el mercado español en sus variantes gasolina (Skyactiv-G), que es mild-hybrid, y diésel (Skyactiv-D), mientras que el esperado y novedoso Skyactiv-X, también gasolina y con microhibridación, hará lo propio en octubre.
La estrategia de Mazda es cuanto menos curiosa, pues sus tres SUV se pueden englobar en la categoría de los todocaminos compactos: aunque, por dimensiones, el CX-5 se acerca más al segmento de los SUV grandes y el CX-3 al de los B-SUV. De esta manera, el recién llegado Mazda CX-30 se convierte en el SUV compacto más puro de los tres.
En definitiva, se trata de un modelo que se encuentra a medio camino entre sus hermanos y, según la marca japonesa, está más cerca al CX-5 en términos de habitabilidad, equipamiento, acabados y tecnología, y al CX-3 en lo que respecta a sus cotas exteriores.
De igual manera, este CX-30 es el segundo modelo de la nueva generación de Mazda, con el propulsor Skyactiv-X como piedra angular, que también monta el nuevo Mazda3. Y es que con el compacto comparte plataforma, la Skyactiv-Vehicle Architecture, y por tanto su motor que, en palabras de la firma, está entre un motor de gasolina y uno diésel, y que destaca por su notable eficiencia.
Y Mazda apuesta fuerte por el Skyactiv-X en el caso del CX-30: prevén que el 50 % de sus ventas estarán aglutinadas por esta variante, mientras que el 45 % restante las integrará el Skyactiv-G, quedando sólo un 5 % para la versión diésel. El tiempo dará o quitará la razón a Mazda, pues hay que tener en cuenta que la diferencia de precio entre ambos es siempre de 2.400 euros en sus diferentes acabados y versiones.
La habitabilidad del CX-30 respecto a sus hermanos
Respecto al Mazda-CX3, recién actualizado y que también tuvimos ocasión de probar hace unos meses, el Mazda CX-30 destaca por contar con un habitáculo más espacioso para los ocupantes. Lo que viene de la mano de una batalla más generosa, que se fija en más de 2,6 metros en comparación a los 2,5 metros de su hermano menor.
LONGITUD | ANCHURA | ALTURA | BATALLA | |
---|---|---|---|---|
Mazda CX-30 | 4.395 mm | 1.795 mm | 1.540 mm | 2.655 mm |
Mazda CX-3 | 4.275 mm | 1.765 mm | 1.535 mm | 2.570 mm |
Mazda CX-5 | 4.550 mm | 1.840 mm | 1.675 mm | 2.700 mm |
Sin embargo, aunque efectivamente ofrece más espacio para las cabezas en las plazas posteriores, así como más amplitud para las piernas, y mayor holgura tanto delante como detrás, no así ocurre con la distancia al techo en el asiento del conductor y el copiloto, que es casi un centímetro menor al que ofrece el CX-3. Aunque con ello no estamos diciendo que el techo se nos eche encima en las plazas anteriores, que resultan bastante cómodas y amplias.
Al acceder a los asientos traseros, lo que efectivamente se hace como anuncia la marca muy cómodamente gracias al buen ángulo de apertura de las puertas y al ligeramente adelantado pilar B, comprobamos que disponemos de un espacio notable para las piernas hasta el respaldo de los asientos delanteros.
ESPACIO CABEZA DELANTE | ESPACIO CABEZA DETRÁS | ESPACIO HOMBROS DELANTE | ESPACIO HOMBROS DETRÁS | ESPACIO PIERNAS DETRÁS | |
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Mazda CX-30 | 967 mm | 973 mm | 1.412 mm | 1.361 mm | 921 mm |
Mazda CX-3 | 976 mm (+9) | 944 mm (-29) | 1.360 mm (-52) | 1.281 mm (-80) | 888 mm (-33) |
Mazda CX-5 | 1.007 mm (+40) | 991 mm (+18) | 1.451 mm (+39) | 1.391 mm (+30) | 1.007 mm (+86) |
Eso sí, una persona que supere los 1,85 metros se encontrará con su cabeza tocando el techo, pues éste comienza a caer justo allí donde van ubicadas las plazas traseras. Es lo que tiene la moda de tender hacía la línea coupé en los todocaminos.
En lo que toca a capacidad de carga, de nuevo el Mazda CX-30 se encuentra entre el CX-5 y el CX-3: su maletero dispone de un volumen de 430 litros, siempre y cuando no vaya equipado con el sistema de sonido premium BOSE (422 litros). Está por tanto a sólo 47 litros del CX-5.
Asimismo, desde la boca de carga hasta los asientos traseros se pueden cargar objetos de hasta 533 milímetros de largo, mientras que la anchura se fija en 1.030 milímetros. Esta última cifra también está bastante cercana a su hermano mayor (1.050 milímetros), aunque no tanto el fondo que ofrece (965 milímetros). Por su parte, si abatimos la bancada trasera, la capacidad de carga asciende a los 1.406 litros (1.398 litros con BOSE).
Quizá en el habitáculo echemos de menos más huecos portaobjetos, que se limitan a los bolsillos de las puertas, el generoso cofre bajo el reposabrazos central, el desplegable en el techo para gafas y el ubicado en el túnel central bajo el salpicadero, donde cabe poco más que un teléfono móvil y es el único espacio disponible para dejar las llaves si las queremos tener a mano.
El conductor como epicentro
En el Mazda CX-30 la firma nipona ha puesto especial cuidado en la ergonomía del conductor. Y se nota. La posición es ligeramente elevada, como manda este segmento, lo que siempre siempre ayuda a mejorar la visibilidad. Pero además, el CX-30 destaca particularmente por ciertos detalles.
Primero, y desde el acabado más básico, los dos asientos delanteros son regulables en altura. A ello hay que sumarle el opcional de ajuste eléctrico, que incluye apoyo lumbar, lo que le hace a su vez ganar en comodidad en viajes largos y más para aquellos automovilistas que sufran en esta zona. Además, el volante tiene un rango de ajuste de hasta 70 milímetros de profundidad.
Una vez sentados a sus mandos nos encontramos con el Head-Up Display proyectado sobre el parabrisas, que es de los de mayor tamaño que hemos visto. Eso sí, hay que ajustarlo correctamente para que se adecúe a la línea de visión del conductor, lo que tendremos que hacer parados y no en marcha, ya que sólo se regula desde el mando circular HMI del túnel central desde el que se maneja su pantalla multimedia de 8,8 pulgadas.
Hay que señalar que el display central no es táctil y además se encuentra bastante alejado del puesto de conducción: Mazda así quiere evitar que distracciones limitando su accionamiento a la mencionada ruleta que encontramos junto al pomo del cambio. De hecho, pese a esas 8,8 pulgadas de ancho, la pantalla es bastante estrecha, lo que le quita protagonismo en comparación a la tendencia actual, donde encontramos cada vez más displays tamaño tablet.
Los retrovisores laterales se encuentran bastante por detrás del pilar A. Y aunque puede resultar extraño a priori, lo cierto es que ambos ofrecen una visibilidad excelente, por lo que tiene punto ciego muy reducido pese a los casi 4,4 metros que mide el Mazda CX-30.
También nos ha llamado la atención otra funcionalidad como que, al detectar que estamos maniobrando, las lentes de los retrovisores exteriores se inclinan para orientarse hacia el suelo, lo que permite que tengamos controlados bolardos o bordillos, complementando la señal acústica del asistente de aparcamiento, así como la cámara trasera.
En general, en el Mazda CX-30 sientes que tienes todo a mano, lo que también incluye el pomo del cambio gracias a contar con un túnel central bastante elevado y cercano al salpicadero. También ayuda que no disponga de freno de mano manual, sino de accionamiento eléctrico.
Al volante del Mazda CX-30
La variante del nuevo todocamino de Mazda que hemos conducido es la gasolina Skyactiv-G de 2.0 litros y 122 CV, asociada a tracción delantera y cambio manual, que no recurre a la turboalimentación, siendo por tanto atmosférica. Así, se caracteriza por una conducción mucho más progresiva, que requiere que lo llevemos bastante alto de vueltas para que la respuesta sea rápida.
Pese a que rinde 122 CV, no sientes en ningún momento que te falta potencia, y a ello se suman unas marchas bastante cortas, lo que aumenta la diversión sobre el asfalto.
Recordemos que tanto el Skyactiv-G como el Skyactiv-X son mild-hybrid, disponiendo de un motor de asistencia eléctrica equipado con una batería de 24 voltios. Éste, además de asistir en el arranque y surtir de energía a los sistemas eléctricos del Mazda CX-30, también aporta potencia al motor en momentos puntuales.
Además, para atar consumo y emisiones en corto dispone de tecnología de desconexión de cilindros: cuando se requiere menos potencia, sólo operan el segundo y el tercero. Algo que, por cierto, no se percibe en ningún momento, lo que no es casualidad, pues Mazda ha buscado que sea inapreciable para el conductor.
Y hablando de cosas poco apreciables, lo es el sonido del motor dentro de la cabina. Mazda ha hecho un buen trabajo también en este aspecto, que ya prometía sobre el papel. La baja rumorosidad el CX-30 es deudora de su estructura de doble panel, así como del limitado número de orificios de la moqueta, o el material absorbente que reviste el techo y el suelo.
Si bien la conducción al volante del CX-30 destaca por ser notablemente confortable, aunque bien es cierto que principalmente lo hemos llevado por autovía y vías rápidas, el tarado de suspensiones es algo rígido, lo que se aprecia si acometemos resaltos y baches.
Lo cierto es que nos hemos quedado con las ganas de probar su potencial en zonas más reviradas y exigentes, pues su dirección es bastante rápida y precisa, aunque notablemente asistida, como ocurre con la mayor parte de nuevos modelos concebidos para el gran público hoy en día.
También hemos podido probar una de las unidades pre-serie que van equipadas con el propulsor Skyactiv-X, no obstante, el recorrido era muy corto como para sacar conclusiones de este novedoso propulsor, que dispone de encendido por compresión controlado por chispa. Lo que sí hemos apreciado es que ofrece todo el par más rápidamente (en torno a las 2.400 vueltas) y que, pese a rendir casi 60 CV más, está bastante cercano al Skyactiv-G.
Mucha tecnología desde su versión más básica
La mayor calidad percibida en el CX-30 viene protagonizada principalmente por el arsenal tecnológico que lo acompaña, ofreciendo no pocos de estos sistemas de serie enfocados principalmente a la seguridad.
No obstante, uno de los más reseñables es opcional, que va integrado en el Pack Safety junto a otros asistentes a la conducción. Se trata del detector de fatiga con cámara, que supone un paso más respecto al ya conocido detector de fatiga (que sí es de serie) y que se limita a avisarnos que hemos recorrido una distancia lo suficientemente elevada para realizar una parada.
Esta tecnología se vale de una cámara infrarroja ubicada en el salpicadero, que detecta la somnolencia del conductor y actúa en consecuencia, avisándole mediante una sonora alarma acústica. Al ser de tipo infrarrojo opera también en condiciones de baja visibilidad, incluyendo las horas nocturnas, así como a través de gafas de sol. Mazda asevera que esta cámara simplemente monitoriza y no graba, asegurando la privacidad de los ocupantes.
Sin sobre precio y desde su acabado más básico, el Origin, el Mazda CX-30 dispone de frenada de emergencia, control de ángulo muerto, detector de trafico cruzado posterior, alerta por cambio de carril involuntario, asistente de mantenimiento de carril, sistema de reconocimiento de señales, y control de crucero adaptativo por radar.
En lo que respecta a conectividad, y también desde la opción más asequible, su sistema multimedia es compatible con Apple CarPlay y Android Auto (por conexión mediante cable), dispone de navegador (que resulta a veces confuso en intersecciones al cambiar la orientación), entrada USB y sistema de sonido Mazda Harmonic Acoustic equipado con ocho altavoces. En el acabado tope de gama, el Zenith, éste se sustituye por el premium BOSE de doce altavoces.
Precios del Mazda CX-30 2019 en España
La gama del nuevo SUV de Mazda se articula en tres acabados: el básico Origin, el intermedio Evolution y el más completo Zenith. Y pese a que la variante Origin ofrece un equipamiento de serie muy completo, Mazda prevé que el 70 % de las ventas del CX-30 correspondan al Zenith, cuyo precio parte de los 30.475 euros.
La gama del Mazda CX-30 ofrece una gran versatilidad, ya que permite asociar todas sus mecánicas tanto a cambio manual como automático, así como la tracción delantera o integral. Eso sí, la caja automática y la tracción AWD sólo son seleccionables desde el acabado Zenith en su mayoría.
En su lanzamiento, el tercer todocamino de Mazda irá asociado a descuentos de 2.800 euros, a lo que pueden sumarse hasta 700 euros por financiar con la marca en el caso de las variantes Skyactiv-G y Skyactiv-D o de hasta 1.100 euros en el del Skyactiv-X.
CAMBIO | TRACCIÓN | ORIGIN | EVOLUTION | ZENITH | |
---|---|---|---|---|---|
Gasolina | |||||
Mazda CX-30 SKYACTIV-G 2.0 - 122 CV | MT6 | 2WD | 27.575 euros | 29.225 euros | 30.475 euros |
Mazda CX-30 SKYACTIV-G 2.0 - 122 CV | AUT | 2WD | - | 32.025 euros | 33.275 euros |
Mazda CX-30 SKYACTIV-G 2.0 - 122 CV | MT6 | AWD | - | - | 32.475 euros |
Mazda CX-30 SKYACTIV-G 2.0 - 122 CV | AUT | AWD | - | - | 35.275 euros |
Mazda CX-30 SKYACTIV-X 2.0 - 180 CV | MT6 | 2WD | 29.975 euros | 31.625 euros | 32.875 euros |
Mazda CX-30 SKYACTIV-X 2.0 - 180 CV | AUT | 2WD | - | 34.425 euros | 35.675 euros |
Mazda CX-30 SKYACTIV-X 2.0 - 180 CV | MT6 | AWD | - | - | 34.875 euros |
Mazda CX-30 SKYACTIV-X 2.0 - 180 CV | AUT | AWD | - | - | 37.675 euros |
Diesel | litris | ||||
Mazda CX-30 SKYACTIV-D 1.8 - 116 CV | MT6 | 2WD | 29.575 euros | 31.225 euros | 32.475 euros |
Mazda CX-30 SKYACTIV-D 1.8 - 116 CV | AUT | 2WD | - | 34.025 euros | 35.275 euros |
Los precios detallados corresponden al P.V.P sin descuentos añadidos