Cuando creías que lo habías visto todo en relación a los superdeportivos más deseados del mercado, de repente aparece un Lamborghini Gallardo Superleggera por EEUU con un oso sentado en el asiento del copiloto, haciendo las delicias de todos los viandantes de Huntington Beach.
Si si, habéis leído bien, un oso de verdad, con sus garras, sus colmillos y su impresionante cabeza sentado en el asiento del copiloto, con la cabeza sacada por la ventanilla y sin inmutarse a pesar de que mucha gente quería verlo e incluso fotografiarse con el.
Sinceramente no sabemos de qué se trata, si simplemente el dueño del Lamborghini Gallardo Superleggera es un excéntrico de los animales y por eso tiene un coche representado por un toro y un oso como mascota, o si más bien se trata de una acción viral para promocionar alguna de las webs que aparecen sobre la trasera del propio coche.
Sea como fuere, si tuviese un Lamborghini Gallardo Supeleggera con su interior en carbono y alcántara hasta arriba, lo que menos me apetecería sería que un oso se sentase ahí. No quiero pensar cómo puede acabar el interior si al oso le da por darse un par de revolcones por dentro.
