Parte del encanto que tienen muchos coches es su sonido. Por suerte, hay marcas a las que se les da muy bien “afinar” la melodía de sus motores y venden coches de serie que suenan a gloria, desde los Hyundai i20 N e i30 N hasta un Lamborghini Huracán Performante con su enorme motor V10.
Sin embargo, el dueño de uno de esos Lamborghini está teniendo dolores de cabeza por culpa de cómo suena su coche. O más bien por culpa de que el ayuntamiento de su ciudad considera que suena demasiado, a pesar de que no tiene ninguna modificación y está homologado para circular legalmente por esa localidad según sale de fábrica.
Cuando el Ayuntamiento considera que un coche de serie es demasiado ruidoso
Las ciudades cada vez son más ruidosas: sopladoras, perros ladrando, camiones de basura a todas horas (el del plástico, el del vidrio, el del cartón, etc.) y coches. Ahora que las motos de dos tiempos prácticamente se han extinguido, ciertos coches han recogido el testigo y hacen más ruido de la cuenta, especialmente lo que están modificados con escapes aftermarket y electrónica que les hace petardear (los denominados “pops and bangs”).
Pues bien, en Nueva York están hartos de tanto ruido y el Ayuntamiento de la ciudad se ha propuesto acabar con este problema. Una de las medidas que ha tomado es instalar radares de ruido en algunas calles para detectar vehículos que violan las leyes de la ciudad y el estado relacionadas con el ruido y multar a sus dueños.
Es parte del programa de la “Ley para detener la propagación de ruido” de Nueva York y el concejal Keith Powers se está encargando de promover la instalación de más radares de ruido por los cinco distritos de la ciudad. Hace unos meses, Powers dijo que uno de los objetivos es ir contra los usuarios de vehículos modificados ilegalmente.
Esto último es determinante porque, en la práctica, los radares de ruido no distinguen entre coches modificados y coches de serie. Y eso se ha convertido en un problema porque ya hay usuarios que se están quejando de que las multas que ponen estos radares de ruido son injustas.
Es el caso de Anthony Aquilino, un corredor de seguros que se compró un Lamborghini Huracán Performante hace unos años y ha recibido varias multas porque los radares de ruido consideran que su coche suena demasiado. Aquilino ha expuesto su caso en el New York Post y alega que su coche no tiene ninguna modificación y que si es legal comprarlo en Nueva York según sale de fábrica, no debería ser ilegal su sonido y, por lo tanto, no deberían multarle por este motivo.
New York Post
La multa que le puso el Ayuntamiento de Nueva York fue de 800 dólares, unos 720 euros al cambio actual. La normativa de la ciudad determina que la segunda multa por este motivo asciende a 1.700 dólares y la tercera (y posteriores) pasa a ser de 2.700 dólares.
“¿Cómo puede alguien pagar eso?”, dijo Aquilino al New York Post, asegurando que “no es asequible ni razonable”. Lo cierto es que, teniendo en cuenta que pagó 315.000 dólares por su Lamborghini Huracán Performante, cuesta creer que este hombre tenga problemas de solvencia y se queje de que la multa no es asequible. Aunque hay que pensar que esta multa es la misma para todos, tenga un Lamborghini o un “sencillo” Hyundai i20 N que también suena de maravilla de serie y probablemente haría saltar estos radares de ruido.
El otro argumento de Aquilino, es decir, que es una multa injusta, tiene más fundamento. Según dice, la única manera de evitar las multas en el futuro sería dejar de conducir ese coche: “El único remedio sería vender el vehículo, ¿qué otra opción tengo?”.
Lo que explica Aquilino es que nunca ha modificado su coche para hacer más ruido, que su coche es legal para conducir en las calles de Nueva York y que pasa una inspección obligatoria de forma correcta. En definitiva, que no tiene la culpa de que el V10 de su Lamborghini suene tanto.
“Siento que los residentes estén molestos por el ruido y la ciudad quiera reprimir el ruido. No estoy de acuerdo con ello. No estoy de acuerdo con que se multe a un coche que no está modificado”, comenta Aquilino, que ha recurrido la multa al Ayuntamiento porque, en teoría, la ley está hecha para multar únicamente a coches modificados.
Para dejarlo claro, incluso ha llevado su coche al servicio oficial de Lamborghini en Manhattan para certificar que no tiene ninguna modificación. Sin embargo, al concejal Powers que aseguró hace unos meses que la ley estaba enfocada a pillar a vehículos modificados ilegalmente, ahora ha declarado al New York Post que “las cámaras multarán a todos los vehículos ruidosos, independientemente de si los decibelios se deben a alguna modificación”.