Este 2020 será nefasto en lo que a ventas de coches se refiere: el sector automovilístico acaba de desvelar sus previsiones para este año, estimando una caída de entre un 40 y un 45 % y con volúmenes cercanos a las 700.000 unidades en el acumulado del año derivados de la crisis sanitaria del coronavirus.
Las previsiones presentadas por la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) y la patronal de concesionarios Faconauto son las esperadas tras el derrumbe de las ventas en marzo, con un retroceso de casi un 70 %, y que ha sido mucho más acusado en abril, fijándose en un 96,5 % con 4.163 unidades. La peor cifra en los últimos 20 años.
El parón de fábricas y concesionarios de cerca de dos meses de duración, ha supuesto un duro golpe para el sector, que prevé además una recuperación tan lenta como paulatina.
Si bien las fábricas españolas están retomando poco a poco la producción, los concesionarios siguen por el momento sin volver a la actividad. Aunque ya han solicitado que se haga efectiva el 11 de mayo coincidiendo, teóricamente, con el comienzo de la Fase 1 de la desescalada, que se aplicará por territorios y en función de la evolución de la pandemia en los mismos y su capacidad de gestión sanitaria.
Asimismo, el sector ha propuesto al Gobierno poner en marcha un plan de acción para su recuperación, el cual, recuerdan es uno de los pilares fundamentales de la economía de nuestro país, pues aportan cerca de un 10 % al PIB español.
Un año para olvidar y lejos del millón coches comercializados
2019 ya no fue un año bueno para el automóvil: el año pasado cerró en caída, tras seis años al alza, con un retroceso de casi un 5 %. Una bajada que, sin embargo, será mucho menor en comparación a la que sufrirá el sector este año. Si en 2019 se cerró el año con 1,25 millones de automóviles vendidos, previsiblemente en 2020 no se llegará ni al millón, estimando un cierre con 700.000 unidades.
Anfac y Faconauto presentan estas estimaciones teniendo en cuenta el estado de alarma y confinamiento de dos meses. Además, prevén que los dos primeros trimestres posteriores a la finalización del estado de alarma serán muy duros para el mercado automovilístico, a causa de la incertidumbre económica derivada de la crisis sanitaria.
Y aunque irá mejorando lentamente en verano, estiman que las cifras estarán muy por debajo de las registradas en 2019 y muy cercanas a las peores estadísticas propiciadas por la crisis financiera que asoló el país hace una década.
Así, la caída que ahora barajan desde la patronal de fabricante y concesionarios es mucho mayor a la prevista a principios de año, cuando la preocupación se centraba en cómo encajarían las marcas el nuevo límite de emisiones en el mix de ventas de 95 gramos de CO₂ fijado por Europa. En aquel momento Faconauto la fijaba en un 3 %.
Posteriormente, finalizado marzo y ya con el estado de alarma aplicado durante 15 días, las estimaciones de los concesionarios señalaban un retroceso en el acumulado del año del 30 %, que ahora se eleva a ese posible 45 %.
Plan de reactivación e implicación en los incentivos a la compra
Desde Anfac y Faconauto, junto a organismos como Ganvam, patronal de talleres y recambios, o Sernauto, proveedores, señalan al sector automovilístico como clave "para la recuperación económica de España" y aseveran que "al igual que sucedió en la crisis pasada, la salida de la crisis no será posible sin la recuperación de la automoción".
Es por ello que solicitan al Gobierno paquete de medidas de choque para la recuperación del sector, materializado en una serie de propuestas que ya han traslado al Ejecutivo, estando aún pendiente determinar la fecha para "presentarlas y desarrollarlas de manera conjunta y urgente".
Para ello piden una coordinación entre los diferentes ministerios y dar prioridad a las mencionadas medidas a fin de reactivar la demanda interna en España, así como la producción y el empleo, que deberá compaginarsse con los objetivos de descarbonización del parque, a los que "la automoción española no renuncia en esta crisis".
En este sentido, el sector de la automoción ha mostrado su sorpresa ante el nuevo programa de incentivos para la compra de vehículos alternativos, MOVES, que, señalan, se está preparando de forma unilateral desde la administración, sin comunicarlas previamente con el mismo.
Éste estará dotado con 65 millones de euros, y está aún en desarrollo. Entre las novedades, se baraja la de eximir a los consumidores de la obligatoriedad de entregar un coche de más de diez años para beneficiarse de las ayudas, por considerarse una traba, ya que en algunos territorios no se llegó a cubrir el presupuesto asignado.
Y es que los incentivos a la compra son considerados como una de las claves para la reactivación del mercado automovilístico. Según señala José López-Tafall, director general de ANFAC, por cada euro aportado por las ayudas, se recaudan 1,7 euros en ingresos fiscales, además de contribuir a la reducción de emisiones "al achatarrar vehículos más viejos".