Pensaréis que ya hemos hablado de esto cuando os contamos que Nanjing se quedaba con Rover. Pero la historia es otra, ya que otro fabricante chino, por el momento desconocido, ha comprado los derechos de explotación de la marca Rover: dicho de forma rápida han comprado el logotipo de Rover.
¿Y qué significa eso? Para la mayoría de las empresas, y cada vez más, su imagen de marca es lo primero. Pongamos un ejemplo, seguro que Seat podría sobrevivir si le quitasen todos sus modelos y tuviera que crear otros nuevos, pero seguro que no lo haría si no se pudiera llamar Seat aunque conservase sus modelos.
Realmente es triste que la dignidad de una marca histórica como Rover se pueda comprar por 21 millones de dólares y poner su chapa a cosas como esta. Tampoco quiero atacar a los fabricantes chinos ya que ellos están en su derecho de fabricar lo que quieran, sin embargo movimientos como este me parecen una tomadura de pelo al consumidor (igual que el cambio Daewoo-Chevrolet).
Vía | autoblog.com
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