La luz no es lo único que sube, pues en el último año los precios de la gasolina han aumentado hasta un 20% respecto a las mismas fechas del año pasado. El diésel también ha visto crecer sus precios y ambos carburantes han llegado a alcanzar niveles que no registraban desde 2014.
Esto se traduce en que llenar el depósito hoy es 14 euros más caro que en julio de 2020, pues el litro de gasolina se sitúa en 1,427 euros y el de diésel en 1,273 euros. Esta importante subida en los precios coincide además con el aumento de los desplazamientos de muchos españoles, que se encuentran en plenas vacaciones de verano.
Una subida de más del 20% en un año pese a la bajada del precio del crudo
La diferencia de precio entre el diésel y la gasolina se ha venido agrandando desde principios de 2021 y se sitúa en los 14,4 céntimos por litro. Con respecto a marzo de 2019, cuando alcanzó su mínimo histórico con 3,2 céntimos, dicha diferencia se ha más que cuadruplicado.
Pese a todo, el importe medio tanto de la gasolina como del diésel en España sigue por debajo de la media de la Unión Europea que, en la última semana, ha registrado 1,548 euros por litro para la gasolina, y 1,373 euros para el diésel. En la zona euro, el precio de venta al público del litro de gasolina está en 1,60 euros por litro y el del gasoil en 1,396 euros.
El presidente de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), Fernando Móner, respecto a la subida del precio en los carburantes ha reclamado al Gobierno que actúe “para detener de una manera rápida a este abuso” y que no sea de una forma coyuntural.
Desde que surgió la pandemia de COVID-19 el mercado del crudo comenzó a sumirse en su propia pesadilla y la incertidumbre actualmente es una constante en torno a los precios del oro negro y la demanda, que sigue a la baja. Las guerras internas en el seno de la OPEP no ayudan a la estabilización.
Actualmente y debido a factores como los datos nada alentadores del último informe de las Naciones Unidas sobre el calentamiento global, los precios en el mercado de futuribles se han relajado, pero como hemos podido comprobar, no lo notamos cuando paramos a repostar en la gasolinera por el llamado efecto pluma.
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