Podríamos estar sin saberlo ante una de esas historias que se contarán a modo de anécdota ultra-curiosa dentro de unas décadas. Hace sólo unas cuantas horas que conocemos al Faraday Future FF91, no sólo es uno de los coches más prometedores de los últimos años sino que puede ser el primer coche no-nacido y muerto prematuramente que batió a rivales de la talla del Bentley Bentayga, Ferrari 488, Tesla Model X y Tesla Model S P100D.
Bueno, sin saberlo del todo no. En realidad algo huele raro a la vista de todas las noticias previas sobre Faraday Future. Sí, efectivamente tienen una especie de SUV eléctrico de mega-lujo, pero la empresa estaría asentada sobre cimientos de paja y podría ser presa de los delirios de su capitán antes de poder llevar a la producción una sola unidad.
Faraday Future FF91, el nonacido
Efectivamente, el Faraday Future se habría visto las caras contra un imponente trío de rivales y los habría humillado a todos, y hasta ahí podemos contar. La marca sólo ha comentado que los test del tren de rodaje como lo han llamado se han realizado en la pista de Irwindale, California, y sus tres rivales entre los que destaca el que sería su máximo rival: el Tesla Model X.
Posteriormente, vimos al FF91 enfrentarse en el mismo escenario al Tesla más potente hasta la fecha, el Tesla Model S P100D. Estas pruebas de aceleración han sido puestas en entredicho por algunos medios, pero si nos ceñimos a los datos que nos han ofrecido, sobre el papel efectivamente la balanza se decanta del lado del Faraday Future: 2,38 segundos para el 0-100 km/h gracias a unos aplastantes más de 1.000 CV y un paquete de baterías de 130 kWh con una autonomía teórica de 608 km según ciclo EPA.
En la presentación que tuvo lugar el 4 de enero en el Consumer Electronic Show de Las Vegas el Faraday Future FF91 trató de impresionar con sus cifras y con un despliegue tecnológico realmente prometedor. Su sistema FFID dotará de inteligencia al FF91 para personalizarse aprendiendo de su propietario, estará conectado a internet mediante módems CAT6 LTE, reconocimiento facial y gestual y totalmente preparado para conducción autónoma con un LIDAR 3D, una decena de cámaras, más de 10 radares, sensores ultrasónicos
La propuesta es muy, muy interesante y como idea tiene muchas papeletas para captar inversores y clientes con los que financiar su llegada al mercado en 2018. Pero para que esto ocurra, en Faraday Future tendrán que trabajar aún más duro de puertas adentro para demostrar que son algo más que buenas ideas y gente con talento. Algunas de las demostraciones del CES fueron poco más que castillos de papel y otras incluso fallidas como la de aparcamiento automático o reconocimiento facial.
Pero su mayor reto no es el tecnológico. Desde hace semanas, medios como Jalopnik, Electrek y BuzzFeed News han ido recogiendo información, hablando con todos los agentes implicados en el culebrón de Faraday Future, incluso con representantes de la marca, y aunque ahora ya tenemos un coche "real" sigue habiendo muchas incógnitas por despejar.
La burbuja creada por Jia Yueting
Aunque la marca se fundó en 2014. hace sólo un año Faraday Future irrumpió con un concepto radical, un superdeportivo eléctrico imposible de 1.000 CV llamado FFZERO1 al que posteriormente se sumó el anuncio del llamado a ser el anti-Tesla definitivo. El que sería el primer coche de producción de Faraday Future se ha presentado en el Consumer Electric Show de Las Vegas, en medio de un sin fin de nubes de tormenta.
Jia Yueting, su megalómano dueño destinó buena parte de los recursos de la compañía en el desarrollo de un SUV eléctrico con el que romper el dominio de Tesla, un vehículo capaz de "redefinir la rueda" según ellos mismos con unos supuestos motores in-wheel (sobre los que no han soltado prenda), una plataforma eléctrica modular y ensamblado en una factoría de más de 1.000 millones de dólares en Nevada. Estas buenas ideas atrajeron el interés de las autoridades estatales, quienes pusieron sobre la mesa de Jia Yueting (magnate multimillonario creador de un imperio tecnológico chino) un cheque de 335 millones de dólares en concepto de incentivos fiscales.
Hasta aquí todo bien. ¿Quién no va a apostar por las ideas del futuro? El que se queda rezagado, pierde. El problema viene cuando, mientras se presenta en un gran evento un modelo revolucionario, la fábrica de la que tendrán que salir las primeras unidades en 2018 aún no es más que un agujero polvoriento. Los responsables de la marca aseguraron en el CES que su "megafactoría ya había superado la Fase 1 de la construcción".
Entre tanto, las obras están detenidas por falta de pagos a la empresa constructora AECOM (aquí puedes consultar el documento) por un valor de 37 millones de dólares (sólo 21 millones hace unas semanas) nada más comenzar las obras. Pero aún hay mucha tela que cortar. ¿Yueting tiene en realidad tanto dinero como decía?
Las dudas tanto internas como externas sobre las finanzas de Faraday Future empezaron a salir a la luz. Ante aquellas acusaciones que sugerían una contabilidad un tanto creativa el adinerado empresario chino salió al paso afirmando que todo era una maniobra contra él y su empresa, conducida por el odio y el miedo a un fuerte competidor entre las marcas de automoción que podría cambiar radicalmente el mercado tal y como lo conocemos hoy. Mientras tanto, en una carta dirigida a los trabajadores de Faraday Future (y publicada por Bloomberg), Yueting afirmaba que "nos hemos excedido en nuestra estrategia global mientras que nuestro capital y nuestros recursos son limitados".
Quizá la vía más caudalosa de todas las que hacen aguas en el barco de Faraday Future sea la abierta por el proveedor Futuris. La empresa encargada de fabricar los asientos del Faraday Future habría demandado a la empresa china en concepto de incumplimiento de contrato y enriquecimiento injusto por valor de 10 millones de dólares según BuzzFeed News. 10 millones de dólares en asientos inspirados en la NASA para un coche que aún no se ha fabricado.
Aunque poco después esa misma demanda (que puedes ver aquí) fue desestimada sin que ninguna de las partes hiciera declaraciones de ningún tipo, al contrario. Bill Strickland, ex-Ford y ex-Fiat ahora uno de los máximos responsables de Faraday Future afirmaba que habían llegado a un acuerdo con ellos y que representantes de Futuris estaban dando su apoyo en la presentación del CES.
La demanda que sí sigue vigente es otra interpuesta por Beim Maple Properties por el impago de 104.950,50 dólares en el alquiler de un almacén en California. Por otro lado, documentos internos de la marca de Silicon Valley filtrados a Jalopnik mostrarían que la cifra de impagos a otros proveedores acumulada superaría los 10 millones de dólares en un periodo inferior a los seis meses.
El medio americano se puso en contacto con estos proveedores y no ha recibido respuesta alguna. Lo que sí les habrían contado fuentes internas de Faraday Future es que esos proveedores ya dejaron de trabajar para la start up. Entonces, ¿cómo estaría funcionando ahora la empresa de Yueting sin proveedores? ¿Cómo puede cumplir sus objetivos una compañía de coches sin fábrica y sin piezas? Fabricar coches es un objetivo a largo plazo y construir una buena base con los proveedores es fundamental si pretendes conseguir tus metas.
LeEco y Faraday Future: juntas y muy revueltas
Desde un principio se esforzaron por que concibiéramos a LeEco y Faraday Future como empresas separadas, pero ambas son propiedad de Jia Yueting y, es más, entre ellas se consideran socios estratégicos. Tras esta expresión políticamente correcta la realidad sería mucho menos idílica, muy distinta, oscura y hasta ruin si lo que apunta Jalopnik es cierto.
Detrás de la promesa de un eléctrico revolucionario con potencia de superdeportivo y unos motores in-wheel de los que hoy nadie sabe nada, el propósito de Faraday Future podría no ser lanzar el coche del futuro sino captar capital humano, inversores, expectación y recursos para desarrollar el primer coche eléctrico de LeEco. Así, la creación del prototipo LeSee presentado este año en Beijing habría sido a coste compartido, aunque eso supusiera la inmolación por el camino de la matriz del FF91. Salvando las distancias entre SUV y berlina, los parecidos entre el FF91 y el LeSee son más que razonables.
Mientras que los trabajadores de Faraday Future recibían esa carta de la que hablábamos antes en la que Yueting decía que tenían que reestructurar el negocio, LeEco declaraba unas ganancias de 600 millones de dólares según BuzzFeed News. En realidad, LeEco tampoco es un fabricante de coches al uso, sino el conglomerado tecnológico gigantesco chino con el que Yueting se ha hecho de oro que lo mismo te vende un smartphone, que una película, que te hace una bicicleta que ahora te fabrica un coche.
Además de haber comprado Vizio (fabricante de electrónica americano) y tener afincada a Faraday Future en Estados Unidos, en el pasado mes de junio LeEco consiguió un préstamo de 140 millones de dólares para comprar un terreno en Santa Clara que pertenecía a Yahoo. ¿Sabes a quién pusieron como avalista del crédito? Sí, a Faraday Future.
Seis ejecutivos de alto rango de la marca escribieron una carta a Jia Yueting para que no pusiera a Faraday Future en una posición tan comprometida en caso de que LeEco incurriera en impagos. En aquella carta fechada en el mismo mes de junio figurarían retrasos en los pagos a proveedores por valor de 30 millones de dólares y que en menos de un año Faraday Future necesitaría hacer frente a otros 445 millones entre costes y deudas. No estaban como para avalar a nadie y aun así se siguió adelante con la operación.
Además, en el contrato del préstamo se habría firmado una cláusula por la que el patrimonio neto de Faraday Future no podía descender de los 90 millones. Conociendo las deudas y los pagos que quedaban por afrontar, los altos cargos de Faraday Future decidieron entonces recurrir a auditores externos que analizaron la situación financiera de la empresa, y lo que se encontraron fue aterrador: tenían un agujero de 300 millones de dólares sin saberlo.
Al conocer la noticia los seis directivos dimitieron y abandonaron la empresa. Mientras tanto el director de contabilidad de Faraday Future negaba que hubiera ningún agujero en las cuentas. Todo estaba bien según él, el único problema habían sido algunos errores menores al archivar tarde ciertos documentos.
Ante las sucesivas demandas de cash por parte de Faraday Future, el equipo de Yueting prometía que iba a llegar dinero desde China para hacer frente a las necesidades de capital, pero la realidad habría sido que sólo eran promesas vacías. Pese a la supuesta boyante salud financiera de LeEco, con cada reclamación que hacían los empleados venía una excusa diferente, pero el dinero no acaba de llegar.
Pero estas seis no fueron ni mucho menos las únicas dimisiones en el seno de la marca. Entre otras, pocas horas antes de acabar 2016 y a días para la revelación del FF91, el CEO global de Faraday Future dimitía (aunque no era tal, porque nunca llegó a haber nombramiento oficial). Ding Lai fue designado para gobernar el barco de la marca debido a su posición como CEO de LeEco y su salida llega pocos días después del abandono de otros dos altos cargos.
Todo esto al mismo tiempo que en China, LeEco haya desvelado sus planes de construcción de una faraónica fábrica con capacidad para 400.000 vehículos en 2018, para la que casualmente acaban de recibir una inyección de 1.440 millones de dólares provenientes de un inversor desconocido.
En lo que concierne a la relación de Faraday Future con las autoridades norteamericanas, Brian Sandoval, gobernador de Nevada, ha asegurado que "tanto el estado como los contribuyentes están totalmente respaldados si Faraday Future no cumple con su parte de invertir 1.000 millones de dólares en su factoría".
El valor de esa promesa de inversión se estimó en 1,3 millones de dólares, y fue la que les valió las ventajas fiscales de 335 millones, que podría estar aprovechando colateralmente LeEco para su implantación en el mercado de Estados Unidos. Lo que supone una verdadera pena, mucho más allá del escándalo financiero.
En Faraday Future hay mucho talento trabajando para diseñar un coche revolucionario, buenas ideas, y un proyecto que podría ser sólido que está a punto de convertirse en poco más que un gol financiero en la portería de muchos. Desde el estado de Nevada hasta simples trabajadores de la empresa, pasando por la constructora, los proveedores y cualquiera al que hayan dejado de pagar por el camino.
Como bien apunta Fred Lambert en Electrek, en Faraday Future hay una ingente cantidad de talento encerrada en los más de 1.400 empleados (la mayoría ingenieros) que están trabajando a diario en un coche eléctrico real. Más allá de todo el hype en el que han querido envolver a la compañía, hay un proyecto que ha tomado forma en el FF91 con el esfuerzo de extrabajadores de empresas tan prestigiosas como Tesla, Apple y General Motors. Sería faltar a la verdad decir que todo su trabajo es una simple burbuja.
Una de las muchas personas anónimas que han abandonado el proyecto estuvo en una reunión estratégica con Jia Yueting. Allí el magnate contó su plan de producto de miles de millones y hasta cinco modelos a presentar en el plazo de un año. La opinión literal de esta persona, un alto cargo, es que fue "casi delirante".
Llegados a este punto sólo nos quedan opciones: o esas dos palabras son las que mejor definen la mente Yueting, o es un auténtico genio.