Las cosas se están poniendo feas para Nissan. La Fiscalía de Tokio ha acusado a Nissan junto al encarcelado líder de la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, Carlos Ghosn. Las acusaciones se basan en que tanto la compañía como Ghosn falsearon documentos financieros para ocultar ingresos.
El exdirectivo -fue destituido días después de ser acusado- lleva bajo custodia en un centro de detención de Tokio desde su arresto el 19 de noviembre, y así permanecerá mientras la fiscalía continúe investigando. De ser declarado culpable, podría enfrentar hasta 10 años de prisión y una multa de más de 88 millones de dólares.
El director del Consejo de Nissan, acusado de ser el cerebro de la trama
Tras el arresto de Ghosn por ocultar ingresos por valor de 44,4 millones de dólares durante cuatro años -entre 2010 y 2015- los fiscales de Tokio han acusado también a Nissan por hacer "declaraciones falsas en informes anuales", según explica Business Insider.
Nissan, que despidió a Ghosn como presidente y director representativo unos días después, dijo que la mala conducta fue planeada por el ejecutivo con la ayuda del exdirector representativo de Nissan, Greg Kelly, quien fue acusado junto con Ghosn de cómplice y de llevar a cabo malas conductas financieras.
Tanto Ghosn como Kelly, que han sido acusados junto a Nissan de violar la Ley de Instrumentos Financieros e Intercambios de Japón, han sido nuevamente arrestados por haber ocultado, supuestamente, otros 35 millones de dólares entre 2015 y 2017. Según informa Autonews Europe, Ghosn ha negado cualquier delito y su defensa ha comunicado que recurrirá la sentencia.
La nueva detención podría extender su custodia otros 20 días hasta el 30 de diciembre, y después de eso, si los fiscales no encuentran pruebas para mantenerlos en prisión, deberán liberarlos. De lo contrario, el ciclo podría volver a empezar y ser arrestados de nuevo en el contexto de una investigación para reunir más pruebas que podría alargarse mucho tiempo, incluso años.
Nissan, por su parte, se enfrenta a una multa de al menos 5,4 millones de euros.
Algunas fuentes apuntan a que incluso el escándalo podría salpicar al actual presidente ejecutivo, Hiroto Saikawa, y que será difícil que Nissan salga de esta ya que es imposible que nadie de la compañía tuviera conocimiento de la conducta de Ghosn, o bien, la realidad es que no cuenta con los controles internos necesarios para evitar cualquier tipo de fraude fiscal.
Saikawa podría haber firmado documentos relacionados con los planes para pagar la compensación 'diferida' de Ghosn sin saber realmente qué estaba firmando y que dicho documentos no aparecerían en los balances oficiales. La defensa gira en torno a que esta compensación no era segura, por lo que no debía aparecer de forma oficial.
Ghosn sigue siendo el presidente de la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, con sede en Ámsterdam. Las malas relaciones entre Nissan y Renault, que se hicieron patentes cuando esta última quiso posponer la decisión de destituir a Ghosn, podría dificultar el proceso.