Cuando tu coche es el menú preferido de los roedores

Janice Toler era feliz con su Toyota RAV4, hasta que se le estropeó. Como el coche estaba en garantía, lo llevó al taller oficial para que le dijeran qué le podía haber ocurrido. Cuando el jefe de taller le mostró los daños que le habían hecho los roedores al motor, Toler no debió de dar crédito a lo que veían sus ojos: todo el cableado estaba roído y la única solución era cambiarlo por completo. Sucedió en Florida, y la cuestión ha sido objeto de demanda contra Toyota.

La factura de los daños se elevaba a más de 5.500 dólares (unos 5.300 euros), y Toler persiguió a la marca para que le reparara el coche dentro de la garantía. ¿Su argumento? La culpa es de Toyota, por haber fabricado un coche con unos cables demasiado apetecibles para los ratones.

Un apetitoso menú que se esconde en los coches

Vano motor de un Toyota Yaris.

En la demanda presentada por Janice Toler, se especifica que la causa del destrozo está en el aislamiento de los cables roídos, que contiene una base de soja. Esta soja podría haber despertado la atención y el apetito de los animales, que no sólo royeron los cables sino que anidaron en el vano motor, dejando un rastro visible de heces y orina.

Según recoge la demanda, "los roedores habían masticado casi cada cable del vano motor".

Toler afirma que esta base de soja es un defecto del coche, por lo que la garantía debería cubrir la reparación, mientras que Toyota considera este daño causado por los roedores como "una condición ambiental que no está cubierta por la garantía", según recoge la demanda. Se da la circunstancia de que ha habido otros casos de propietarios del Toyota RAV4 con problemas similares, y Toler lo ha hecho constar en su escrito.

De hecho, no es extraño que la demandante haya encontrado personas con este tipo de problemas. En esta historia que relataba George Gombossy en 2011, el jefe de taller adonde llevó su Honda Pilot por un problema de cables roídos le contaba que, sólo en su concesionario, registró un centenar de visitas durante el año anterior por averías de este estilo.

Los materiales hoy son más apetecibles que antes. Sin embargo, los ratones no mordisquean los cables para alimentarse, sino para afilar sus dientes.

¿Pero por qué los roedores se comen los coches? En la actualidad, hay unos cuantos componentes que son susceptibles de llamar la atención de los ratones, las ardillas y otros animales similares. Además de los cables, están los conductos de la climatización, las espumas de los asientos, las alfombrillas y moquetas, e incluso algunos depósitos de líquidos.

Antiguamente, los materiales que formaban parte de un vehículo se limitaban a metales, vidrios y plásticos. En la mayoría de los casos, hablamos de derivados del petróleo que no resultaban nada apetecibles para los animales, y sí bastante contaminantes, tanto a la hora de procesarlos como a la hora de destruirlos o reciclarlos, al final de la vida útil del vehículo.

Todo esto cambió a partir de mediados de los años 80, tal y como se explica en esta vieja pero muy completa y actualizada página de SynLube. Fue entonces cuando las normativas medioambientales que hacían responsables a los fabricantes sobre el potencial reciclaje de los componentes del automóvil llevaron a estos a cambiar sus ingredientes.

Y es por esa razón que hoy en día los fabricantes de automóviles emplean materiales naturales, entre los que destacan la soja, el salvado de arroz, la madera, los azúcares, los aceites vegetales, la paja e incluso sustancias aromáticas como la vainilla. Todo un manjar ecosostenible que hace las delicias de los animales.

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