El fin de la era Carlos Ghosn va a ser el fin de muchos, no solo del exdirectivo de Nissan. El alto ejecutivo de Nissan y jefe de operaciones en China, José Muñoz, ha dimitido tras ser investigado en el caso Ghosn sobre la supuesta mala conducta financiera del jefe de la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi.
Muñoz se convierte en la última baja desde que la firma nipona destituyera en noviembre a Ghosn como presidente junto al director representativo Greg Kelly. Mientras tanto, la investigación se ha extendido a Estados Unidos, India y América Latina.
Un escándalo que continuará implicando a las altas esferas
Muñoz, que se situó en su día entre los candidatos para suceder a Ghosn, se ha pronunciado al respecto a través de su cuenta en LinkedIn: "Mi decisión de salir de Nissan ha sido tomada después de mucha reflexión y consideración cuidados. Desafortunadamente, Nissan está actualmente involucrado en asuntos que seguirán desviando su enfoque".
El directivo español de 53 años asegura que está dispuesto a cooperar con la investigación, desmintiendo voces que aseguraban lo contrario.
Nissan llevaba un tiempo estudiando las decisiones tomadas por Muñoz en Estados Unidos, quien dirigió las operaciones norteamericanas de Nissan desde 2016 hasta 2018. En este cargo, reportaba directamente al CEO, Hiroto Saikawa, y era responsable de los resultados generales de la compañía y de la implementación de estrategias para garantizar la eficiencia y la transparencia en las operaciones globales de Nissan.
La investigación sobre Muñoz se centra en supuestas irregularidades relacionadas con los contratos con proveedores de piezas y de servicios que él mismo aprobó cuando estaba al mando de las operaciones del fabricante japonés en Estados Unidos.
Aunque aún no se sabe si el español será acusado de algún delito, la renuncia representa otro golpe para el fabricante, que está lidiando con el escándalo en un momento en el que lucha para apuntalar la rentabilidad en los Estados Unidos y expandirse en China.
Mientras tanto, Ghosn suma casi dos meses aislado en la cárcel
La dimisión de Muñoz viene después de que la Fiscalía de Tokio presentara nuevas acusaciones contra Ghosn, que lleva en prisión preventiva desde que fue detenido hace casi dos meses y que aún conserva los títulos de presidente y CEO en Renault.
Desde la dirección de Nissan se ha decidido reforzar el gobierno corporativo y según explica Nikkei Asian Review, la compañía ya ha establecido un comité, compuesto en gran parte de personas ajenas, para revisar la toma de decisiones en citas y compensaciones para evitar el surgimiento de otro caso Ghosn.
Mientras tanto, Arun Bajaj, vicepresidente senior a cargo de los recursos humanos globales, se ha tomado un permiso temporal y no se sabe si volverá.
Ghosn fue detenido el 19 de noviembre por no haber reportado, supuestamente, unos 43,5 millones de dólares en compensación diferida que debería haber sido reportada en las presentaciones de valores. De ser declarado culpable, podría enfrentar hasta 10 años de prisión.
El ejecutivo de 64 años, que se ha declarado inocente durante la única oportunidad que ha tenido de testificar, ha ido encadenando arrestos por parte de la Fiscalía. Y es que el sistema criminal japonés permite volver a arrestar a los sospechosos por diferentes motivos, poniendo a cero el reloj de detenciones y extendiendo la custodia de los acusados incluso años.
Cuando se agota el plazo de detención, los fiscales deben acusarlos o liberarlos, a no ser que encuentren nuevos motivos para mantenerlos bajo rejas, en parte con la esperanza de obtener una confesión. Como el caso de Ghosn involucra 'complicaciones' tales como documentos en japonés e inglés, así como transacciones transfronterizas, "puede que se necesite más de medio año antes de la primera audiencia", ha declarado para Asian Nikkei Review Motonari Otsuru, director de la oficina legal de Ghosn en Japón.
En 2002, Muneo Suzuki, un exlegislador en la Cámara Baja del parlamento de Japón fue arrestado por acusaciones de soborno. Pasó 437 días detenido antes de ser finalmente declarado culpable y enviado a prisión.
Mientras tanto, la mujer del presidente de Renault, Carole Ghosn, ha denunciado ante Human Rights Watch el "cruel e inhumano" sistema penitenciario japonés y las condiciones en las que está viviendo Ghosn.
Según denuncia, no se le permite ver a miembros de su familia y mantiene contacto limitado con sus abogados. Además, es sometido a interrogatorios a diario que duran horas y sin la presencia de sus defensores, y su estado de salud de ha visto visiblemente deteriorado.