Carlos Ghosn ha tenido la oportunidad de aparecer en público para defenderse después de casi dos meses en una cárcel japonesa y sin poder declarar.
Con las esposas puestas, el exdirectivo de Nissan ha negado todos los cargos de los que se le acusan y ha dicho en un tribunal de Tokio que fue "acusado y detenido injustamente por acusaciones sin fundamento" y que ha actuado con "honor y legalmente" debido a "un amor y aprecio genuinos por Nissan", según se ha hecho eco Autonews.
Mientras, el Estado francés, cuestionando el cargo de Ghosn en Renault
El ejecutivo de 64 años, que permanece detenido por riesgo de fuga y falsificación de pruebas, ha asegurado no haber recibido ninguna compensación de Nissan que no haya sido debidamente justificada.
También ha dicho que los pagos efectuados a su socio comercial, el empresario saudí Khaled Al Juffali, eran para fines comerciales legítimos, y no como un tipo de reembolso por una ayuda personal. Una declaración emitida por separado en nombre de la compañía del empresario asegura que los pagos eran para respaldar y promover la estrategia comercial de Nissan en Arabia Saudita.
En cuanto a su contribución a Nissan, Ghosn ha querido enfatizar el "amor y aprecio" que siente por la compañía: "He actuado con honor, legalmente, y con el conocimiento y la aprobación de los ejecutivos apropiados dentro de la empresa, con el único propósito de apoyar y fortalecer a Nissan, y ayudar a restaurar su lugar como una de las mejores y más respetadas compañías de Japón", ha declarado en la corte.
Nissan por su parte ha asegurado que ha descubierto pruebas "sustanciales y convincentes de mala conducta", lo que resultó en un voto unánime de la junta para despedir a Ghosn como director representativo hace dos meses.
Por otro lado, la familia del ejecutivo ha denunciado que las acusaciones giran en torno a una revuelta interna en Nissan para evitar una fusión que Ghosn estaría preparando con Renault, no obstante estos rumores no se han confirmado.
Su detención está programada hasta el 11 de enero, pero sus abogados solicitarán al tribunal su puesta en libertad ya que ha permanecido en prisión desde el 19 de noviembre.
Ghosn fue acusado el 10 de diciembre por no haber reportado, supuestamente, unos 43,5 millones de dólares en compensación diferida que debería haber sido reportada en las presentaciones de valores. De ser declarado culpable, podría enfrentar hasta 10 años de prisión.
Por otro lado, el Estado francés -el mayor accionista de Renault-, está cuestionando si Ghosn puede permanecer al mando de uno de los fabricantes de automóviles más importantes del país, aunque se escuda en la presunción de inocencia para mantener al directivo en el cargo. No obstante, su actividad ahora se reduce a una defensa, y no a dirigir una empresa, por lo que es probable que en las próximas semanas tenga que despedirse también de la dirección de Renault.