A simple vista, comparando únicamente consumos, el Toyota Prius le saca mucha ventaja a un Hummer H2 (o incluso a otros coches más verdes que el enorme SUV), pero no sólo se cuenta eso, sino que hay más cosas a tener en cuenta.
En la lista que vimos hace un tiempo de los coches menos contaminantes, encabezada por el Jeep Wrangler, el híbrido japonés quedaba en un discretísimo puesto 74 de 96 vehículos. Esto es debido a los enormes costes energéticos usados para su producción.
En el artículo publicado por The Recorder, vemos que para una vida útil de 100.000 millas (160.934 kilómetros), su gasto energético por milla recorrida es de 3,25 dólares, mientras que el mastodóntico Hummer, con una vida útil de 300.000 millas (482.804 kilómetros), hace un gasto energético de sólo 1,95 dólares por milla.
Esta vida útil digamos que es una aproximación real de la vida útil de cada vehículo, por lo que para tener el mismo kilometraje con un Prius que con un Hummer harían falta tres híbridos, aumentando considerablemente el gasto energético.
Todo esto deriva de lo que ya se comentó hace mucho tiempo, que no sólo hay que tener en cuenta el gasto de combustible, el proceso de fabricación tambien es importante.
Y aquí es donde está el peligro del Toyota Prius, en su fabricación. Para la extracción del níquel usado en sus baterias, Toyota recurre a un planta de extracción localizada en Ontario (Canadá). Los alrededores de esta planta, son usados por la NASA como zona muerta y para pruebas experimentales de sus robots, ya que la lluvia ácida y los contaminantes vertidos por la planta, hacen que no haya nada en kilómetros a la redonda, ni animales ni vegetación.
Una vez extraído el níquel, éste se envía a la mayor refinería que existe de este metal En Europa, para su refinamiento. Una vez acabado este proceso, se envía a China para producir “niquel foam” (no he sabido traducir esto) y de allí se envía a Japón para el montaje de las baterías. Una vez montadas, estas baterías van de vuelta a Estados Unidos para terminar con el proceso de fabricación del Prius. Mucho viaje y mucha historia para sólo una batería.
También nos cuentan que los consumos presentados por Toyota no son válidos para la normativa EPA. Estas mediciones se efectuaron a 55 mph (88 km/h) y con una aceleración de 3,3 mph por segundo, mientras que las realizadas para el modelo 2008, más acordes a la realidad, equiparan el consumo al de un Chevrolet Aveo, por ejemplo. Ya lo dijo Jeremy Clarkson, “un coche diesel puede hacerlo mejor, mucho mejor”.
Por último, como dato anecdótico, en The Recorder informan que para que el Toyota Prius comience a ser rentable y se aprecie el ahorro, hay que esperar 5 años para ello. Es decir, el ahorro de combustible se compensa con el sobreprecio de este coche en 5 años. Si tenemos en cuenta que su vida útil son unos 160.000 kilómetros y al año se pueden hacer fácilmente 20.000 kilómetros, tendremos que sólo nos saldría rentable sus tres últimos años de vida. Demasiada espera me parece a mí.
Ojo, con esto no quiero decir que un Hummer sea mejor opción que un Prius ni que el Prius es un engañabobos, lo único que quería comentar es que no todo es tan verde ni tan malo como parece…
Lo que sí está claro es que si queremos coches verdes y limpios, aún nos queda mucho por investigar. Reducir el consumo de un vehículo a partir de la inclusión de elementos como baterías no parece todavía la mejor solución, a efectos medioambientales. Incluso económicamente para el comprador tampoco parece la mejor solución. Tres años de amortización no creo que sea significativo para darle a este coche el sobrenombre de ahorrador.
Un saludo para Xal.
Vía | The Recorder
En MotorPasion | El lado oscuro del Toyota Prius, El Jeep Wrangler es el menos contaminante, según un estudio