La ONU ha iniciado una delicada operación para desactivar la que describen como "la mayor bomba de relojería del planeta". Se trata del petrolero FSO Safer, convertido en una barcaza flotante de almacenamiento de petróleo en 1986 y amarrado permanentemente a unas cinco millas de la costa de Yemen desde hace 35 años.
Su mal estado amenaza con provocar una catástrofe medioambiental sin parangón, pues en su interior se calcula que hay almacenados 1,14 millones de barriles de petróleo.
El plan pasa por transferir el petróleo del FSO Safer (del inglés 'floating storage and offloading unit', barcazas cuya finalidad es el almacenamiento del petróleo extraído de un yacimiento), a un barco propiedad de la ONU bautizado como Yemen y que llegó a las costas de Yemen hace unos días.
Se amarrará junto al FSO Safer para iniciar la transferencia de crudo de la mano de la empresa de salvamento marítimo Boskalis en un proceso que se alargará durante 19 días.
El destino de esos 1,14 millones de barriles de crudo es incierto; de momento permanecerán en el nuevo buque, ya que el FSO Safer es propiedad de la petrolera yemení Safer Exploration & Production Operation Company.
Una vez que se extraiga todo el crudo, el plan es remolcar el superpetrolero en descomposición a una zona de salvamento verde.
Claro que se trata de una operación muy costosa. La ONU ha hecho un llamamiento para recaudar los fondos necesarios -que calculan ascienden a 20 millones de dólares- para completar el proyecto, desmantelar el FSO Safer "y eliminar cualquier amenaza ambiental residual para el Mar Rojo".
Desde Naciones Unidas han estado formando a la población yemení -que lleva ocho años sufriendo una guerra civil- para que desplieguen barreras flotantes para proteger la costa ante un posible vertido, que podría derramar hasta cuatro veces el petróleo liberado en el desastre de Exxon Valdez en 1989, según cálculos de la ONU.
El FSO Safer lleva desde 1988 'varado', sin apenas mantenimiento desde 2015 debido al conflicto en Yemen y en un estado tan deplorable que temen que pueda explotar o quebrarse en cualquier momento.