La crisis energética motivada por la guerra de Ucrania ha puesto patas arriba los planes del gobierno alemán en materia de energía.
Su última jugada pasa por nacionalizar Uniper, la principal importadora de gas del país. La empresa ya ha confirmado que pasa a manos del Gobierno Federal dirigido por el canciller Olaf Scholz y acaba de hacer públicos los términos del acuerdo.
De esta forma, Alemania sigue los pasos de Francia, que hace tan solo dos meses nacionalizó la mayor eléctrica del país y lo apostó todo a la energía nuclear para no depender de Rusia.
Uniper no es rentable y Alemania acude al rescate
Al principio del verano, Alemania reculó en sus objetivos de descarbonización para 2030 reactivando algunas de sus fábricas de carbón y desde entonces el gobierno no ha dejado de trabajar para garantizar el suministro energético en su territorio.
Después de que Vladimir Putin tomase la decisión de cerrar el grifo de gas a Europa como respuesta a las sanciones impuestas por Europa a causa de la guerra, Alemania ha vuelto a mover ficha, y esta vez no lo ha hecho anunciado nuevas medidas de ahorro energético.
El Gobierno Federal ampliará el capital de Uniper con una inyección de 8.000 millones de euros a través de la compra del 99% de las acciones de la compañía. Alemania ha pagado cada acción a 1,70 euros, un precio bastante más bajo del que tenían hace dos días, cuando se cerró el acuerdo y la acción costaba 4,12 euros.
En cualquier caso, no es nada comparado con los 24,86 euros que llegó a costar la acción a principios del pasado mes de junio, mientras que el máximo histórico se marcó en diciembre de 2021, con un precio de 41,19 euros por acción.
El precio de las acciones de Uniper ha caído en picado desde enero de este año, especialmente a partir de abril, por lo que la nacioalización de Uniper es crucial para evitar la más que posible quiebra de una empresa clave para el país en materia de energía.
En junio, Alemania aumentó el nivel de alerta enérgica y el miedo a la escasez de gas ha provocado que la Administración de Scholz tome una decisión drástica poco antes de que comience la época más fría del año. El acuerdo llega, además, al mismo tiempo que Putin se ha marcado otro órdago decretando la movilización militar parcial de la población rusa.
En el paquete de acciones adquiridas por Alemania se incluyen las que eran propiedad de Fortum (un 56%), la empresa finlandesa que hasta ahora era el máximo accionista de Uniper.
El banco estatal KfW será el encargado de proporcionar los 8.000 millones de euros a Uniper para garantizar la estabilización de la empresa a largo plazo en el momento más complicado de la crisis energética. Por ahora.
Con esta ampliación de capital, Alemania proporcionará la liquidez necesaria a Uniper para comprar gas de reemplazo y asegurarse el suministro de ese tipo de energía a lo largo del próximo invierno, sin depender ya de Rusia.
Sobre este trato, el CEO de Uniper, Klaus-Dieter Maubach, ha dicho: “El acuerdo de hoy proporciona claridad, nos permite continuar con nuestro negocio y cumplir con nuestro papel como proveedor de energía crítica para el sistema. Esto asegura el suministro de energía para las empresas, los servicios públicos municipales y los consumidores”.
“La modificación del paquete de estabilización anunciado en julio por el Gobierno era necesaria en el contexto de una mayor intensificación de la crisis energética. En Uniper somos conscientes de nuestra responsabilidad con Alemania y Europa. Estamos comprometidos a hacer nuestra parte para superar esta crisis y reestructurar el suministro de energía en este país”, ha añadido Maubach.
Como parte del acuerdo, Fortum, que hasta ahora controlaba la mayor parte de Uniper, se reserva el derecho de primera oferta para comprar Uniper si ésta decide, más adelante, vender el negocio hidroeléctrico, su división nuclear sueca o una parte de ambos.
La preferencia de compra terminará el 31 de diciembre de 2026 y hoy por hoy Uniper asegura que no tiene ninguna intención de vender esos negocios, pero visto lo visto, puede pasar cualquier cosa y la finlandesa Fortum se ha asegurado su trozo del pastel.