México quiere entrar en la carrera mundial por poseer reservas de materiales clave para fabricar baterías para coches eléctricos como el litio, y acaba de ganar posiciones nacionalizando una importante reserva mineral de 234.855 hectáreas ubicada en el estado federal de Sonora, al noroeste del país.
Aunque no es lo mismo poseer el litio que producirlo, este movimiento recogido en un decreto ya firmado por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, tiene como objetivo proteger este mineral “para que no lo puedan explotar extranjeros, ni de Rusia, ni de China ni de Estados Unidos”. Pero no podrán extraerlo y producirlo sin ayuda.
Una explotación inmensa que necesitará la colaboración de empresas privadas
#LitioMX | Decreto de nacionalización del litio para México. pic.twitter.com/iL6TE1xcVd
— Gobierno de México (@GobiernoMX) February 19, 2023
El yacimiento de litio de Sonora, descubierto en 2019, despertó inmediatamente el interés del Gobierno de México por hacerse con la explotación de esa fuente de energía, una de las más codiciadas hoy en día en un mundo sumido en la transformación de la industria del automóvil.
Los choques con la empresa china que logró las concesiones para iniciar la explotación, no se hicieron esperar.
Ya en abril del año pasado, el Congreso de México movió ficha y aprobó la reforma minera que facultó al Estado como el único que puede explorar, explotar y producir litio de suelo mexicano mediante la empresa estatal “LitioMx” (Litio por México) que dirigirá Pablo Taddei.
Ahora el ahora el presidente de México establece “que pueden extraer otros minerales, pero no tocar el litio”. Sin embargo, según representantes de la Cámara Minera de México (Camimex) financiar proyectos de minería como el de Sonora puede resultar “muy oneroso” para el país. Entre otras cosas, “porque México no cuenta ni con la tecnología ni con el conocimiento para desarrollar una industria del litio”.
La tecnología necesaria para extraer y procesar el material actualmente se encuentra en manos de empresas privadas a las que Obrador no se cierra, siempre y cuando sean mexicanas. De hecho, en un decreto firmado el verano pasado ya se recogía que LitioMx “podrá asociarse con otras instituciones públicas y privadas”, aunque por el momento no se ha especificado ni cuáles, ni cómo.
Las reservas de “oro blanco” de México, aun siendo importantes (se cifran en unos 1,7 millones de toneladas en total), no llegan a la magnitud de las que tienen por ejemplo Bolivia (21 millones de toneladas) o Argentina.
Pero es importante recordar que los recursos totales y las reservas disponibles no son lo mismo: cuando son reservas disponibles, es que su extracción y producción es económicamente viable.
Así, México sería el décimo país del mundo en reservas de litio según el Servicio Geológico de Estados Unidos, pero si tenemos en cuenta los recursos ya disponibles para su explotación (reservas), México no aparece en el “top 10”. En la actualidad, los principales productores de “oro blanco” son tres: Australia, China y Chile (aunque China sigue controlando la cadena de suministro).
Recientemente la India también se ha colocado en el tablero de juego, pues en el área de Salal-Haimana se ha hallado un yacimiento de casi seis millones de toneladas de litio. Pero al igual que sucede en México, no es lo mismo poseer reservas de este material, que poder explotarlo y/o producirlo. Un proceso que, además, no es precisamente rápido.
Ahora, tras la firma y publicación del nuevo decreto proteccionista del Ejecutivo de México se podrán agilizar los estudios enfocados a la extracción y procesamiento del litio de Sonora, pues según López Obrador con este “se inicia un proceso de exploración y desarrollo tecnológico para tener la materia prima, pero también el propósito de que se instalen plantas para la elaboración de baterías propias”.
A diferencia de lo que sucede por ejemplo en Chile, Bolivia o Argentina (donde se ha de extraer de la roca o a partir de salmueras), en el subsuelo de Sonora el litio se encuentra bajo gruesas capas arcillosas.
El Gobierno de López Obrador estima que la explotación e Sonora podría alcanzar “una producción de 17.500 toneladas de carbonato de litio anuales a partir de finales de este mismo 2023”. Para 2026, la producción podría duplicarse.