El precio de la electricidad sigue subiendo, día tras día. En España, más que en el resto de Europa. Hoy, el precio ha llegado hasta un nuevo máximo de 152,32 euros por MWh, un nivel que hasta ahora nunca se había registrado en España.
En un sistema en el que el precio es libre, nada impide a las compañías bajar los precios para captar nuevos clientes, en previsión de las futuras bajadas de precios. Naturgy ha abierto la veda ofreciendo su electricidad a mitad de precio. Acto seguido, Iberdrola contraataca a Naturgy con un precio fijo de luz por cinco años. Se podría estar gestando una guerra de precios que beneficiaría al consumidor.
El presidente de Naturgy, Francisco Reynés, ha anunciadola posibilidad de que los once millones de clientes que tienen su tarifa regulada ligada al precio del 'pool' puedan contratar a partir del 15 de septiembre una nueva tarifa.
Con esa nueva tarifa, los clientes pagarían el MWh 60 euros en lugar de los más de 120 euros MWh que viene pagando desde hace semanas. La compañía, asegura poder ofrecer el coste de la energía a un precio muy inferior al actual para los próximos 24 meses, sin condiciones adicionales y sin permanencia.
Iberdrola, por su parte, prepara una nueva campaña con una batería de precios “personalizados”, menores que las actuales tarifas reguladas y “garantizados durante cinco años” para, según la compañía, “dar tranquilidad a los usuarios”.
En realidad, tiene todo el aspecto del inicio de una guerra de tarifas entre las eléctricas de la que los clientes deberían, en teoría, salir ganando, pues llevaría el precio final en la factura a la baja. Y eso, en un momento, en el que se quiere fomentar el uso del coche eléctrico y del híbrido enchufable, solo puede ser una buena noticia.
No hay una energética disruptiva que pueda llevar los precios hacia abajo
Aun así, no podemos evitar pensar que el impacto de esta guerra de precios, aunque real, no será especialmente notablemente. En el sector de la energía, así como en el de internet, falta una empresa realmente disruptiva, como lo fue Free en Francia en el sector de la telecomunicaciones y de acceso a internet.
Tras hacer fortuna con servicios para el Minitel de 1982, un servicio similar al de internet actual pero en el que la compañía estatal francesa proveía el terminal (el servicio llegó a tener 10 millones de usuarios), Xavier Niel crea Free, un proveedor de internet gratis y desarrolla una de las primeras “box” del mercado en la que con un mismo aparato recibir televisión, teléfono e internet al mismo tiempo.
Y lo propone a un precio mensual de 29,99 euros, con llamadas gratis a Francia, Europa y medio medio, ya fuesen a fijos o móviles. Cuando cualquier proveedor de internet, y solo de internet, pedía entonces entre 45 y 69 euros.
El resto de compañías tuvieron que seguir su camino y hoy, los servicios de internet por fibra, televisión y telefonía en el país vecino cuestan entre 37 y 40 euros mensuales, algo más si añadimos la telefonía móvil. Y Free sigue siendo líder del mercado. En la actualidad, en España el precio medio de estos mismo servicios es de unos 77 euros.
Para que, como consumidores, veamos unos precios de la luz más bajos existen varias soluciones. Por ejemplo, una de ellas pasa por utilizar energía nuclear para suplir la demanda cuando las renovables no puedan funcionar debido a la climatología.
Cuando las renovables no dan abasto, se tira de centrales térmicas que queman gas natural y emiten CO₂. Y una de las razones del mayor precio hay que buscarlo justamente en los derechos de emisiones de CO₂. Y éstos se van a ir encareciendo progresivamente, pues se inventaron justamente para desincentivar el uso de tecnologías que emiten CO₂. Pero la verdadera bajada de precios vendrá cuando una energética se atreva a entrar con éxito en una guerra de precios.
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