La Comisión Europea (CE) ha dado luz verde a la segunda convocatoria de las ayudas para el sector de la automoción centradas en el impulso del coche eléctrico y conectado en España (PERTE VEC), que se lanzarán el próximo mes de junio y que, en esta ocasión, están enfocadas en el desarrollo y fabricación de baterías para vehículos eléctricos.
Además de beneficiar a la industria de la automoción de nuestro país, que necesita acelerar la electrificación de sus factorías para mantener su posición de relevancia en el mercado europeo, estas nuevas ayudas podrían favorecer que los fabricantes se decanten por España para instalar las fábricas de baterías que tienen en proyecto. Entre ellos, Stellantis.
Tras los pasos de Volkswagen en Sagunto
La nueva edición de ayudas dentro del PERTE VEC tendrá dos vertientes: la principal, para el ecosistema de baterías y otra “para proyectos individuales con impacto en los distintos eslabones de la cadena de valor de los vehículos eléctricos y conectados”.
En total, estará dotada con 1.475 millones de euros, de los que 837 millones se destinarán exclusivamente a la fabricación de baterías.
Además, según el comunicado, la convocatoria traerá algunas novedades interesantes como una simplificación administrativa del procedimiento de solicitud y adjudicación de las ayudas, o la mayor flexibilidad, pues cada proyecto enfocado a la producción de baterías podrá ser beneficiado con entre 100 y 300 millones de euros.
Para conseguir el importe máximo, tendrán preferencia aquellas iniciativas “que planteen la construcción de plantas de baterías en zonas con poco desarrollo industrial”, según el diario Cinco Días.
Por su parte, los proyectos enfocados a la producción de componentes esenciales para baterías podrán recibir ayudas por valor de hasta 100 millones de euros, mientras que las inversiones en materias primas contarán con un apoyo de hasta 25 millones.
Con estas nuevas ayudas podrían acabar en suelo español proyectos como el de la compañía eslovaca InoBat, que avanza a paso firme para hacer realidad una gigafactoría en Valladolid (con una capacidad de 32 GWh), o el de la china Envision, que de la mano de su socio Acciona, quiere hacer realidad una gigfactoría en Navalmoral de la Mata (Extremadura) que podría producir 30 GWh al año.
También los proyectos propios de algunos fabricantes de vehículos podrían beneficiarse. En este sentido, cabe mencionar el caso de Tata, que aunque tenía intención de instalar una fábrica de baterías en Zuera (Zaragoza), por ahora se está decidiendo entre nuestro país y Reino Unido.
Pero más relevante sería que Stellantis, animado por estas nuevas ayudas, decidiera quedarse definitivamente en España para fabricar su plataforma ‘STLA Small’ para coches eléctricos pequeños (las plantas de Vigo y Figueruelas serían candidatas).
De momento, el que es mayor fabricante de vehículos en nuestro país y uno de los más importantes en Europa, ya ha avanzado que construirá tres gigafactorías en Europa: situadas en Francia, Alemania e Italia, en teoría contarán con una capacidad de 120 GWh en 2030.
Para ver si su nueva plataforma se fabrica en España (algo que beneficiaría enormemente el empleo de las plantas de Vigo, Madrid y Zaragoza para la próxima década) habrá que esperar a ver si se presenta y con qué ayudas contaría. El Gobierno ya ha invitado al gigante a participar, pues la ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital Nadia Calviño, ha sido muy directa.
“Vamos a lanzar la segunda parte de la convocatoria de ayudas en junio y yo espero que Stellantis se presente para que, además de los 15 millones de euros que ya se han invertido, además de todo el apoyo por las conexiones eléctricas que ya se han mencionado, puedan seguir desarrollando sus inversiones en España”, ha declarado.
Actualmente en España sólo Volkswagen ya ha comenzado a levantar una fábrica propia de baterías, y tras largas negociaciones. Con una inversión de 1.000 millones de euros, de los cuales 350 millones se inyectaron directamente desde el primer PERTE, este proyecto que se levantará en Sagunto, se espera plenamente operativo de cara a 2026.
Que otros proyectos como el de Stellantis o el resto de fabricantes finalmente vean la luz en España no sólo sería una gran noticia para nuestra industria y el sector del automóvil, sino también en términos de empleo, pues generará nuevos y muy necesarios puestos de trabajo.
En los últimos años, la llegada del coche eléctrico se ha cobrado el trabajo de cientos de operarios de las plantas españolas (sirvan como ejemplo Almussafes o la Zona franca de Barcelona) pues, entre otras cosas, para ensamblar coches eléctricos se necesitan menos operarios e ingenieros que para ensamblar coches térmicos.