La luz cerró 2021 como el año más caro de la serie histórica. El precio medio fue de 111,93 euros/MWh, y llegó hasta los 201 euros/MWh en enero, antes de que estallara la guerra en Ucrania y sin que se plantearan medidas para frenarlo.
Ahora, con el gas disparado por el conflicto en Ucrania y encareciendo la factura hasta llegar a pagar 544 euros/MWh, desde Bruselas se está planteando desvincular el precio del gas natural de la luz, y el Gobierno español planea hacer lo mismo (a pesar de que la energía eólica es la principal fuente de energía).
Una medida que no llegará hasta abril, como pronto
Será en la próxima reunión del Consejo Europeo los días 24 y 25 de marzo cuando el bloque comunitario aborde la posibilidad de desligar el gas de la luz en el mercado minorista.
Consumers and businesses need relief now.
— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) March 11, 2022
On top of price regulation and State Aid, Member States are given the option to tax windfall profits from energy groups.
End of March, @EU_Commission will present options to limit the contagion of the rise of gas prices to electricity pic.twitter.com/gljFwenjM0
"Los consumidores y las empresas necesitan alivio ahora", ha dicho la presidenta de la Comisión Europea, Urusula von der Leyen, que ha asegurado que a "finales de marzo, presentarán opciones para limitar el contagio de la subida del precio del gas a la electricidad".
Mientras tanto, el plan del bloque europeo es reducir la demanda de la UE de gas ruso en dos tercios antes de fin de año y exigir que el almacenamiento subterráneo de gas en toda la UE se llene hasta al menos el 90 % de su capacidad antes del 1 de octubre de cada año.
La UE importa el 90 % de su consumo de gas, y Rusia proporciona alrededor del 45 % de esas importaciones.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, también pretende atajar la escalada de precios (que se alarga desde mucho antes de la guerra en Ucrania) y que el gas deje de marcar el precio de la luz en el mercado mayorista.
Como alternativa a modificar el funcionamiento del pool (algo que pocos países se atreverán a hacer), el Ministerio para la Transición Ecológica se está planteando subvencionar el precio que las plantas de ciclo combinado pagan por el combustible a las comercializadoras.
Es decir, subvencionar con fondos públicos centrales de gas en vez de quitar los beneficios que reciben las eléctricas por el gas (los llamados 'windfall gas').
Casi el 30 % del gas que utiliza España proviene de Argelia, seguido de EEUU y Nigeria.
De momento, las rondas de negociaciones en el conflicto Ucrania y Rusia han calmado los mercados de futuros y tanto el crudo como el gas (que cotiza hoy a 114,8 euros por MWh) han experimentado una caída en los precios.
¿Por qué el gas marca el precio de la luz si la eólica es la energía predominante?
Según datos de Statista, el 20,8 % de la electricidad producida en España en 2021 vino de la energía nuclear, que dejó de ser la principal fuente energética nacional, posición que ya ocupa la energía eólica.
Los aerogeneradores instalados a lo largo de todo el territorio español fueron responsables de casi el 23,5% de la electricidad producida en el país. De hecho, en febrero, la energía eólica fue la tecnología predominante en cuanto a generación de electricidad, con más de un 25 %.
En el caso de compañías como Iberdrola, el 37 % de la producción de electricidad proviene de energías renovables, seguido de la nuclear (21,8%) y de las centrales térmicas de ciclo combinado.
Según datos de febrero del Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE), los mayores cambios en las cuotas de mercado se han producido en la energía nuclear (24,5 %) y la fotovoltaica (8,7 %), que ha aumentado en 1,9 puntos respecto a enero.
Pero el precio de la luz está vinculado con lo que ocurre en el pool eléctrico, donde productores y comercializadores negocian la compraventa de electricidad para establecer el precio diario de la luz por horas. Un sistema creado en el seno de la UE.
Está gestionado por el OMIE, quien establece el precio que pagarán los consumidores según la demanda prevista y las ofertas lanzadas a la piscina.
Las tecnologías más económicas -e irónicamente las que menos peso tienen en la factura- son las renovables, añadiendo las más caras al final, como los ciclos combinados de gas o de carbón.
Así, las tecnologías que marcan el precio del mercado acaban siendo las que elevan la factura, a pesar de que no sean las que más peso tienen en la producción de electricidad, como es el caso del gas.
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