Un viaje en autocaravana o en furgoneta camper es un sueño para muchos aficionados al motor, viajeros o gente con ganas de unas vacaciones diferentes. Este ocio del autocaravaning despierta un creciente interés con un incremento de su demanda, impulsando una subida 120% los últimos años.
Pero yendo un paso más allá, la principal duda ante la posibilidad de comprar una autocaravana o furgoneta camper es su precio. Para nada son vehículos baratos y hay que tener muy claras las cosas antes de sacar la cartera, por eso hoy trataremos de dar respuesta a la incómoda pregunta de: ¿compensa gastarse tanto dinero en una autocaravana?
Vamos a echar cuentas sobre las autocaravanas
Lo primero es poner punto de partida para esta comparación, así que estableceremos un precio aproximado de unos 48.000 euros para una autocaravana de segunda mano en buen estado como mínimo.
Hoy en día, el precio de una nueva parte de los 60.000 euros. Sí, puede que las haya más baratas y estratosféricamente más caras, pero creemos que es un buen punto de partida para un presupuesto medio para una de cinco plazas útiles para viajar y dormir: pareja a solas o con hijos.
Hemos hablado con Autoruta 3 Caravaning, una empresa joven pero con décadas de experiencia en el sector para establecer esta comparativa. Para una autocaravana equivalente de 60.000 euros, sus precios en temporada baja, media y alta actualmente serían de 145, 165 y 195 euros al día (en este caso, están ajustados al máximo a base de reducir márgenes de beneficio).
Estos precios son por persona, así que habría que dividir por los ocupantes que disfruten de cada viaje y multiplicar por el total de días. Si ponemos 15 días de vacaciones el coste oscilaría entre 2.175 y 2.925 euros, aunque a partir del 8º día (y también a partir del 15º), en Autoruta 3 Caravaning ofrecen descuentos a sus clientes.
Independientemente, si multiplicásemos el precio bruto por 30 días al año hablaríamos de unos precios de entre 4.350 o 6.000 euros anuales en el alquiler, así que tendríamos 10 años para alquilar sin pagar de más, pero ojo, porque esos precios de alquiler no son por persona, sino por vehículo. Se podría compartir el precio por los ocupantes, compensando aún más el alquiler.
Además de alquilar furgonetas camper y autocaravanas, en Auto Ruta 3 Caravaning también las venden. Susana Díaz, nos cuenta que si un cliente duda entre comprar o alquilar puntualmente su respuesta sería que sobre todo "depende de la experiencia que se tenga con estos vehículos y las ganas de disfrutarlo. Cuanto más lo use, más rentable saldría la adquisición, pero el alquiler cada vez merece más la pena". Asimismo, hay que tener en cuenta que cuando se compra una autocaravana nueva "los tiempos de espera para la entrega rondan el año" (y si no se piden muchos extras), apunta.
Díaz también señala que, ante una demanda creciente la competencia también ha subido, y han ido ampliando sus servicios con la intención de diferenciarse.
Así en su caso ofrecen prácticamente todo lo necesario: "los clientes sólo tienen que meter su ropa, hacer la compra y viajar", porque en su caso incluyen desde menaje, ropa de cama, productos de limpieza o cubertería hasta kilometraje ilimitado, entrega a domicilio, propano o depósitos de agua llenos. Algo que no todas las empresas hacen.
A lo que toca pagar inicialmente por la autocaravana o furgoneta camper hay que añadir otros gastos complementarios obligatorios (o casi obligatorios) como son el seguro, las ITV periódicas o los aparcamientos vigilados por si no queremos tenerla en la calle. Todos esos gastos elevarían el presupuesto anual en el caso de una compra entre 2.600 o 3.000 euros, según Díaz.
Esos costes no existen si tiramos de alquiler, lo que sí es igual en ambos casos es el gasto de combustible en cada viaje, que dependerá de las ganas de hacer kilómetros de cada uno y del estilo de viaje.
Desembolso inicial | Gastos anuales | Vacaciones de 15 días | Vacaciones de 30 días | Gasto a 10 años | Valor residual | |
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Alquilar autocaravana | 0 | 0 | 2.175 - 2.925 | 4.350 - 6.000 | 20.070 - 60.000 | 0 |
Comprar autocaravana | 60.000 | 2.500 - 3.000 | 0 | 0 | 25.000 - 30.000 | 55.000 menos X% |
Comprar una autocaravana contra alquilarla o viajar al estilo convencional
Según Europa Press, el gasto medio de los españoles durante las vacaciones de 2019 (2020 lo dejaremos al margen por cuestiones pandémicas) fue de 2.034 euros en unas vacaciones de 15,8 días de media. Los gastos de alojamiento y transporte serían un 36% y 21% respectivamente.
Tras un par de años de variaciones, se espera que este 2023 vuelva a reflejar cifras similares a 2019, siendo el rey de estas previsiones el turismo nacional, marcado por la prudencia en el gasto. Hemos de recordar que las cifras son medias y dependen del estilo de vida, la edad, los integrantes de la familia... pero lo utilizaremos como punto de referencia.
En un cálculo rápido y simplificado, por el precio de una autocaravana podríamos estar casi 20 años gastando más de 2.000 euros por persona en vacaciones de verano. Una suerte de barra libre de vuelos, alojamientos de interior o de costa, alimentación... Podríamos viajar a un lugar de la manera que mejor nos cuadrase (sin pasarnos) sin la preocupación de no tener nada en propiedad. Con 2.000 euros por persona también podríamos alquilar una autocaravana esos mismos 15 días.
Habría que tener en cuenta que este cálculo sería válido para sólo esos 15 días de vacaciones. No todos viajan más, pero siempre hay que contar con otro tipo de viajes y escapadas que hacemos a lo largo del año y que si fueran 30 días subirían esa cantidad aproximadamente a unos 4.350 euros, lo que nos bajaría a una equivalencia de 10 años de viajes convencionales o alquilando una autocaravana por el precio de una autocaravana nueva.
Pero durante los últimos años el turismo ha cambiado hacia formatos más cotidianos, en alojamientos más modestos o accesibles. Hablamos de los apartahoteles o los apartamentos vacacionales en los que los huéspedes se hacen su compra y acarrean con sus gastos diarios neutralizando esa diferencia con el autocaravaning. El todo incluido cada vez se lleva menos.
Llegados a este punto la pregunta es qué merece más la pena, si comprar una autocaravana o furgoneta camper o alquilarla. Pues depende. La diferencia reside en cuánto uso le vamos a dar. Si vamos a hacer un uso puntual sólo en vacaciones esporádicas, sale a cuenta alquilar. Además con el añadido de no tener que ocuparnos de consumibles, ni gastos, olvidándonos por completo de la depreciación y haciendo generalmente uso de vehículos casi nuevos.
Si en cambio el uso que le demos va a ser más regular, saliendo casi todos los fines de semana, entonces lo suyo sería comprar. Y quizá no tanto por una cuestión económica, sino por el hecho de poder tener una disponibilidad total del vehículo cuando queramos y como queramos sin depender de ninguna empresa, pero sobre todo por que sería nuestro vehículo, sabemos dónde está cada cosa, cómo funciona cada equipamiento y lo vemos como un segundo hogar móvil. Una cuestión de apego.
Ahora bien, ¿merece más la pena comprarse una autocaravana o una furgoneta camper o viajar sin tener nada en propiedad? La respuesta es: también depende.
Hemos hablado con Alejandro Nieto, coordinador de El Blog Salmón y experto en Finanzas y no tiene duda alguna: "comprarse una autocaravana no es una buena decisión financiera. Es muy difícil que una inversión tan importante vaya restando el suficiente gasto en vacaciones como para amortizarlo y que al final salga a cuenta, especialmente sumando a los gastos asociados a cualquier vehículo los otros gastos los propios de una casa (sobre ruedas)".
Este experto además nos apunta que es difícil hacer viajes en autocaravana sin sumar el gasto añadido de parar cada cierto tiempo en un camping. "Habrá casos en los que salga a cuenta como cuando se viaja durante varios meses al año (el caso de jubilados o nómadas digitales, por ejemplo)", pero señala que "los normal es que financieramente no merezca la pena si el objetivo es ahorrar".
Viajando a lo seguro con el turismo tradicional
Pueden ser apartamentos en la playa, un piso a los pies de una pista de esquí, una casa rural, un apartahotel o un hotel del tipo que sea con todo incluído... todos repartidos en los miles de kilómetros de costa y las decenas de miles de metros de altura en montañanas que tenemos repartidos en un país como España.
Este estilo de viaje típico ya lo conocemos. Elegimos dónde ir, miramos los alojamientos disponibles, escogemos el que mejor nos cuadre y a partir de ahí añadimos los servicios adicionales: estilo todo incluído o a lo Juan Palomo (yo me lo guiso, yo me lo como).
Aquí prima la comodidad en función de nuestros posibles: no tener que limpiar, olvidarnos de cocinar si es posible y disfrutando de un alojamiento en buenas condiciones cerca del punto de interés que hayamos elegido. Y al acabar las vacaciones pues hacemos la maleta, salimos por la puerta, cerramos y listo.
La gran contrapartida es la limitación de movilidad, que nos obligará a volver siempre al mismo punto cada día. Algo que resulta engorroso para el estilo de turista activo o aventurero, que si quiere ver varias cosas situadas a una distancia relevante tendría que hacer reservas en establecimientos diferentes y sumar el gasto en transporte.
En otras ocasiones al final también hay que contar con que se acaba desembolsando por servicios no terminamos disfrutando como el gimnasio de la urbanización, las pistas de ténis, la piscina del hotel al lado de la playa o engullendo comida mediocre (siendo optimistas) de buffet por el simple hecho de haberla contratado dentro del paquete.
El autocaravaning como pasión más que una decisión racional
Las autocaravanas y furgonetas camper son vehículos vivienda, y por su propia naturaleza son casas con ruedas aportar un nivel de libertad inigualable. Se puede viajar, comer, dormir o reposar junto a cualquier escenario idílico sin depender de ningún establecimiento más allá de estaciones de servicio para repostar, supermercados para hacer la compra y poco más.
Otro aliciente de las autocaravanas en propiedad es poder de salir de viaje donde nos plazca en el momento que sea. No hay que reservar, simplemente poner rumbo hacia algún lugar, o a veces ni siquiera eso. Sólo estaremos limitados por lo lejos que queramos llegar en el tiempo del que dispongamos.
Despertarse en ninguna parte y desayunar mirando el mar, patear una ruta almorzando entre vacas y comer a la orilla del mar o ver la puesta de sol por encima de 2.000 metros y ver la puesta de sol sobre el océano es una sensación de libertad que no está pagada. Improvisación, imaginación y ganas de desconectar abren un sinfín de posibilidades.
Precisamente esa movilidad también tiene sus pegas. Por su morfología, una autocaravana no cabe por cualquier calle, hay que buscar un lugar apropiado (y legal) pasar la noche y donde además podamos estar tranquilos para descansar. Estos puntos están recogidos en portales como areasac.com donde ver lugares en los que dormir y otras acciones como vaciar depósitos, rellenarlo o simplemente parar a comer.
Por lo general y salvo algunas ordenanzas municipales en contra, la pernocta está permitida en todo el territorio español; sí nos pueden multar en cambio por acampar, actividad que se refiere a cualquiera que implique ir más allá de las dimensiones homologadas del vehículo (abrir un toldo, sacar sillas y mesas, dejar la basura fuera..).
Hay que sumar además las tareas de estar en una casa con ruedas: desde las labores revisar niveles y presiones a las que son propias de a la estancia, como nivelar la estancia, comprobar depósitos, nivel de gas o la carga de las baterías.
¿Y qué pasa con la comida? En una autocaravana o furgoneta camper tendremos tanta tanta libertad para cocinar como si estuviéramos en casa, o casi, dependiendo de la mañana de cada uno. Se puede cocinar en casa y llevarlo preparado, se puede cocinar sobre la marcha o comer en ese restaurante tan apetecible con vistas a lo que sea.
Una respuesta sencillamente emocional
Turismo tradicional y autocaravanismo son universos diferentes, pero incluso pueden ser complementarios combinando vacaciones en vehículo vivienda con estancias en alojamientos. Lo que pasa es que la comparación económica puede llegar a ser cruel.
La afirmación de "con lo que cuesta una autocaravana me voy X años de vacaciones" es demasiado simplista. Por poner un ejemplo, por lo que cuesta una moto podría comprar un coche y encima voy protegido y caliente o fresco según la época del año. Claro que sí, pero la moto aporta sensaciones y un factor pasional que en un coche es casi imposible de satisfacer. En una autocaravana pasa algo muy similar.
Tanto las autocaravanas como las furgonetas camper son vehículos absolutamente pasionales. Los dueños se hacen con ellas porque les gusta ese estilo de vida, la sensación de libertad, la espontaneidad de poder salir de viaje en cualquier momento sin tener que hacer nada más que tenerla lista y llegar a parajes inaccesibles para alguien que se aloje en un hotel. No lo hacen porque porque sea un tipo de ocio más económico.
Comprarse una autocaravana implica gastos que difícilmente justificables siendo objetivos. Sólo se amortizan por familias que prácticamente la usen cada fin de semana y todas las vacaciones, pero lo más normal es que se pasen la mayor parte de su vida útil parados en un aparcamiento.
Quien se decide a comprar una lo hace por la amortización vivencial: disfrutar con calma, sin prisas y en una inmersión absoluta de un estilo de viaje poco convencional y mucho más personal. Un ocio más libre al fin y al cabo.
Para aquellos que no lo tengan claro, que les guste pero como algo más puntual o que no se quieran meter en grandes inversiones, el alquiler es una gran opción y, además, cada vez hay más empresas que se dedican a ofertar autocaravanas y furgonetas camperizadas.