La pandemia de coronavirus lo ha cambiado todo. Y por supuesto también los planes de vacaciones de mucha gente. Adiós, viajes lejanos y hoteles de la costa. La incertidumbre hace que aumente la demanda de autocaravanas y camper de alquiler, ahora que ha empezado la desescalada y se acerca el periodo vacacional por excelencia.
Tras un desplome de las matriculaciones de autocaravanas en marzo y abril, el sector parece que encara el verano con un cierto optimismo, aunque de momento solo sea en la modalidad de alquiler.
De hecho, para el presidente de la Asociación Española de la Industria y Comercio del Caravaning (ASEICAR), José Manuel Jurado, cree que “la temporada se va a salvar” a pesar de la emergencia sanitaria.
Ante la incógnita de si habrá hoteles abiertos o bien si habrá nuevas restricciones de circulación, las autocaravanas se han convertido en la opción ideal para muchos a la hora de planificar sus vacaciones.
El interés de una autocaravana, para muchos, es la posibilidad de mantener una cierta distanciamiento social al no compartir los espacios comunes de un hotel. De hecho, es uno de los principales reclamos de las autocaravanas, siempre y cuando no se cambien las zonas comunes de un hotel por las zonas comunes de un camping.
Y es que la gracia de una autocaravana o de una camper es la de poder pasar la noche donde uno quiera y no necesariamente en un camping. Y es que no es lo mismo pernoctar que acampar. Te lo explicamos en detalle aquí.
Las camper gozan de un nuevo auge
Para dar una mayor tranquilidad y protección a sus clientes, la Asociación Española de la Industria y Comercio del Caravaning (ASEICAR) ha publicado un protocolo sanitario con una serie de medidas para el alquiler, venta e instalaciones de caravaning al que se han sumado 60 empresas. Estas medidas incluyen por ejemplo, el precintado del vehículo higienizado hasta su entrega al cliente.
Por otra parte, las furgonetas camper también atraen a un nuevo tipo de clientela. Si antes una familia tenía pensado viajar en avión, ahora lo hará en una camper. Al fin y al cabo son turismos que “ofrecen un margen de improvisación para modificar la ruta del viaje, si surgiese un rebrote en alguna provincia”, gracias a su equipamiento de cocina, camas y, en el caso de las más caras, con baño incorporado.
Ante el miedo a un posible rebrote y nuevo confinamiento o con una movilidad reducida, en lugar de quedarse tirado en un aeropuerto y sin saber si habrá hoteles abiertos, siempre se podrían quedar en la camper.
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