Yo no soy capaz de recordar la última vez que un Gran Premio de Italia celebrado en Monza se disputó sobre mojado. De hecho, estoy prácticamente convencido de que eso no ha sucedido al menos en los últimos 25 años. Este fin de semana, sin embargo, la cosa puede cambiar, por desgracia para los pilotos.
En un circuito donde trazar las chicanes y las pocas curvas es una cuestión de fe, por la configuración de mínimo agarre que tienen los monoplazas en esta rapidísima pista, un trazado mojado sería una auténtica pesadilla para toda la parrilla, por no mencionar la ya casi olvidada ausencia del control de tracción, que todas las escuderías parecen haber compensado de algún u otro modo.
Todavía estamos a jueves, pero las previsiones meteorológicas no parecen tener demasiado claro que la carrera del domingo en Monza vaya a ser sobre seco. Hasta ayer, casi todas las previsiones anunciaban lluvia para los tres días del Gran Premio, y de hecho, hoy mismo todavía se anuncian posibilidades de precipitación para el domingo del 60%, aunque hay otros servicios meteorológicos que aseguran que el sábado será el último día de lluvias en Monza.
Habrá que estar nuevamente pendientes del cielo, pero lo que parece ya muy claro, es que este fin de semana va a ser de temperaturas bajas en Monza (máximas de 18º), algo que sin duda puede venirle estupendamente bien a McLaren, y no tanto a Ferrari.