No está siendo una buena temporada para Williams. La escudería de Grove está pasando por todo tipo de penurias y casi nada de lo que están implementando en sus monoplazas acaba funcionando. Por ello, durante el pasado Gran Premio de Alemania, el equipo decidió que Rubens Barrichello corriera sin el KERS.
El objetivo, calibrar la degradación trasera ya que habían visto que sin el sistema de regeneración, el monoplaza trataba mejor a los neumáticos traseros. Además, el KERS no les ha ayudado en cuanto al equilibrio en la frenada provocando que el FW33 fuese un monoplaza muy complicado de conducir. En el Gran Premio de Alemania, sin el KERS, el reparto de pesos fue menos crítico además de que el equipo ha podido jugar con el soplado para controlar la frenada.
Tras experimentar, en Williams siguen creyendo en su KERS y por ello durante el próximo Gran Premio de Hungría sus dos pilotos lo montarán. Sam Michael ha reconocido que las tres décimas por vuelta que aporta en la clasificación pueden marcar la diferencia, y si tenemos en cuenta que en Nürburgring las prestaciones de Barrichello no fueron para tirar cohetes, tienen más que ganar, aunque sea pensando en 2012, que perder.
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