Williams es una de las pocas escuderías privadas que sigue aguantando el tipo en la Fórmula 1 actual. La tercera escudería más exitosa de la historia, ha vivido un 2007 mucho más positivo que su temporada pasada, pero el nivel estaba tan bajo, que superar el 2006 no podía ser demasiado complicado. Después de su errático primer año sin contar con el apoyo de BMW, esta temporada tocaba remontar el vuelo, y esta meta la ha cumplido con creces.
Buena parte de su mejor rendimiento hay que buscarlo en el corazón del monoplaza: los fallones y estancados tecnológicamente motores Cosworth dieron paso a los más fiables motores Toyota, y eso se ha notado en carrera. De los 20 abandonos sufridos en 2006, el equipo ha pasado a tener que dejar la carrera a medias en sólo 7 ocasiones este año. Su cuarta posición final en el campeonato de constructores los ratifica como los segundos mejores del resto, justo por detrás de los que eran los vigentes campeones del mundo, Renault, y por delante de una de las amenazas de principio de año, el equipo Red Bull del siempre determinante Adrian Newey. Tampoco está nada mal que el equipo cliente de los motores Toyota haya superado al equipo de fábrica de la escudería japonesa.
Otra nota positiva de la temporada de Williams ha sido la constancia del monoplaza. El FW29 ha mostrado un buen rendimiento en casi todos los circuitos, y eso ha permitido que la escudería cogiera puntos en 9 de las 17 carreras, triplicando la cifra final de puntos respecto a la temporada 2006.
Evidentemente, los pilotos han puesto mucho de su parte en esta mejora significativa. Esta temporada suponía un giro en la política deportiva de Williams, ya que se apostaba por una pareja de pilotos totalmente opuestos: un joven inexperto y rápido, y un veterano técnico y experimentado. Nico Rosberg, con un año de experiencia en sus espaldas, ha pilotado a un altísimo nivel, y el gran bagaje técnico de Alex Wurz habrá sido de gran ayuda para el desarrollo del monoplaza.
Pero para una escudería con el palmarés de Williams, lo de este año no es suficiente. 2008 debe ser un paso adelante en su progresión hacia los puestos de cabeza. De no ser así, y con un Frank Williams cada vez en peor estado de salud, el futuro de la escudería puede empezar a complicarse de verdad. Ya han resistido muchos intentos de compra y han rechazado otras tantas ofertas, pero cada vez está más caro para una escudería privada enfrentarse a los desorbitados presupuestos de los grandes fabricantes.
En Racingpasión | Resumen Temporada 2007