Caótica. Ese es el único calificativo que se me ocurre para definir la prueba de las Indycar Series que se disputó el pasado domingo por las calles de Sao Paulo. El único que fue capaz de dominar el caos de accidentes y numerosos reinicios (de los que se han quejado muchos pilotos por su peligrosidad) fue Will Power que con una nueva victoria se sitúa como líder muy destacado del campeonato.
El australiano que salía desde la pole se sobrepuso a todo los ataques que le realizaron en cada una de las banderas verdes de reinicio y se impuso sobre Ryan Hunter-Reay por tan sólo nueve decimas. Tercero finalizaba Takuma Sato que lograba su primer podio en la Indycar por delante de Helio Castroneves y Dario Franchitti que terminaron cuarto y quinto respectivamente.
Oriol Servià volvió a sacar todo el partido de su propulsor Lotus (al menos el poco que tiene) y aprovechándose de los numerosos accidentes consiguió finalizar en la undécima posición como primer Lotus y justo detrás del primer piloto local, que no era otro que Rubens Barrichello.