Hablamos del dominio sin precedentes de Red Bull Racing y de Sebastian Vettel hasta que se nos seca la garganta, diciendo que el dominio es bestial, que si no va a quedar nada que contar de aquí en adelante, etc. Sabemos de todas maneras que no es algo "sin precedentes". La historia de la Formula 1 es una historia de dominio del más fuerte, y muy a menudo el dominio del más fuerte fue tan aplastante que diríamos que fue vergonzoso. Que iba en contra del deporte.
Nada más lejos, la Formula 1 se caracteriza por la épica del dominio, desde la época de Fangio en la que su dominio particular, impulsado por la mejor mecánica disponible lo convirtieron en el piloto legendario que es. Jim Clark, Graham Hill, Jackie Stewart, Mario Andretti, Nelson Piquet, Alain Prost, Ayrton Senna, Nigel Mansell, Michael Schumacher... todos ellos tenían algo especial en su pilotaje y también en sus medios para lograr triunfos. Como aperitivo antes de este esperado Gran Premio de Japón, en el que la noticia no es que Vettel se pueda coronar campeón (porque ya lo es, pase lo que pase, antes de que acabe el año), vamos a repasar tres campeonatos del mundo extremadamente dominados por sus respectivos campeones.
GP Francia 2002: Michael Schumacher se proclama campeón a falta de seis carreras
|1| MICHAEL SCHUMACHER| Ferrari| 96| |2| JUAN PABLO MONTOYA| Williams-BMW| 34| |3| RUBENS BARRICHELLO| Ferrari |32| |– | RALF SCHUMACHER| Williams-BMW| 32| |5| DAVID COULTHARD| McLaren-Mercedes| 30|
Cualquier cosa que sucediese era indiferente. Schumacher podría haber dejado de correr ese año y nadie le hubiese alcanzado. Con el F2002, Ferrari ganó ese año 15 de 17 carreras, Schumacher se llevó 11 victorias y finalizó con 67 puntos de ventaja sobre el segundo clasificado, Rubens Barrichello. El dominio de Ferrari fue inmenso, tanto que la bochornosa imagen de Barrichello dejando pasar (ganar) a Schumacher en Austria todavía se recuerda como uno de los mayores desprecios por el público de la F1.
Nigel Mansell, campeón del mundo de F1 a falta de cinco carreras
Por fin llegaba el momento. Después de años de luchas, de intrigas políticas, de que otros se llevasen la gloria delante de sus narices, después de soportar errores mecánicos (tuercas sueltas...) y también, para no faltar a la verdad, después de años de errores personales guiados por su personalidad excesivamente explosiva y muy poco reflexiva... después de todo, Nigel Mansell, el León, fue capaz de llevarse el gato el agua y ser campeón mundial de Formula 1.
1992 fue la temporada en la que muchos pensamos que ya era hora, y también que el hecho de que el Williams Renault FW14b fuese sin oposición el mejor monoplaza de la parrilla con muchos cuerpos de ventaja, ese hecho, no empañaría la "justicia" de ver a Nigel Mansell entrar en la historia. Fue un dominio sin precedentes hasta entonces, 9 victorias en una sola temporada, 14 poles, 9 victorias saliendo de la pole... Récords que luego se romperían, años más tarde.
1971, segundo mundial para Jackie Stewart a bordo del Tyrrell 003
Seguro que hay más ejemplos de dominio aplastante, por ejemplo 1978, cuando Mario Andretti era campeón del mundo pilotando el invencible Lotus 79. En el caso de Andretti, la falta de fiabilidad hacía que la cosa fuese más bien algo como "ganar o quedarse tirado". La temporada 1971 de F1 fue diferente. Jackie Stewart y el Tyrrell 003 consiguieron ganar 6 de las 11 carreras del año. Nadie pudo hacerle ni siquiera un poco de oposición, pues las cinco victorias restantes se repartieron entre otros tantos pilotos: Mario Andretti en Sudáfrica, Jackie Ickx en Holanda, Jo Siffert en Austria, Peter Gethin en Italia y Francois Cevert en Estados Unidos (primera y única victoria del francés).
Ronnie Peterson fue segundo en ese mundial y demostraba que su futuro podría ser estelar (algo que desgraciadamente no fue así), con algo más de la mitad de puntos que Stewart (6 frente a los 33 de Peterson), y la superioridad del Tyrrell 003 no solo lo era en cuestión de potencia, velocidad... sino que, muy importante, era el coche más fiable de la parrilla. En las manos de Stewart si, pues el coche estaba construido prácticamente para él (y con sus aportes).
Por cierto, como nota curiosa, en esa carrera de Mónaco de 1971, el Tyrrell se quedó sin frenos traseros en la vuelta de formación. Stewart se adaptó a conducir solo con frenos delanteros y se llevó la carrera con 25 segundos de ventaja sobre Ronnie Peterson. Otros tiempos, otros pilotos.