Lo primero que me gustaría dejar claro desde la primera frase, es que el siguiente escrito se trata únicamente de mi opinión. Voy a hacer uso de ella para exponer mi punto de vista sobre las posibilidades de que Dani Sordo se proclame Campeón del Mundo de Rallyes a final de esta misma temporada. Y es que sinceramente me ha parecido anecdótico lo rápido que se le ha empezado a meter presión al cántabro. En un año que estaba enfocado únicamente a conseguir la dichosa primera victoria, tras el primer rally de la temporada ya se ha convertido en una discusión continua sobre si en verdad Dani tiene posibilidades o no de llevarse el título intercontinental de pilotos.
Paso a paso. El cántabro ha demostrado durante el último año y medio estar en el punto perfecto. La mezcla entre madurez, experiencia y rapidez es justo lo que necesita alguien que quiere aspirar a un título en la categoría de los rallyes. Aquí no sirve únicamente ser el mejor a una vuelta, tener un ingeniero/diseñador que “tose oro” o un coche por encima del resto. Sólo hace falta ver el ejemplo de Ford, que tras años teniendo el mejor material, ha dejado el campeonato sin haber saboreado las mieles del éxito y cansados de derrochar el dinero.
Dani Sordo, un piloto prometedor:
Podemos decir que he crecido prácticamente con Dani Sordo, al menos en lo que a editor de rallyes se refiere. La evolución de Dani fue fulgurante en sus primeros años de carrera. En el Nacional de Asfalto dejó grandes muestras de lo que teníamos por llegar y su victoria en el Mundial Junior, además de darle confianza, le permitió sentarse en uno de los mejores coches y junto a pilotos de la talla de Sébastien Loeb.
Estábamos ya en esos momentos ante el segundo mejor piloto sobre asfalto de todo el Mundial. Y así lo demuestra con actuaciones magnificas en Alemania, Córcega y España. Lo que parecía ser un gran debut, se vio un tanto empañado por errores de juventud como el de Chipre o Finlandia. Pero para eso era su primera temporada en el Campeonato del Mundo, al fin y al cabo, este tipo de fallos los ha tenido hasta un superclase como Loeb.
Lo que parecía que iba a ser un buen árbol para cobijarse, Citroën y su por aquel entonces compañero que ya ostentaba cuatro Campeonatos en sus vitrinas, se convirtió tal vez en una hamaca de la que era imposible levantarse. Posiblemente estar en el mejor equipo, el mismo que le dio su primera oportunidad, y tener al lado a Loeb hizo que Sordo se relajara. Que se apagara un tanto esa combatividad que todo joven muestra mientras los años o las responsabilidades no le pesan. Seguía teniendo un puesto envidiable, al volante del Citroën C4 WRC oficial y sabía que sólo tenía que esperar a que ‘Séb I’ el caníbal se cansara de ganar y le dejará su reluciente trono.
Sin embargo los años pasaban y esa oportunidad no llegaba. A veces por errores propios y otras por las tan odiadas y a la vez amadas ordenes de equipo. Él seguía siendo el mismo piloto rápido, con talento natural que se curtió en las carreteras españolas, pero quizás su curva de aprendizaje pasó de ser exponencial a simplemente lineal. Nada supuso un grave problema hasta que apareció Sébastien Ogier, alias “L’Enfant Terrible”. El galo no es que estuviera (a mi forma de ver) muy por encima en talento con respecto al español, pero su sinvergonzonería hizo que su línea ascendente no se detuviera nunca y que en algunos momentos incluso llegara a mirar de tú a tú a ese fuera de serie llamado Loeb. No creo que Ogier vaya a ser una copia exacta de su compatriota, ni mucho menos. Con “Seb I” se rompió el molde y dudo que nadie más vaya a ni tan siquiera soñar con igualarle.
En cuanto a Sordo, el palo de 2010, año en el que Citroën no dudo ni un solo momento en degradarle al equipo “junior”, hizo que se despertara. Dani empezó a mirar por sí mismo. Tardó un tiempo en encontrar la estabilidad, pero con Carlos del Barrio afrontó el ilusionante proyecto Prodrive con los resultados que hemos visto. A mi parecer, Sordo ha crecido más en este último año y medio al volante del John Cooper Works WRC que en los últimos cuatro años de su etapa en Citroën. A partir de ahora veremos los resultados.
Temporada 2013. Todos contra todos.
Sin el referente de Sébastien Loeb, esta temporada promete ser eso, un todos contra todos. Obviamente falta resolver las incógnitas del rendimiento del Volkswagen Polo R WRC y si alguno de los hombres de M-Sport es capaz de meterse en la pelea, pero parece que está claro que entre el equipo alemán y el de la firma de los dos chevrones anda el juego. Mentiría si dijese que no veo a Ogier como claro favorito. Es más, diría que tan sólo su faceta de “flat out boy” puede ser un impedimento a la hora de ser regular durante el campeonato. En Montecarlo demostró serenidad, pero no sabemos si fue porque sabía que Loeb no sería un rival para el título o simplemente porque ha llegado a la tan esperada situación de sentar la cabeza.
En Citroën se presume que no habrá órdenes de equipo, al menos de momento, pero lo cierto es que ambos pilotos deberán tirar de regularidad, algo que Mikko Hirvonen y Dani Sordo han demostrado sobradamente. Esa es principalmente la baza que deberán jugar ambos. Tanto Ogier como Latvala, suelen ser propensos a buscar “terrenos para aparcar” fuera de la pista, por lo que cada abandono será una dura losa para cada uno de ellos.
De Dani sabemos que el asfalto es su prioridad, pero esta temporada sólo tendrá dos pruebas de este tipo, ya que tanto el pasado Montecarlo como Catalunya no pueden considerarse puramente sobre esta superficie. Y Alsacia… Loeb querrá despedirse del WRC ante sus paisanos con una victoria, y cuanto más aplastante, mejor. En cuanto a la tierra, habrá que ver qué tal se adapta. Portugal, Cerdeña o incluso Argentina han sido rallyes en los que se ha encontrado siempre muy cómodo y en los que promete dar batalla. Pero rallyes tan especiales como Australia, México o Finlandia son una verdadera lotería.
La siguiente prueba será Suecia. Otra en la que Dani ha demostrado que puede conseguir buenos resultados y para la que Yves Matton ya le ha dicho que lo más importante es sumar el máximo número de puntos posible. Como ya he dicho antes, la regularidad le pondrá en su sitio, pero siempre con el objetivo principal de quitarse la presión de conseguir la primera victoria. Estoy prácticamente seguro de que podrá conseguirlo, pero después tiene que mantener el nivel y no tener un bajón como el que puede estar pasando a Mads Østberg.
Las posibilidades de luchar por el campeonato están ahí. Con la confianza del equipo y con su nivel de pilotaje, Sordo puede estar entre los cinco primeros en todas las pruebas, algo añadido a que sin un dominador claro, como lo era Loeb, y con los previsibles errores de sus rivales pueden permitirle al piloto de Citroën plantarse en las últimas carreras con posibilidades. Tal y como ya hizo Carlos Sainz en la temporada 2003, terminar carreras y llegar a final del año “vivo”.
Sin duda, Dani es un gran piloto, sin nada que envidiar a Mikko Hirvonen, Østberg o Evgeny Novikov y con una regularidad que contrarresta ese plus de velocidad que pueden tener Latvala u Ogier. Está claro que puede ser el heredero de Loeb, pero no hay que volverse loco, ir poco a poco y ver cómo transcurre la temporada. El primer objetivo es la victoria y que Sordo esté contento, después de eso ya se verá.