Si dejamos un poco de lado la pelea en la cabeza del mundial, y vamos de visita a la zona media-baja de la tabla, nos encontramos con la escudería heredera de Minardi, que al menos no está cumpliendo la función de farolillo rojo que en los últimos años era exclusiva del siempre querido equipo italiano. Pero sin embargo, Toro Rosso no está mostrando la evolución que se esperaba del equipo, siendo la escudería B de la adinerada Red Bull y llevando unos motores Ferrari que algo deberían ayudar (aunque en años pasados a Sauber tampoco les ayudara en exceso...).
Ya es bien conocida la inestabilidad que desde inicio de temporada ha tenido la escuadra que dirigen Tost y Berger, y que hace bien poco estalló todo, salpicando principalmente a sus dos pilotos de entonces, Speed y Liuzzi. Para el año que viene, parece que Toro Rosso quiere empezar, por fin, una aventura seria a medio plazo, y para ello sus 2 asientos serán ocupados por dos grandes pilotos como son los 2 Sebastianes, Bourdais y Vettel. El primero ha demostrado con creces su grandeza al otro lado del charco. Al segundo se le supone, pero nada más. No estoy criticando con esto la apuesta por Vettel, pero tampoco estaría del todo bien lanzarnos contra Liuzzi, como muchos están haciendo. Y me explico. Vitantonio Liuzzi, ese extrovertido italiano que ganó en 2004 con mano de hierro (7 victorias de 10 pruebas) la última temporada de la antigua Fórmula 3000 (que pasó a mejor vida al nacer la GP2), entró a la Fórmula 1 como la gran esperanza italiana, y así lo reconocía la prensa internacional. ¡Incluso sonó para Ferrari por esas fechas! En San Marino 2005 compitió en su primera carrera en la máxima categoría del automovilismo, logrando puntuar a la primera con un Red Bull que debutaba esa temporada en el Mundial. Las otras tres carreras que disputó fueron más flojas, y el asiento que se turnaba con Christian Klien fue concedido definitivamente a este último. En 2006 entró a formar parte de la nueva escuadra de Red Bull, Toro Rosso, consiguiendo esa temporada el primer y único punto de la escudería en Indianápolis. Y este 2007, pues está siendo bastante decepcionante en conjunto.
Sebastian Vettel es un jovencísimo alemán que desde que en 2006 hiciera varias apariciones como tercer piloto de la escudería BMW Sauber, liderando los tiempos de los viernes , está en boca de todos como el posible sucesor de Schumacher (a rey muerto...). Pero en su currículum aún no hay ningún título a destacar. En 2005, en su temporada de debut en la Formula 3 Euroseries, tras venir en 2004 de ganar el campeonato de la Formula BMW ADAC ganando 18 carreras de 20 disputadas, quedó en 5ª posición de la general, por detrás de pilotos como Lucas di Grassi, Adrian Sutil o Lewis Hamilton. En 2006, con toda esta plana mayor de pilotos en otras categorías, Vettel tampoco pudo ganar el campeonato, finalizando subcampeón por detrás del ahora piloto de DTM Paul di Resta. El año pasado también hizo alguna aprición brillante en las World Series, ganando 2 carreras en 3 participaciones. Pero lo dicho, por el momento nada a destacar. Este año 2007 tuvo la fortuna de debutar en la Fórmula 1 con un BMW Sauber en el Gran Premio de Indianápolis, consiguiendo puntuar en su primera carrera al finalizar 8º. Este año Vettel estaba compitiendo en las World Series, y el abrumador dominio que muchos baticinaban a principio de temporada no era tal, aunque sí es cierto que era líder cuando abandonó la competición.
Y quiso el destino que Vettel y Liuzzi compartieran equipo en estas últimas carreras de 2007 en la escudería Toro Rosso. Puestos a comparar, entre puntuar con un Red Bull de 2005 en el estreno de Liuzzi y puntuar este año con un BMW, como hizo Vettel, creo que tiene más mérito lo primero. De hecho, la octava plaza de Vettel en Indianápolis supuso una pequeña decepción para muchos. En las 2 carreras que lleva en Toro Rosso, en clasificación no lo ha hecho nada bien, o al menos peor que Liuzzi, y en carrera, por lo menos ha acabado las 2, en Hungría por delante de Liuzzi (este abandonó por problemas mecánicos), pero en esta última, que sí acabó el italiano, finalizó por detrás.
Sólo quería poner estas reflexiones por escrito para recordar que a veces el monoplaza donde te subes es esencial en el juicio que hará la gente de tu pilotaje, y eso no es justo del todo. Vettel en un BMW parece buenísimo y en un Toro Rosso queda por detrás de un piloto, Liuzzi, al que muchos han relegado poco más que al papel de payaso oficial de Red Bull (¿Sr.Serrano, aludido?). Es importante también el entorno que se genera a tu alrededor. Si a Liuzzi, que le van las relaciones públicas como al que más, le das ese papel sin medida, pues pasa lo que pasa. Esto es un fallo de la dirección de Toro Rosso. Y si tiene un compañero que no le aprieta las tuercas pues más aún. Ahora con Vettel al lado podemos ver al verdadero Liuzzi que encandiló a todos en 2004 con su Arden en la Fórmula 3000. Y a ver en 2008 quién asistirá a las fiestas, porque no veo ni a Vettel ni a Bourdais en ese papel. Como es debido, vaya.