Comenzamos a prepara la recta final antes de que el próximo 5 de enero, víspera de la noche de Reyes, se dé la salida del Dakar en las calles de la ciudad argentina de Rosario. Sin duda, entre todos los nombres que pueblan la lista de inscritos en cuestión de los coches, tenemos que destacar el de un nombre, el gran Stéphane Peterhansel, o como a muchos le gusta llamar, Monsieur Dakar.
El francés es el verdadero zorro del desierto, un tuareg entrenado en las impasibles dunas del desierto africano, del que tras una dura lucha consiguió salir con nueve títulos, seis en motos y tres en coches, que posteriormente se sumarían a los dos conseguidos con X-Raid ya en Sudamérica. Aunque muchos quieran compararle con su compatriota Sébastien Loeb, por lo menos en cuanto a éxito en competición, ambos son completamente distintos, tanto en estilo de conducción, como a la hora de afrontar la guerra psicológica contra sus rivales.
Esta temporada, el galo de 48 años intentará conseguir su duodécima estatuilla del Rally-Raid más exigente del planeta. No lo tendrá fácil. En frente suyo tendrá al propio Carlos Sainz, pero la verdad es que en su misma casa tiene hombres como Nani Roma o Nasser Al-Attiyah. Eso sí, la montura sin duda es inmejorable. El Mini 4 All del equipo de Sven Quandt ha sido durante las últimas ediciones el verdadero rival a batir. Al menos desde que Volkswagen retiró su Touareg TDI de la circulación para centrarse en preparar su asalto al WRC con el Polo R.
Lleva años hablando de su posible retirada, sin embargo, cada vez que termina una edición más y se ve en todo lo alto del podio del Dakar, Peterhansel cambia de opinión y se prepara para el siguiente año como si se tratara de su primera vez. Desde luego este año parte como el principal favorito para completar su particular hat trick con X-Raid, tal y como consiguió con Mitsubishi Motors (2004, 2005 y 2007).